Un riñón de cerdo funciona dos meses en un receptor con muerte cerebral
Dos estudios publicados en “Nature” presentan un análisis detallado de la respuesta inmune a un trasplante de riñón de cerdo a humano en un paciente con muerte cerebral durante un período de dos meses. Estos resultados podrían contribuir a una mejor comprensión de las causas y … marcadores de fracaso de xenotrasplantes, con el objetivo de mejorar los resultados de los pacientes en futuros estudios.
Según estudios realizados por el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y el Langone Healthel de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), el injerto de riñón de cerdo trasplantado a un receptor humano con muerte cerebral trabajó normalmente durante dos meses.
Este descubrimiento supone un avance histórico en el campo de los xenotrasplantes, que pretende paliar la escasez mundial de órganos disponibles para trasplantes, según explican sus investigadores.
Los investigadores trasplantaron un riñón y un timo de un cerdo genéticamente modificado a un hombre de 57 años con muerte cerebral previamente diagnosticado con glioblastoma. Durante 61 días, el órgano mantuvo la función renal sin complicaciones significativas y los investigadores pudieron recolectar muestras de tejido y líquido diariamente para analizar las respuestas inmunes del receptor.
El protocolo, desarrollado por inmunólogos de la Universidad de Columbia, integra el trasplante conjunto del timo porcino, órgano clave en la formación del sistema inmunológico, con el riñón. Este enfoque busca «enseñar» el sistema inmunológico del receptor tolere el órgano trasplantado y evite su rechazo.
«Nuestros análisis sugieren que el timo de cerdo trasplantado ayudó a evitar que el sistema inmunológico del receptor atacara el riñón», explicó Megan Sykes, directora del Centro de Inmunología Traslacional de Columbia y coautora del estudio.
El trasplante combinado también evitó la pérdida de proteínas en la orina, una complicación que ha obstaculizado intentos anteriores de xenotrasplantes.
Límites
Sin embargo, a pesar de los resultados positivos, los investigadores detectaron un episodio de rechazo inmunológico un mes después del trasplante, inicialmente atribuido a anticuerpos, pero finalmente relacionado con las células T preexistentes del receptor. El rechazo fue revertido mediante un tratamiento temporal para eliminar estas células.
Además, se han identificado anticuerpos dirigidos a antígenos porcinos previamente desconocidos, lo que abre nuevas vías de investigación para mejorar la compatibilidad entre especies.
El riñón de cerdo utilizado había sido genéticamente modificado sólo para eliminar la molécula alfa-gal, responsable del rechazo inmediato. A pesar de esta modificación mínima, el órgano funcionó correctamente durante dos meses, lo que sugiere que no siempre son necesarias múltiples modificaciones genéticas para lograr la tolerancia inmune.
«Esto podría simplificar la producción de órganos porcinos y aumentar su disponibilidad para los pacientes», dijo Sykes.
El equipo dirigido por Robert Montgomery, director del Instituto Langone de Trasplantes de la Universidad de Nueva York, aplicó un análisis multiómico que permitió la identificación de respuestas inmunitarias específicas del receptor en diferentes momentos.
Los investigadores pudieron predecir los episodios de rechazo con cinco días de antelación mediante la monitorización de biomarcadores sanguíneos.
Señales de advertencia
«Nuestros resultados revelan señales de advertencia que podrían ayudar a prevenir el rechazo de futuros trasplantes de órganos porcinos en humanos», afirmó Eloi Schmauch, coautor del estudio.
El trabajo demuestra que un riñón de cerdo puede reemplazar funcionalmente a un riñón humano durante semanas y ofrece información fundamental sobre cómo controlar las respuestas inmunitarias.
“Estos resultados nos preparan para anticipar y tratar reacciones inmunes en futuros ensayos clínicos con pacientes vivos«, señaló Montgomery.
Aunque los resultados proceden de un estudio realizado en un paciente con muerte cerebral, los investigadores coinciden en que este tipo de trabajos son fundamentales para perfeccionar los protocolos antes de pasar a ensayos clínicos en receptores vivos.
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