TERESA RIBERA COMISARIA | Feijoo lleva a Europa su guerra con Sánchez a través de Ribera y la gestión de la DANA
La reflexión es compartida por diputados de todos los grupos políticos y no hay pasillo en el Parlamento Europeo en el que no la repitan: en terreno comunitario no se puede jugar en clave de política nacional. Ni las instituciones europeas entienden esas batallas ni tampoco los partidos que integran cada una de las familias comparten los mismos intereses. Al menos, no siempre. Y por eso había tantas dudas -incluso entre eurodiputados del PP español- a la hora de sacar la artillería pesada contra Teresa Ribera para intentar frustrar su designación como vicepresidenta de la Comisión Europea. “Ha calado la idea de que su Ministerio tenía competencias en la gestión de la catastrófica DANA mientras ella hacía lobby aquí, en Bruselas. Pero de ahí a que caiga… Muy complicado”, reconocían algunos de ellos.
Pero la jornada de ayer dejó claro que la guerra de la política española -y la falta de tregua entre los dos grandes partidos, incluso en mitad de la mayor catástrofe natural en la historia reciente de España- se ha trasladado oficialmente a Europa.
El PP de Alberto Núñez Feijóo maniobró hasta el final para intentar dañar la candidatura de Ribera. Tanto es así que horas antes de que se celebrara la audiencia de la todavía ministra de Transición Ecológica (el examen oral al que se someten los candidatos a comisarios) los conservadores ya confirmaban que no contaría con el visto bueno el martes por la noche. Para eso necesitaban la complicidad del resto de eurodiputados populares.
Las gestiones para este objetivo escalaron hasta el nivel máximo. Feijóo mantuvo una videoconferencia con el jefe del PP europeo, el alemán Manfred Weber, al que trasladó la importancia que para la formación española tenía paralizar el nombramiento en pleno debate sobre la gestión de la DANA. El desgaste de la Generalitat Valenciana y muy especialmente de Carlos Mazón -con grandes presiones para que dimita- ha hecho al PP dar un giro en su estrategia, que culpa directamente al Ministerio de Ribera de la gestión como responsable de la Confederación Hidrológica del Júcar. Y quisieron implicar a su familia europea en este episodio.
Desde Bruselas, de hecho, el PP puso el foco en el hecho de que Ribera “hubiera decidido mantenerse como ministra” durante toda la carrera hacia la Comisión Europea. “Si hubiera dimitido de su cartera, no tendría responsabilidad en la tragedia. Pero fue su decisión. Y por eso ella es responsable también. A Arias Cañete le pidió Rubalcaba que dejara el Ministerio y lo hizo”, insisten.
Las horas previas a la audiencia de Ribera transcurrieron en un clima extraño y de constantes maniobras. La jornada en Bruselas ya comenzó agitada. Este martes se examinaban los seis candidatos restantes (ya han pasado el examen 20 de 26 candidatos y solo al húngaro le han exigido responder a más preguntas antes de confirmar su designación). El acuerdo fue que todos los nombramientos se pospusieran y no contaron con luz verde como ha ocurrido en el resto de casos.
Algunos dirigentes, también entre los socialdemócratas, insistían en que se trataba de un acuerdo “previamente establecido” por otras variables que también afectaban. Por ejemplo, las dificultades de apoyar a Raffaele Fitto, propuesto por Giorgia Meloni. Pero fuentes europeas de distintos ámbitos aseguraron que “la pieza clave siempre fue Ribera”. Y que el movimiento del PP fue lo que realmente desencadenó el efecto dominó.
Ribera se defiende: «Hubo alertas»
El rifirrafe entre la portavoz del PP, Dolors Montserrat, y Ribera se evidenció durante el ‘hearing’ a causa de la DANA. La conservadora aprovechó su pregunta en el interrogatorio para asegurar que “este examen es totalmente innecesario” porque “hace quince días tuvo el examen de su vida en Valencia”. Y continuó: «A usted le correspondía evitar la tragedia porque es responsable de la prevención de inundaciones y alertas. Debería haber comparecido ya en el Parlamento español en vez de estar escondida para salvar su sillón europeo. La juzgarán por su inacción”, espetó.
Ribera -que antes se había enfrentado al portavoz de Vox, Jorge Buxadé, en términos parecidos- se defendió ante la conservadora: “Me preocupa que no se tomen en serio las alertas y que se quiera minar la credibilidad de la AEMET”, avanzó, para después recordar que España, “igual que Alemania, es un país descentralizado” y que las responsabilidades están repartidas.
La vicepresidenta se defendió: “Las alertas se emitieron en tiempo” en referencia a los avisos que fue actualizando la AEMET, que llegó a elevar la situación a la alerta roja. “Empezaron a las 7 de la mañana. Ahí hay actuaciones como la de la Universidad de Valencia. Sí fueron alertados, pero las autoridades locales no las siguieron”, recalcó en una referencia velada a Carlos Mazón.
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La mayoría de preguntas del resto de eurodiputados, en realidad, versaron sobre las futuras competencias que tendrá la vicepresidenta -una vez sea confirmada- y que son muy amplias: desde las políticas verdes a los desastres naturales que puede provocar el cambio climático, hasta la relevante cartera de Competencia. “En Europa están más preocupados por Trump, Google y el futuro de la energía”, ironizaban en el equipo de la vicepresidenta española para cortar la presión del PP que, además, califican como “una mala noticia” para España. El cuestionamiento a Ribera impacta directamente en el nombramiento de más peso que tiene el país y, además, la socialista será ‘de facto’ la número dos de Ursula von der Leyen.
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