Trump legitima el asalto al Capitolio con más de 1.500 indultos a sus perpetradores
El mayor ataque sufrido por la democracia estadounidense desde que el ejército británico prendiera fuego al Capitolio en 1812 quedará para la posteridad blanqueado y sin castigo. En una de sus primeras decisiones desde que jurara por segunda vez la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha indultado o conmutado las penas a los más de 1.500 condenados hasta la fecha por asaltar la sede del Congreso el 6 de enero de 2021. Tanto aquellos que hirieron a un centenar de policías armados con palos, esprays o pistolas como aquellos condenados a penas aún más largas de prisión por “conspirar para la sedición”, o lo que es lo mismo, organizarse para tratar de derrocar al gobierno por la fuerza. Después de referirse a ellos como “patriotas” y “rehenes”, el republicano afirmó que su gesto de clemencia pondrá fin a “la grave injusticia nacional perpetrada sobre el pueblo estadounidense en los últimos cuatro años”. El tiempo que pasó el Departamento de Justicia tratando de que rindieran cuentas todos aquellos que asaltaron el Capitolio en nombre de Trump.
[–>[–>[–>[–>De esa forma podría decirse que el nuevo presidente se está exonerando implícitamente también a sí mismo. No en vano, aquel asalto llegó después de que Trump incitara a sus seguidores a marchar contra el Capitolio para prevenir que sus señorías certificaran la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones de 2020, que todavía hoy sigue diciendo que fueron un “fraude”. De no haber ganado esta vez, es posible que Trump hubiera sido condenado por impedir entonces la transferencia pacífica del poder. Así lo dijo antes de dimitir hace unas semanas el fiscal especial Jack Smith, encargado de investigar su interferencia en el resultado electoral. Smith llegó a imputar a Trump, y en su informe final concluyó que existían suficientes pruebas para haberle condenado. Una posibilidad enterrada definitivamente por su victoria en noviembre, ya que la Constitución prohíbe incriminar a un presidente en ejercicio. El magnate sí fue condenado de 32 cargos por falsificar documentos para tratar de silenciar a la actriz porno Stormy Daniels, con la que supuestamente mantuvo una relación sentimental.
[–>Liberado el líder de los Proud Boys
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Esta vez el republicano ha concedido el «perdón completo e incondicional” a todos los condenados por el asalto, lo que incluye a más de 300 personas encarceladas por los delitos cometidos aquel día. A otras 14 les ha conmutado l pena, un grupo que incluye a los líderes de los Proud Boys y los Oath Keepers, los dos grupos de extrema derecha más activos aquel 6 de junio. Tanto Enrique Tarrio, el cabecilla de los primeros, condenado a 22 años, como Stewart Rhodes, el jefe de los segundos, que cumplía una condena de 18 años también por conspiración sediciosa, han salido este martes de la cárcel.
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Así lo quiso Trump al firmar su declaración la víspera y ordenar a su fiscal general que se asegurara de que “todos los reos son liberados inmediatamente”. También ha salido ya de prisión Jacob Chansley, el hombre que se convirtió en el estrambótico rostro de la insurrección al pasearse por el Capitolio a pecho descubierto, con un gorro con cuernos de bisonte y una lanza con la bandera de EEUU. Chansley había sido condenado a 41 meses de cárcel por obstruir los procedimientos oficiales para ratificar la victoria de Biden.
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Espaldarazo para la extrema derecha
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En el entorno del trumpismo muchos creen que la Administración saliente se había excedido en su persecución de los responsables del asalto. Una percepción que no comparte la mayoría de estadounidenses, según varias encuestas. Lo que está claro es que la decisión del nuevo presidente será un espaldarazo para la extrema derecha y los movimientos radicales que apoyan al republicano. “Al indultar y conmutar las penas de aquellos que participaron en la insurrección del 6 de enero, Trump ha legitimado la insurrección y al mismo tiempo ha señalado que no tendrán que pagar ningún precio aquellos que recurran a la violencia para defender su causa”, le ha dicho a ‘The Washington Post’ la directora del Centro para la Presidencia Americana de la Universidad de Vanderbilt, Nicole Hemmer. Y, entre medio, añadió también ha puesto de manifiesto “las tendencias autoritarias de la nueva Administración”.
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