Trabajo deja en ‘stand by’ el acuerdo para la reducción de jornada y asume que volverá a posponerse por la crisis de la DANA
La tragedia por la DANA en la Comunidad Valenciana es el último motivo que ha llevado al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz a posponer de nuevo el acuerdo de reducción de jornada laboral. El pacto de Gobierno que firmaron PSOE y Sumar en octubre de 2023 incluía la reducción de la jornada laboral a 38,5 horas para este año y 37,5 horas en 2025, pero después de los distintos retrasos en la negociación, que lleva en marcha desde pricipios de año, no hay todavía horizonte temporal para que la medida salga adelante.
El departamento de Díaz afronta la última fase de negociación de la medida, pero admiten ahora que la propuesta final queda en ‘stand by’ después de lo sucedido por la gota fría y ante la preparación de planes de ayudas por parte del Gobierno para la reconstrucción de la Comunidad Valenciana. Unos planes diseñados para esa región pero que podría tener que ampliarse en próximos Consejos de Ministros en caso de que los daños por la DANA se amplíen a otras provincias, como el caso de Málaga.
Esta nueva pausa en la recta final de la negociación da tiempo a Díaz para buscar los apoyos necesarios en el Congreso para su aprobación, algo que a día de hoy no está garantizado por el ‘no’ de Junts. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar ha dibujado la reducción de jornada como su medida estrella de la legislatura, y ha sido el principal eje político de su espacio. Una medida que, en caso de caer en el Parlamento, le dejaría en una situación extremadamente delicada, más aún después de afrontar una crisis de calado como la desatada por Iñigo Errejón.
Negociación tortuosa
La negociación sobre la reducción de jornada lleva en marcha desde principios de año y ha sido escenario de desencuentros, ultimátums, reproches cruzados y el enfrentamiento abierto con la patronal de empresarios. Tras unas primeras reuniones formales del Ministerio de Trabajo con los agentes sociales, sindicatos y patronal pactaron intentar negociar bilateralmente las claves de la reforma, pero ante la falta de acuerdo, Trabajo volvió a coger las riendas por falta de consenso.
Desde entonces los desencuentros han sido sonados entre la CEOE y el departamento de Yolanda Díaz, que en junio dio un ultimátum a la patronal y amenazó con aprobar la medida sólo con los sindicatos. Pero las presiones desde Moncloa para intentar contar con los empresarios llevó a un cambio de actitud en el departamento de Díaz, que se avino a prolongar las conversaciones.
Cinco meses de negociación después, no se han producido avances. Trabajo llegó a ofrecer subvenciones de 6.000 euros a microempresas de algunos sectores con hasta cinco empleados. Esta propuesta se incluía en un paquete para incentivar la reducción de jornada, y los empresarios debían dar su respuesta a este último texto en la última reunión, que estaba prevista para este lunes y que fue cancelada por el Ministerio de Trabajo debido a la emergencia de la DANA. No hay fecha prevista para el nuevo encuentro que pueda dar luz verde a un texto definitivo.
Mientras tanto, en el Ministerio de Yolanda Díaz siguen presionando a los empresarios y asumen que el diálogo social no da más de sí y que debe comenzarse el trámite parlamentario, aunque lo ocurrido en Comunidad Valenciana obligue de nuevo a retrasar su puesta en marcha. Insisten en advertir que «ya hay acuerdo con los sindicatos» y deslizan que esa propuesta podrá ser la que vea finalmente la luz en diciembre o enero, en caso de mantener su negativa la patronal.
Sin mayoría parlamentaria
Pero el rechazo de los empresarios no es el único escollo que afronta la medida, que tampoco tiene a día de hoy los apoyos parlamentarios necesarios para que salga adelante, después de que Junts haya mostrado su rechazo a la reforma. En los últimos días los sindicatos se han volcado en asegurar el apoyo de PNV y Bildu a la propuesta, y el secretario general de UGT avanzó un viaje a Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont y tratar de llevarle al sí. Pero lo cierto es que a nivel parlamentario la reforma afronta más dudas que certezas.
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La postura del PP es clave también en esta norma, después de que condicionara su eventual apoyo a la norma a que estuviera también refrendada por la patronal de empresarios. El hecho de que Trabajo lleve adelante la reducción de jornada sólo con los sindicatos dificulta la aritmética, aunque durante algunas semanas en Sumar fantasearon con la idea de que el PP, que exhibió un giro social y llegó a presentar un paquete de medidas sobre conciliación, le llegara a apoyar la norma. La tragedia de la DANA da ahora más tiempo al ministerio de Yolanda Díaz para seguir buscando los apoyos necesarios que aseguren la reforma.
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