Trump quiere que todos los americanos vayan en coches nuevos. Y por eso este descuento
Durante años, comprar un coche asequible ha sido como correr en una cinta “cuesta arriba”: no se llega rápidamente a ninguna parte y es agotador. Ahora, esa tarea podría volverse aún más difícil. Los aranceles de importación propuestos por el presidente electo Donald Trump sobre vehículos fabricados en México y Canadá están asestando un golpe a los compradores de automóviles preocupados por su presupuesto, golpeándolos donde más les duele: sus billeteras.
No es ningún secreto que México se ha convertido en un importante centro de fabricación de automóviles asequibles. De hecho, hoy en día, alrededor de un tercio de los vehículos con un precio inferior a 30.000 dólares vendidos en Estados Unidos se fabrican al sur de la frontera, según Edmunds. Modelos como el Nissan Sentra y el Ford Maverick deben su precio competitivo a los menores costos laborales en México, pero el arancel del 25% propuesto por Trump podría elevar esos precios y poner estos autos fuera del alcance de muchos compradores.
$3.000, el aumento por los aranceles a los autos baratos
Las cifras pintan un panorama sombrío: uUn análisis de Wolfe Research estima que los aranceles podrían añadir 3.000 dólares al precio medio de un automóvil. Para los vehículos que ya están dirigidos a compradores preocupados por los costes, esto podría ser un problema. En declaraciones al Wall Street Journal, Steven Center, jefe de operaciones de Kia en Estados Unidos, dijo sin rodeos: «Por favor, no me golpeéis en el brazo ni en la cabeza, pero no me abofeteéis con un arancel».
La industria automotriz estadounidense ha dependido durante mucho tiempo de México para hacer que los vehículos más pequeños sean más asequibles. Según se informa, los salarios de los trabajadores mexicanos comienzan entre $3,50 y $4,30 por hora, en comparación con $33 en Estados Unidos, lo que ha permitido a los fabricantes de automóviles mantener bajos los costos de modelos con márgenes de ganancia inferiores. Pero esta estrategia podría fracasar si se implementan los aranceles de la nueva administración Trump.
El aumento de aranceles impuestos por Trump perjudica a compradores y productores
Los compradores de automóviles ya están sintiendo la presión de Trump. El pago mensual promedio de un automóvil ha aumentado a más de $760, frente a $500 en 2016. Para uno de cada cinco compradores, esa cifra es más de $1,000. Los costos crecientes están empujando a más estadounidenses a optar por vehículos más pequeños y baratos, muchos de los cuales se fabrican en México. Modelos como el Kia Forte y el Nissan Sentra están experimentando una mayor demanda, pero esas ganancias podrían desaparecer si los aranceles entran en juego.
No son sólo los consumidores los que están preocupados. Tanto los fabricantes de automóviles como los concesionarios se están preparando para el impacto de Trump. Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors, que fabrica alrededor de un tercio de los automóviles vendidos en Estados Unidos en México, sugirió que las amenazas arancelarias podrían ser simplemente una moneda de cambio. “Creo que esto es parte de la negociación para lograr los objetivos”, afirmó.
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