Trump frena las reservas de viajes

Ni el atractivo de la mundana Nueva York, ni las playas de la demócrata California, ni el encanto de los inmensos parques nacionales o la tranquilidad de los resorts de lujo de Florida se salvan de las consecuencias que empiezan a tener las políticas imperialistas y la retórica belicista de Donald Trump. Con sus guerras comerciales al resto del mundo, su ofensiva contra la inmigración y el goteo de relatos de turistas retenidos en las aduanas, la imagen internacional de Estados Unidos, la potencia abierta culturalmente, admirada y respetada en todo el mundo hasta hace cuatro días, cae y con ella, el interés de los turistas en viajar al país.
El portal Axios ha recogido los números de llegadas de ciudadanos extranjeros a los 10 principales aeropuertos del país desde principios de año hasta el 28 de marzo y estos reflejan una caída de visitantes del 18,4% respecto del mismo período del año pasado. Sin contabilizar las llegadas de Canadá y México (cuya caída es la más pronunciada), la gubernamental Agencia Federal de Viajes y Turismo ha informado de una caída del 11,6% de los visitantes extranjeros en marzo, según un adelanto de su informe mensual que ha facilitado a la agencia Associated Press.
Con estos números, las alarmas han empezado a sonar un sector que tras las buenas cifras de 2024, con 72 millones de visitantes extranjeros, se las prometía felices y aspiraba a superar los 77 millones en 2025, muy cerca de los niveles prepandemia. New World Travel, una compañía californiana que organiza paquetes vacacionales, constata que sus reservas han caído entre el 20% y el 50% en las últimas 10 semanas. “Estados Unidos ya no se percibe como un destino amigable”, afirmado Marco Jan, CEO de la empresa.
«Puede ser mucho peor»
Entrados ya en el cuarto mes del año, Tourism Economics, una importante organización especializada de la consultoría Oxford Economics, ha pronosticado esta semana una caída del turismo para este año del 9,4%, casi el doble que la caída del 5% que predijo a principios de febrero y en sentido absolutamente contrario al crecimiento del 9% respecto a 2024 que había dicho el pasado diciembre. Pero además, la organización advierte que esta tendencia, “puede ser mucho peor, a medida que se vayan desarrollando los acontecimientos”.
Que entrar en Estados Unidos siempre ha sido un trámite farragoso es de sobras conocido por cualquiera que haya visitado el país. Inacabables cuestionarios, solicitud de la ESTA, visado en la embajada de Madrid tras una entrevista presencial, largas colas en aduanas. Un error burocrático podía suponer permanecer retenido e interrogado en el aeropuerto durante horas y en el peor de los casos, la denegación del permiso para entrar. Pero ahora puede suponer acabar unos días en la cárcel.
Las noticias sobre las experiencias de turistas con visado legal o de residentes extranjeros con la ‘green card’ en regla que han sido detenidos y mal tratados por agentes de inmigración a su llegada a Estados Unidos circulan por el mundo y con el paso de las semanas se van sumando países que están advirtiendo a sus ciudadanos que sean muy cautos si van a viajar a ese país. España ha sido el último país europeo en actualizar este jueves sus recomendaciones de viaje a Estados Unidos, algo que ya habían hecho hace semanas Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Noruega y Finlandia. También lo ha hecho Canadá y China.
En medio de la brutal guerra comercial desatada entre los dos gigantes esta semana, el Ministerio de Cultura y Turismo chino ha pedido a sus ciudadanos que sopesen los riesgos de viajar a Estados Unidos citando el deterioro de las relaciones bilaterales así como “la situación de seguridad” en el país. Más de 1.6 millones de turistas chinos visitaron Estados Unidos el año pasado, siendo Disneylandia, Nueva York y Hawai los destinos preferidos.
Visitantes transgénero
En el caso de algunos países europeos, las advertencias a los turistas se dirigen específicamente al colectivo LGTBI por las políticas de Trump de rechazo a los transgénero y se avisa a estas personas del riesgo que corren si en su pasaporte figura una identidad de género diferente a su sexo de nacimiento. Es el caso del Gobierno español, en cuyas recomendaciones se lee: «Los formularios de solicitud de ESTA y visa para EEUU exigen que los viajeros declaren su sexo. Las recientes medidas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos requieren que estos formularios reflejen el sexo biológico del viajero al nacer».
En otros casos, son advertencias más vagas y se insta en ser especialmente cuidadoso con los trámites aduaneros, advirtiendo que los controles fronterizos se han vuelto más estrictos, en el marco de la ofensiva de la Administración estadounidense contra la inmigración ilegal. En este clima intimidatorio, la ONU y el Banco Mundial han instado al personal de su sedes en Nueva York a llevar siempre consigo su identificación de trabajo, y copias de sus visas y pasaportes y los documentos que acrediten su situación migratoria.
