su caída a los infiernos definitiva
La Familia Real británica, a diferencia de la sueca o la belga, se caracteriza por aparecer en los titulares de la prensa internacional día tras día. En muchas de estas ocasiones, con motivo de alguna controversia.
Probablemente uno de los mayores escándalos de la historia reciente de la monarquía británica haya sido la salida de la Corona de príncipe harry (41 años) y Meghan Markle (44). La pareja, cabe recordar, abandonó sus deberes reales hace cinco años. Desde entonces, han fijado su residencia en Estados Unidos con sus hijos.
Él príncipe andrés (65), hermano pequeño del actual rey Carlos III (76), también ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Su figura, sin embargo, ha vuelto a estar en el centro del escándalo internacional después de que el pasado 17 de octubre anunciara su renuncia a todos sus títulos reales. Entre ellos se encontraba duque de york.
Sarah Ferguson, en un evento en Cannes el pasado mes de julio.
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El pasado 30 de octubre, en la misma línea, el Palacio de Buckingham anunció que Carlos III había decidido despojando a su hermano del único título que le quedaba vigente: Del Príncipe. Además, tendrás que abandonar Royal Lodge.
Él no es el tío de Guillermo de Inglaterra (43) la única que ha pasado por una grave crisis reputacional. Sucesivamente, Sara Ferguson (65), que fue esposa del príncipe Andrés hasta 1996, también ha cobrado protagonismo recientemente tras ver la luz su controvertido correo electrónico con el pedófilo Jeffrey Epsteincon fecha de 2011.
El escándalo ha sido tal que Ferguson ha perdido las juntas directivas de numerosas organizaciones benéficas. Además, ha sido adiós a los dos programas de televisión en el que colaboró en la cadena británica ITV.
El príncipe Andrés y Sarah Ferguson en el funeral de Constantino de Grecia.
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Una situación muy difícil a la que se enfrenta ahora Sarah Ferguson. De hecho, como tal y como señalan los tabloides británicos como Correo diariola duquesa está «completamente nerviosa» y «Teme por su futuro».
Se enfrenta así a su mayor caída a los infiernos tras una vida marcada por una serie de beneficios que no le llegaron de su familia directa.
Desde el momento en que se casó con el príncipe Andrés, Sarah Ferguson ocupó una posición privilegiada. A pesar de divorciarse en 1996, siguió conservando el título de duquesa de York. como cortesía.
A lo largo de estas tres décadas, han sido varios los proyectos profesionales en los que la británica ha utilizado esta distinción. A pesar de preferir que la llamen por su apellido de soltera, ha incluido su título en numerosos libros para niños y adultos. Además, en el podcast que presentó en 2023 junto a Sarah Thomson, Charlas de té con la duquesa y Sarah.
Los hermanos de Carlos III, Sarah Ferguson, Sofía de Edimburgo y su hijo en la misa de Pascua.
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A prioriEsto nunca se había supuesto cualquier problema. De hecho, la relación entre la Familia Real británica y Ferguson ha sido estrecha y han sido varias las ocasiones en las que Sarah ha asistido a eventos vinculados a la Corona en los últimos tiempos.
«Conozco al Rey de toda mi vida y lo adoro. Es amable y me hace reír, y me encanta que me llame Fergie«confesó en una entrevista para Los tiempos diciembre pasado.
Sin embargo, la duquesa de York no siempre ha tenido buenas palabras para sus suegros. En 1996, apenas unos meses después de que se hiciera oficial su divorcio del príncipe Andrés, Sarah publicó mi historia –mi historia-, la primera parte de sus memorias.
«Nos separamos no porque hubiéramos dejado de amarnos, sino porque yo había llegado al límite de mi verdadera resistencia. Durante seis años había soportado las exigencias de la vida palaciega»Ferguson confesó en su biografía. Y añadió: «Había soportado el constante escrutinio de la prensa británica y la hostilidad apenas disimulada de la Familia Real. Poco a poco me habían doblegado».
Unos años más tarde, en 2011, lanzó Buscando a Sarah: el viaje de una duquesa para encontrarse a sí misma. Unas memorias que salieron a la luz tras los numerosos problemas económicos y públicos a los que se había enfrentado hasta ahora. En sus páginas, Sarah Ferguson volvió a hablar sobre sus sentimientos en Palacio.
La princesa Beatriz de York y su madre, Sarah Ferguson, en Ascot.
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Siguiendo esta misma línea, han sido varias las entrevistas en las que la exmujer del príncipe Andrés ha desvelado detalles de su relación con la Corona británica. «Pasé todo mi primer embarazo sola. Cuando nació Beatriz, [Andrés] Sólo tuvo 10 días de permiso en tierra».reveló en una entrevista para El bazar de Harper en 2011.
Cuando se habla de las polémicas en las que se ha visto envuelta Sarah, no se pueden ignorar sus fotografías de 1992 mientras le lamían los dedos de los pies durante unas vacaciones en Francia. La situación, según las crónicas de la época, provocó Un gran revuelo en la Familia Real.
Tampoco hay que olvidar cuando en 1989 fue acusada de plagio dos libros para niños. En los volúmenes, Ferguson presentó un trío de personajes que resultaron muy familiares a los lectores. Y la historia, así como el nombre de los protagonistas, fue muy similar a una novela publicada hace años.
Diana de Gales y Sarah Ferguson en una imagen de archivo.
A todo este cúmulo de situaciones se suma la publicación de libros de expertos sobre su controvertida figura. Unos extractos que no la dejan -en absoluto- en buen lugar. Sin embargo, esta serie de escándalos nunca estuvo acompañada de una reducción real de sus privilegios.
Es más, desde hace años Sarah Ferguson es considerada la eterna superviviente del ambiente de la Familia Real británica. ¿Pero por qué no decirlo? Ha sido una especie de duquesa consentido durante todo este tiempo.
Participación en eventos institucionales, vida en una residencia oficial de la Casa Real y trabajo usando la insignia de la Duquesa de York. Ninguno de los escándalos en los que estuvo involucrada antes de 2025 había llevado a Sarah Ferguson a pierde tus beneficios.
El príncipe Andrés y su ex esposa Sarah Ferguson, el pasado mes de septiembre.
Es más, la propia Isabel II autorizó en vida un funeral para Sarah en la Capilla de San Jorge, Windsora pocos metros de donde descansa Felipe de Edimburgo. Habrá que ver ahora qué le depara el futuro a una duquesa que puede perder aquello de lo que más beneficios ha sacado a lo largo de su vida: su título.
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