Sumar atribuye a su mediación el aplazamiento del choque con Junts: «Ganamos tiempo»
Sumar celebra como un éxito propio el aplazamiento de este jueves a la decisión de permitir o no a Junts pedir a Pedro Sánchez en el Congreso que se someta a una cuestión de confianza. El PSOE lleva expresando su rechazo no luz verde a su iniciativa, en la que piden a Pedro Sánchez una cuestión de confianza. El rechazo frontal del PSOE a permitir su tramitación amenazó con un choque de trenes con el partido de Carles Puigdemont, que amenazó con «consecuencias» en caso de que se vetara el debate parlamentario. Pero finalmente, los socialistas aceptaron posponer por segunda vez la votación, algo que el socio minoritario de coalición atribuye a su labor de «mediación» entre las partes, con negociaciones «a varias bandas» y un intento por bajar el suflé, con la tesis de que ha sido el propio PSOE quien ha «alimentado» el debate al darle «demasiada importancia«. En un intento por desviar el foco de este asunto, Yolanda Díaz ha convocado este viernes a un acto a todas las direcciones de partidos de coalición y a sus ministros para reclamar la reducción de jornada. La convocatoria es a las 11.30 de la mañana, contraprogramando la rueda de prensa que Puigdemont ha convocado en Bruselas a la misma hora.
[–>[–>[–>[–>En las filas de Sumar se muestran algo molestos con el debate, al considerar que es el intento de Junts por ganar protagonismo ha sido también alentado por los socialistas, que con su rechazo frontal ha terminado por concederle relevancia a una iniciativa que no deja de ser una proposición no de ley, sin carácter vinculante. Pero a día de hoy no ocultan su satisfacción por haber evitado, al menos de momento, el choque de trenes entre el Gobierno y Junts, que tiene cuatro votos necesarios para la mayoría de investidura. Un giro de última hora que atribuyen a su labor de «mediación» con los dos actores y a la falta de garantías que dieron al PSOE sobre la posibilidad de dar luz verde al debate.
[–>[–>[–>[–>El anuncio de Puigdemont en diciembre sobre la petición de una cuestión de confianza llevó a los socialistas a rechazar de inmediato la propuesta, argumentando que sólo el presidente del Gobierno puede activar este mecanismo, por el que tendría que dimitir en caso de no lograr mayoría. Los de Yolanda Díaz también se inclinaron por rechazar el trámite, apelando a razones jurídicas. Pero conforme las amenazas han crecido en en Junts -su secretario general, Jordi Turull, avanzó «decisiones que no le gustarán» en caso de no debatirse- en Sumar han modulado su posición, y ha ganado peso la postura defendida por Comuns y Compromís de relativizar la importancia del asunto, frente a la figura de Ernest Urtasun, uno de los ministros que más cierra filas con el PSOE.
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Este mismo miércoles Sumar reunió a la dirección de su grupo parlamentario y tras un largo debate, acordaron dejar su voto en el aire para dar margen a la negociación que ya se estaba produciendo entre PSOE y Junts para reformular la iniciativa de los posconvergentes y evitar lo que podría convertirse en una suerte de moción de censura encubierta, sin carácter vinculante pero cargada de simbolismo. Uno de los acuerdos alcanzados en la reunión de Sumar el miércoles es que se evitaría tomar posiciones claras más allá de la apuesta por el diálogo.
[–>[–>[–>[–>La mayoría de la coalición se inclinaba por rechazar la iniciativa, llegado el caso, pero algunas voces dejaban abierta la puerta a pasar con la abstención. En esta tesis estaba el diputado de los Comuns, Gerardo Pisarello, considerado por algunos un verso libre en la coalición y con afinidad con el ámbito independentista. Y una figura de importancia en el grupo, ya que es uno de los dos miembros que Sumar tiene en la Mesa y que podía decantar la balanza hacia un sentido o hacia otro. Algunas voces de la coalición creen que la falta de certezas en el PSOE sobre el sentido de su voto, en caso de producirse una votación, fue lo que les forzó a aplazarla de nuevo.
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«Negociación política»
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Esta nueva prórroga, creen en Sumar, da más margen para una negociación que permita normalizar las relaciones. «Ganamos tiempo«, creen en el partido de Díaz. El malestar es patente hacia los socialistas, con una larga lista de incumplimientos a sus espaldas que también se extienden al resto de aliados parlamentarios. En la coalición de izquierdas ven razones para el descontento en los socios del Gobierno, y confían a que el debate abierto a raíz de Junts permita «ahondar» en negociaciones de carácter «político», mucho más allá de lo reglamentario o lo jurídicamente válido.
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Así, fuentes de la plataforma señalan que la iniciativa de Puigdemont es ahora «una baza más» de negociación que tratarán de emplear para lograr concesiones por parte del Gobierno central. En caso de que el Gobierno impidiese el debate que reclaman los posconvergentes, asumen que cerraría la vía para encauzar el resto de negociaciones abiertas, entre ellas la subida del Salario Mínimo o, la que más les afecta, la reducción de la jornada laboral, la medida estrella de la ministra de Trabajo que a día de hoy no tiene los apoyos garantizados.
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En este marco, Sumar pretende que las negociaciones vigentes amplíen su horizonte y permitan explorar cesiones a Junts más alla de la cuestión de confianza. Públicamente se han pedido «gestos» a los socialistas, como la celebración de una reunión entre Sánchez y Puigdemont para darle lo que consideran la «amnistía política», el reconocimiento de su liderazgo más allá de que el Tribunal Supremo rechazase aplicarle la amnistía. Algunos incluso creen que las negociaciones podrían terminar permitiendo un acuerdo más global, donde un nuevo pacto entre Gobierno y Junts pudiera atar su apoyo a otras medidas y dar oxígeno a la legislatura, pudiendo entrar en esa negociación la admisión a trámite de la polémica proposición no de ley a cambio de otras contrapartidas.
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[–>[–>[–>[–>Las negociaciones del ala socialista están pilotadas por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, con intensos contactos entre socios de Gobierno a través del secretario de Estado de relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, y el secretario general del Grupo Parlamentario Sumar, Txema Guijarro. En Sumar apuntan a que hay contactos tanto por parte del grupo parlamentario como del Gobierno, aunque la consigna ahora es evitar dar detalles. No es la primera vez en la que Sumar ejerce de mediador con Junts; esta misma situación tuvo lugar tras las generales de 2023. Esa misma noche, Yolanda Díaz tomó la determinación de rescatar a Jaume Asens, entonces sin cargo institucional, como el impulsor de su propuesta de amnistía, y principal negociador con los partidos independentista, una fase que allanó el terreno para la vía que finalmente abrió el PSOE y que se aprobó en el Congreso el pasado mayo en forma de ley de amnistía. Asens es hoy diputado en el Parlamento Europeo en Bruselas, un escenario también habitual para Carles Puigdemont.
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