La prensa internacional está aireando varios casos de personas que han sufrido desagradables experiencias en las aduanas de entrada en Estados. Así le ocurrió a la ciudadana británica Rebecca Burke que cuando Canadá le rechazó su visado de turista y la devolvió a EEUU para que pidiera uno de trabajo, fue arrestada durante 10 días. O famoso ha sido el caso de la canadiense Jasmine Mooney, con permiso de residencia y trabajo en San Diego, que pasó dos semanas encerrada en prisiones privadas. O el científico francés al que se le negó la entrada porque en su teléfono había mensajes con críticas a las políticas de Trump.
Adam Sacks, presidente de Tourism Economics, dijo en declaraciones a la revista Forbes que cuando la política estadounidense es contraria a Europa, afecta a los viajes de los turistas europeos, y que así se puso ya de manifiesto durante la invasión de Irak, muy impopular en Europa. “Pero lo que ahora estamos viendo es peor, porque básicamente estamos tratando a los europeos como adversarios”, afirma. “Con cada una de las políticas, cada mensaje, vemos error tras error y esto tiene un impacto directo en los viajes internacionales a Estados Unidos”.
Las agencias de viaje españolas
En España, la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVE) ha informado que se empieza a notar un retroceso en la demanda de viaje a Estados Unidos para este año. Tras entrevistas a 400 agencias de viaje, casi la mitad ellas han notificado que notan ya este descenso y sin poder precisar que si ello obedece al miedo de verse envuelto en un incidente en la aduana o a un deseo de boicot, portavoces de ACAVE sí explican al PERIÓDICO que se puede establecer una directa relación con las políticas de Trump. Otras voces del sector en Estados Unidos hablan también de un descenso remarcable en la caída de visitantes desde países escandinavos, donde Trump amenaza con arrebatar el control de Groenlandia a Dinamarca.
La situación es mucho más delicada para Estados Unidos en el caso de los vecinos del norte y el sur: Canadá y México, que el año pasado enviaron respectivamente 20 y 16 millones de turistas al país, casi la mitad del total recibidos. Las reservas aéreas desde México cayeron en febrero el 6% pero el descenso es del doble en el caso canadiense, un 13%, mientras que las entradas por carretera se redujeron un 23% desde país, constituyendo un perfecto termómetro el mal momento que atraviesan las relaciones bilaterales.
Fue el exprimer ministro Justin Trudeau que ante la retórica neoimperalista de Trump con Canadá, país al que se refiere como “el estado 51”, y los aranceles e instó a no viajar a Estados Unidos. «Los canadienses estamos dolidos. Los canadienses estamos enfadados. Vamos a elegir no ir de vacaciones a Florida o a Old Orchard Beach (Maine)», dijo. El actual jefe del Gobierno, Mark Carney, dio luego por “acabada” la histórica relación de cooperación bilateral.
Según la Guía Oficial de Aerolíneas (OAG, por sus siglas en inglés), las reservas anticipadas para volar a EEUU desde Canadá hasta finales de septiembre han caído un 76% respecto año pasado. En marzo solo se compraron 295.982 billetes aéreos desde Canadá, frente a los 1.218.570 del mismo mes el año pasado. Air Canadá ha reducido sus vuelos a Florida, Las Vegas y Arizona esta primavera ante la caída de la demanda.
El turismo es un sector clave en la economía estadounidense. El año pasado , la industria turística dejó unos ingresos de 2,3 billones de dólares y el sector da trabajo a 9,5 millones de personas. Tourism Economics calcula que con el descenso previsto ahora, los visitantes extranjeros dejarán de gastar 9.000 millones de dólares en el país este año.
Pero el golpe no es solo económico. Hace años en Barcelona, el exembajador israelí Shlomo Ben Ami, ante la emergencia de nuevas potencias mundiales como China y la India, afirmaba que el liderazgo global se medía también en la capacidad de ejercer influencia cultural en el mundo y en la apertura al resto del planeta, lo que se viene a conocer como ‘soft power’, algo que parecía indiscutible en Estados Unidos y que Trump en menos de 100 días al mando está lastimando quizá de forma irreversible.
Neri Karra Silaman, una reconocida profesora en la Universidad de Oxford decía hace unos días a la BBC: “Cuando académicos, científicos, artistas, diseñadores y emprendedores empiecen a elegir otros países, EEUU. perderá algo más que visitantes. A largo plazo, perderá competitividad se convertirá en una sociedad cerrada que sofocará el crecimiento y la innovación».
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