Un misterioso mensaje para 2025
Cada año, cuando llega el mes de noviembre, la redacción de la revista «The Economist» echa mano de toda la información que maneja, que es mucha, y se aventura a hacer un avance de las tendencias, las preocupaciones y las personalidades de las que se hablará y que darán que hablar durante los siguientes doce meses.
La portada del número que «The Economist» ha dedicado a las predicciones para 2025 está ilustrada con un abigarrado collage, un puzle con las piezas de ese futuro que está a punto de comenzar. En 2024 la revista utilizó el mismo recurso gráfico. En esta ocasión la imagen resultante es algo más inquietante: en el centro, Donald Trump, que en enero retornará a la Presidencia de Estados Unidos; a su izquierda, Vladimir Putin, y, levantando la mirada, en el mismo eje, el presidente de la República popular china, Xi Jinping; al otro lado, Volodímir Zelenski, y por encima de él la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Los grandes ejes políticos de 2025 han quedado trazados.
El enigmático vaticinio de «The Economist», una de las publicaciones más reputadas e influyentes en los círculos que detentan el poder político y económico, incluye símbolos e imágenes que dan pie a un sinfín de interpretaciones. Hay quien ve entre ellos códigos ocultos y referencias astrológicas. Hay quien hace lecturas en clave tremendista: un desastre nuclear, una nueva pandemia, una revuelta de las clases trabajadoras o una crisis alimentaria y medioambiental.
Coronando ese criptograma circular, el planeta Saturno, lo que no resulta demasiado tranquilizador, porque es inevitable evocar al dios romano que, como el tiempo, devora a sus hijos. La importancia del paso del tiempo, que se agota, queda subrayada en la portada de «The Economist» con un reloj de arena, como una doble advertencia.
Pero, ¿quién es esa dama que se asoma en la parte inferior de esa trama? ¿Quién es la antagonista de Saturno? Se trata de Jane Austen. En 2025 se cumplen 250 años de su nacimiento, el 16 de diciembre de 1775. En torno a esa efeméride y a su literatura está prevista la celebración de numerosos eventos, sobre todo en el mundo anglosajón. La británica está lejos de poder ser presentada como una escritora feminista, pero en sus novelas hay una aproximación más real que la acostumbrada en su época al universo femenino. Sus heroínas tienen más carácter; son, en la medida en que se lo podían permitir, más críticas, más libres y más resueltas.
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En títulos como «Sentido y Sensibilidad», «Orgullo y prejuicio», «Emma» o «Mansfield Park» retrata una sociedad rural que pronto entrará en crisis, con la irrupción de la primera revolución industrial. A las puertas de la cuarta revolución industrial, la de los datos y la robótica, la revolución digital, ¿qué mensaje nos envía Jane Austen?
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