Trump aterriza en Escocia para promocionar sus resorts y estrechar lazos con el Reino Unido
La Casa Blanca lo ha anunciado como un «viaje privado», pero la visita de Donald Trump a Escocia a partir de este viernes va mucho más allá del mero disfrute de sus campos de golf. El presidente de Estados Unidos aprovechará su estancia de cinco días en la nación para mantener encuentros con algunos de los principales representantes políticos del Reino Unido, incluido el primer ministro, Keir Starmer, para tratar asuntos como la guerra en Ucrania, la catástrofe humanitaria en Gaza y la batalla arancelaria. Starmer, quien ha mantenido una postura mucho menos beligerante con Trump que otros líderes internacionales, confía en que la devoción que el presidente siente por Escocia ayude a engrasar el encuentro, a pesar de las protestas programadas en contra de la visita.
El primer ministro quiere aprovechar la reunión con Trump, prevista para el lunes, para cerrar cuanto antes un acuerdo que permita reducir los aranceles que siguen en vigor sobre las exportaciones británicas, incluidos los gravámenes del 25% sobre el acero y el aluminio.
A pesar de que los dos líderes anunciaron un pacto el pasado mayo para eliminarlos, todavía existen algunos detalles pendientes de resolver, incluidos los tipos de acero que estarían cubiertos por estas exenciones y la implicación del grupo chino Jingye en la empresa británica British Steel, la cual fue nacionalizada parcialmente por el Gobierno el pasado abril. Starmer también quiere evitar la imposición de aranceles a la industria farmacéutica, algo que en Downing Street ven con optimismo.
Gaza y Ucrania
Más sensible será abordar la dramática situación en Gaza. La presión sobre el primer ministro para que reconozca el Estado palestino ha ido en aumento esta semana, incluso dentro de su propio partido, a raíz de las imágenes cada vez más duras que llegan desde la Franja, donde la falta de alimentos y de ayuda humanitaria está asfixiando a la población.
Starmer ha evitado por ahora dar el paso y ha insistido en que la principal prioridad es alcanzar un alto el fuego, pero el bloqueo de Israel a la entrada de suministros ha obligado al primer ministro a endurecer el tono y a amenazar con nuevas acciones contra el Gobierno de Binyamin Netanyahu. El ‘premier’ británico tratará de abordar este asunto con Trump y evitar tomar decisiones de forma unilateral que puedan dañar sus relaciones con Washington.
La situación en Gaza también será uno de los temas principales en la reunión que el presidente estadounidense mantendrá con el ministro principal de Escocia, John Swinney, quien ha mostrado una posición mucho más firme que Starmer. «Como ministro principal, es mi responsabilidad promover nuestros intereses, así como plantear cuestiones globales y humanitarias de gran importancia, incluido el sufrimiento inimaginable que estamos presenciando en Gaza. Debemos garantizar que la voz de Escocia se escuche en las más altas esferas gubernamentales de todo el mundo», ha asegurado el líder escocés en un comunicado emitido en la víspera de la visita del mandatario estadounidense.
Además de la situación en Gaza, Starmer y Trump también tienen previsto hablar sobre la guerra en Ucrania y las recientes conversaciones entre Kiev y Moscú para alcanzar un posible alto el fuego. Starmer tratará de convencer a Trump sobre la necesidad de seguir apoyando a Ucrania ante la falta de voluntad del presidente ruso, Vladímir Putin, de sentarse en la mesa de negociación.
El suministro de armas estadounidenses a la Unión Europea para abastecer al ejército ucraniano, así como el envío directo de material militar por un valor de 322 millones de dólares, ha sido bien recibido por los países del continente, quienes insisten en la necesidad de colocar a Kiev en la «mejor situación posible” ante unas eventuales negociaciones de paz.
Protestas locales
A pesar de que una parte de la visita estará marcada por los encuentros con líderes políticos, el principal propósito de Trump será promocionar los dos resorts que posee en Escocia. El propio Starmer tiene previsto desplazarse a los lujosos complejos de golf en Turnberry y en Aberdeen, donde el presidente estadounidense tiene previsto inaugurar un nuevo campo de 18 hoyos. La visita irá acompañada de un fuerte dispositivo de seguridad e incluirá un despliegue policial de enormes dimensiones, cuyo coste se estima que alcance los 12 millones de euros.
Trump ha expresado en muchas ocasiones su devoción por Escocia, lugar de nacimiento de su madre y al que viaja de forma frecuente. Sin embargo, una parte mayoritaria de los escoceses mantienen una opinión negativa del líder estadounidense, cuyos negocios han provocado desacuerdos con las autoridades locales y han alimentado las protestas de grupos ambientalistas y activistas políticos, quienes denuncian falta de transparencia fiscal y tratos de favor en la concesión de permisos.
El grupo Stop Trump Coalition ha convocado dos protestas en Edimburgo y en Aberdeen en contra de la visita del mandatario, a las que se prevé que acudan miles de personas. Unas protestas que se repetirán previsiblemente el próximo septiembre, en la que será su segunda visita de Estado al Reino Unido.
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