siguiendo sus huellas en Madrid
Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastián… mejor diría la iglesia… dos caras seguramente más divertidas que bonitas: con una, mira los barrios marginales, bajando por la calle Cañizares; con el otro en el caserón comercial de la Plaza del Ángel. Lo habrás notado en ambas caras. una fealdad sonriente, del más puro Madriden quien el carácter arquitectónico y moral se combinan maravillosamente.
Así comienza Benito Pérez Galdós Merced (1897), una de las novelas más populares de su vasta producción. Una descripción detallada de una iglesia madrileña y sus fieles que nos adentrará en el Madrid de finales del siglo XIX. Valle-Inclán dijo a Las novelas de Galdós que “olían a cocina”. Un elogio que hace referencia a la autenticidad del estilo galdosiano: de hecho, aún hoy, la obra de Galdós es una de las mejores maneras de profundizar historia Madrid contemporáneo.
Benito Pérez Galdós: un canario en Madrid
Aunque el escritor nació y pasó su juventud en Canarias y pasé muchos veranos Santandersu vida estuvo muy ligada a Madrid desde que llegó a la capital para estudiar Derecho en la Universidad Central. Pero Benito estaba más interesado. flan pasear por las calles de la capital, pasar la tarde en cafés y socializar con amigos y conocidos hasta altas horas de la noche. Así acabó el escritor canario nacionalizar madrileño.
Nuestro itinerario literario tras las huellas de Galdós en la capital española comienza en un edificio del Calle Fuentes, 3 donde Galdós encontró alojamiento en una pensión tras bajarse del tren en la estación de Atocha en septiembre de 1862. Benito tenía 19 años. No era un mal lugar para empezar a conocer la ciudad: entre Calle Mayor y Calle del Arenal y muy cerca del Teatro Real.
“Deambulé por calles, plazas y callejones, disfrutando de observar la bulliciosa vida de esta inmensa capital”. Galdós no terminó sus estudios, ¿por qué? Su trabajo futuro no vendría de la Universidad Central ubicada en la calle San Bernardo 49, sino de observar la vida en la calle… Y en los cafés. En el fuente dorada En la calle de la Victoria, 1, donde también hay una placa conmemorativa de Galdós, el escritor canario escenificó la novela homónima publicada en 1870: Galdós se convirtió en escritor por derecho propio. BIEN.
Mientras Galdós se traslada a vivir con parte de su familia a Calle Serrano, 6 en pleno barrio de Salamancael escritor comienza a desarrollar otras dos facetas más o menos profesionales que cultivará a lo largo de su vida: el periodismo y la política. La llegada al poder de Amédée de Savoie tras la Revolución Gloriosa supuso su nombramiento como director del periódico gubernamental. El debatecuya redacción estaba en la calle Fomentoya cerca de la Plaza de España: “Política, arte, literatura… en El debate “Escribí sobre todo”.
Y la política. En 1886 Galdós frecuenta el Palacio de Cortés para observar… y ejercer de diputado. Don Benito, miembro del Partido Liberal gracias en parte a su amistad con Sagasta, representará a Puerto Rico… pero nunca cruza el Atlántico para ver a su electorado. Cosas políticas…
Pero estas aventuras en el Congreso –varios años después, también lideraría una coalición republicano-socialista con Pablo Iglesias Posse– le servirían para observar desde dentro la “farsa” política que también aparecería romantizada en sus obras. «Nunca iría a donde se ha convertido la política: ya no es un trabajo, sino una carrera muy cómoda».fácil y lucrativo, constituyendo una clase, o más bien una familia vivaz y con buen apetito que nos guía y alimenta como a un rebaño dócil.
Del restaurante más antiguo del mundo a Chueca
Además, iba despertando su apetito por los manjares buenos y bien condimentados… ¡Ya era hora, Señor! ¡Tantos años de ayuno forzado merecían el canto del Aleluya! de la resurrección. «Oye, Celedonia, ponte tu falda nueva, vas a botin. Escribiré lo que quiera en un papel para que no te equivoques”.. (Merced1897)
es hora de prueba la cocina madrileña¿No? Los restaurantes tampoco podían faltar en nuestra ruta galdosiana. Se dice que es el restaurante más antiguo del mundo, Sobrino de Botín, situado en la calle Cuchilleros muy cerca de la Plaza Mayor. Inaugurado en 1725! aparece en varias obras del escritor como Misericordia o Fortunata y Jacinta.
Esta obra, quizás la más popular del escritor canario, es una de las que mejor transmite el espíritu del Madrid de finales del siglo XIX. Adentro número 6, calle Postaspuedes acercarte a la tienda Sobrinos de Pérez que vende artículos religiosos desde su apertura en 1867 y que aparece en la famosa novela.
y el Café comercialcómo no, uno de los más bonitos de Madrid, y que recientemente reabrió sus puertas en la Glorieta de Bilbao. Fundada en 1887Galdós fue uno de sus feligreses habituales y uno de los primeros escritores fieles de una larga lista que completarían Jardiel Poncela, los hermanos Machado y Camilo José Cela.
Nos dirigimos ahora hacia el barrio de Princesa, donde vivió el escritor entre 1897 y 1914 y que será su penúltima casa. Es una casa ubicada Alberto Aguilera, 70 años junto a la actual estación de metro de Argüelles. Y de ahí a la calle Verduras, 104 donde Galdós fundó su propia editorial tras un largo y tortuoso litigio legal con su editor. Esta aventura autoeditora no llegó a buen puerto y firmó en 1904 con la Editorial Hernando.
Fue en esta época cuando el escritor entró en el Academia de Idiomasun honor que llegó tarde según varios de sus biógrafos. Lo que nunca ocurrió, aunque fue tres veces candidato serio, fue la Premio Nobel debido, según diversos estudios, a presiones de la propia RAE y de la prensa católica: su republicano, anticlerical y forastero Le molestaron con buena parte de la élite conservadora.
Finalmente, el 4 de enero de 1920, don Benito falleció en su última morada en la calle de Hilario Eslava, 7 años. donde también se puede ver una placa conmemorativa. Un año antes había recibido un escultura en el Retiro. Sin embargo, algunos contemporáneos, como Ortega y Gasset, denunciaron la fría despedida oficial del escritor, aunque «el pueblo, con su fina y precisa intuición, notó esta ausencia… Saben que el más alto y el «más peregrino ha murió.» de sus príncipes»: 20.000 personas acompañaron el féretro hasta el cementerio de la Almudena.
Nuestra ruta por el Madrid galdosiano finaliza en el Barrio de las Letras, más precisamente en el Calle Huertas, 3 donde, desde el año 2000, existe una placa de bronce conmemorativa del escritor y en la estrecha calle peatonal Pérez Galdós que une Fuencarral con Hortaleza, en pleno centro de Madrid. Una calle que, como el resto de Madrid, espera salvar el espíritu galdosiano lo antes posibleeste Madrid de abrazos, bullicio y distancias cortas.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí