Un estudio sugiere que el consumo de carne roja eleva el riesgo de demencia
Un nuevo estudio refuerza la cruzada contra el consumo de carnes rojas, especialmente procesadas. Sobre sus efectos sobre las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la obesidad o ciertos tipos de cáncer, el trabajo del Mass General Brigham, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y el Instituto Broad del MIT y Harvard descubrieron que comer mayores cantidades de carne roja, especialmente en sus formas procesadas, también aumenta el riesgo de demencia.
Los resultados, publicados en «Neurology», destacan que sustituir la carne roja procesada por fuentes de proteínas como la frutos secos, legumbres o pescado puede reducir el riesgo de demencia en aproximadamente un 20%.
A medida que la población envejece, la demencia presenta un desafío cada vez mayor para los pacientes y sus familias. Entre las 133.771 personas incluidas en este estudio, con una edad media de 49 años al inicio del estudio, 11.173 fueron diagnosticadas con demencia hasta 43 años después.
Los datos se extrajeron del Estudio de salud de enfermeras (NHS) y del Estudio de seguimiento de profesionales de la salud (HPFS), que estudian prospectivamente la salud y el estilo de vida de miles de participantes, que pueden influir en el riesgo de enfermedades crónicas como la demencia. Los estudios incluyen décadas de información de salud detallada, incluidas las dietas típicas de los participantes, que se actualizan cada 2 a 4 años.
Una porción típica de carne roja pesa 85,05 gramos, o aproximadamente el tamaño de una trozo de jabón.
Aquellos que consumen en promedio un cuarto o más de una porción diaria de carne roja procesada (unas dos lonchas de tocino, una loncha y media de mortadela o un hot dog), en comparación con aquellos que consumen una cantidad mínima (menos de una (una décima parte de una porción por día), tenía un riesgo 13 % mayor de desarrollar demencia, controlando muchos factores clínicos, demográficos y de estilo de vida, como el nivel socioeconómico y los antecedentes familiares de demencia.
El estudio evaluó la función cognitiva objetiva mediante evaluaciones cognitivas estándar y encontró que esta medida también era peor en las personas. Consumieron más carne procesada, con envejecimiento cognitivo acelerado de aproximadamente 1,6 años por porción diaria promedio.
Los investigadores también observaron el deterioro cognitivo subjetivo autoinformado, que puede preceder a los marcadores de deterioro cognitivo en las evaluaciones estándar. Un mayor riesgo de deterioro cognitivo subjetivo autoinformado se asoció con el consumo de carnes procesadas o no procesadas (como carne de res, cerdo y hamburguesas).
El riesgo de deterioro cognitivo subjetivo autoinformado aumentó en un 14% para aquellos que comieron una cuarta parte o más de porciones de carne procesada por día en comparación con el grupo de consumo mínimo, y en un 16% para aquellos que comieron una o más porciones diarias de carne no transformado. en comparación con aquellos que comieron menos de media porción.
Los investigadores continúan explorando los factores que relacionan la carne roja con el riesgo de demencia, particularmente aquellos que afectan microbiota intestinal. El óxido de trimetilamina (TMAO), un producto bacteriano de descomposición de la carne, puede aumentar la disfunción cognitiva debido a sus efectos sobre la agregación de amiloide y tau, proteínas involucradas en la enfermedad de Alzheimer, pero la investigación es limitada. El contenido de grasas saturadas y sal de la carne roja también puede dañar la salud de las células cerebrales.
¿Adiós a la carne?
Sin embargo, no se trata de eliminar por completo el consumo de carnes rojas para quienes así lo deseen.
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) aconseja mantener las recomendaciones actuales de salud pública respecto al consumo moderado de carne, de 2 a 3 veces por semana, ya que su consumo continuado y/o excesivo puede estar relacionado con determinados problemas de salud. , teniendo en cuenta que la carne es un importante fuente de proteínas de alto valor biológicoaportando además una gran cantidad de micronutrientes entre los que se incluyen vitaminas del complejo B, hierro, potasio, fósforo y zinc. Esto se refleja en todas las guías nutricionales existentes.
Respecto a las carnes procesadas, se considerarán las carnes que hayan sido procesadas mediante salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos destinados a mejorar su sabor o conservación, tales como salchichas, salchichas, jamón, carne enlatada, carne seca, así como carnes y carnes enlatadas. Preparaciones base y salsas, se recomienda un consumo muy ocasional, menos de 50g semanales.
AECOSAN recuerda también que la los beneficios de una dieta variada, moderada y equilibrada, como la mediterránea, rica en frutas, verduras y aceite de olivalas legumbres y el pescado, con un consumo limitado de carne, están científicamente comprobados, y en ellos se basan las recomendaciones nutricionales de nuestro país.
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