BRUSELAS 11 de diciembre (EUROPA PRESS) –

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pidió este jueves que los países aliados se preparen para conflictos bélicos a gran escala, como las guerras de «nuestros abuelos y bisabuelos», tras insistir en que la alianza atlántica es el «próximo objetivo» del presidente de Rusia, Vladímir Putin.

En un discurso en un acto de la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el marco de su visita a Alemania, el líder de la OTAN reiteró la necesidad de apoyar la seguridad en Ucrania frente a una Rusia que, más allá del país vecino, «podría estar dispuesta a utilizar la fuerza militar contra la OTAN en un plazo de cinco años».

«Con su economía de guerra, Rusia podría estar lista para usar la fuerza militar contra la OTAN dentro de cinco años», dijo sobre la perspectiva de guerra rusa.

Según Rutte, Moscú «ha devuelto la guerra a Europa» por lo que los aliados «deben estar preparados para la magnitud de la guerra que soportaron nuestros abuelos y bisabuelos», en una velada referencia a las guerras mundiales que devastaron el continente en la primera mitad del siglo XX.

La OTAN TENDRÍA QUE REFORZARSE Y GASTAR ENORME

El secretario general aliado ha pedido «imaginar» un contexto bélico en el que el conflicto «llega a todos los hogares, a todos los lugares de trabajo» y en el que Europa está marcada por «la destrucción, el reclutamiento masivo y millones de desplazados».

Como alertan desde Berlín, este «terrible» escenario con «sufrimiento generalizado y pérdidas extremas» puede evitarse si los miembros de la OTAN cumplen sus compromisos y se fortalecen militarmente y apoyan a Ucrania para que no caiga en manos de Putin.

A lo largo de su discurso, el jefe político de la OTAN ha subrayado la necesidad de fortalecer a Ucrania para que pueda frenar a las tropas rusas. «Imagínese por un momento que Putin se saliera con la suya. Ucrania bajo la bota de la ocupación rusa. Sus fuerzas presionando contra una frontera más larga con la OTAN y un riesgo significativamente mayor de un ataque armado contra nosotros», argumentó.

Ante este hipotético escenario, la OTAN se vería obligada a realizar un «cambio colosal» en su postura de disuasión y defensa, indicó Rutte, y tendría que «aumentar sustancialmente su presencia militar a lo largo del flanco oriental» con una aceleración del gasto militar y de la producción de defensa.

Así, explicó que los aliados europeos «anhelarían los días en que un 3,5% del PIB destinado a la defensa básica fuera suficiente». «La cifra crecería enormemente», explicó, señalando un escenario en el que los aliados tendrían que «actuar rápidamente» y tomar «decisiones dolorosas».

Esta era estaría marcada por «presupuestos de emergencia, recortes del gasto público, perturbaciones económicas y presiones financieras aún mayores», advirtió el ex primer ministro holandés, subrayando que «las fuerzas oscuras de la opresión están avanzando de nuevo».

Rutte ha insistido en que Europa tiene que tener «absolutamente claro» que será «el próximo objetivo de Rusia» y que «ya está en peligro», tras recordar la creciente campaña de amenazas híbridas y sabotajes a la que se enfrentan países como Polonia o los países bálticos.

Ante ello, ha afirmado que «el momento de actuar es ahora» para aumentar el gasto y la producción de armamento, garantizando al mismo tiempo que Ucrania tiene todo lo necesario para defenderse.

En un momento de negociaciones para frenar la guerra en Ucrania, ha denunciado que Putin «sólo juega el papel de pacifista cuando le conviene» y ha valorado que los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están poniendo a prueba al líder ruso sobre sus verdaderas intenciones.

«Él es el único que puede llevar a Putin a la mesa de negociaciones. Así que pongamos a prueba a Putin. Veamos si realmente quiere la paz o si prefiere que continúe la masacre», concluyó sobre las iniciativas negociadoras de Trump.