Una mano biónica experimental permite a personas con parálisis recuperar el sentido del tacto
En los últimos años se han logrado grandes avances científicos para mejorar la vida de las personas tetrapléjicas, que en muchos casos, ya sea por una enfermedad o por una lesión, han perdido tanto la movilidad como la sensibilidad de gran parte o de todo su cuerpo. Se ha conseguido, por ejemplo, desarrollar brazos biónicos, herramientas de inteligencia artificial que facilitan los movimientos y hasta ordenadores capaces de ‘leer la mente’ y traducir sus pensamientos a texto hablado. Pero el que hasta ahora ha sido uno de los grandes escollos de la investigación ha sido la creación de una herramienta que permita a estas personas recuperar la sensación del tacto. Según anuncia la revista ‘Science’ este jueves, un equipo internacional de investigadores ha logrado diseñar una técnica de estimulación cerebral inédita con la que se ha logrado que personas que llevaban años sin sentir ningún estímulo táctil pudieran volver a sentir el mundo a través de este sentido.
[–>[–>[–>[–>La técnica, desarrollada por el grupo internacional de investigación ‘Cortical Bionics Research Group’ (CBRG), se basa en dos elementos. Por un lado, un brazo biónico extracorpóreo acoplado a la silla de rueda de los pacientes y, por otro lado, un conjunto de electrodos intracorticales implantados en el cerebro de los pacientes. Según explican los creadores de estas herramientas, el uso de estos dispositivos permite registrar información precisa sobre la forma y la textura de un objeto mediante sensores externos para después trasladar estos datos al cerebro y recrear la actividad eléctrica que se da ante una sensación táctil real. De esta manera, los pacientes pueden volver a percibir la textura, la forma, la curvatura y el movimiento de un objeto concreto. Las pruebas realizadas en dos pacientes apuntan a un resultado más que esperanzador.
[–>La técnica ya se ha probado con éxito en dos pacientes que llevaban años paralizados y sin apenas sensibilidad en el cuerpo
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Este avance científico, que a priori podría parecer sencillo dentro de su complejidad, entraña un reto científico sin precedentes. Y es que hasta ahora apenas se habían conseguido descifrar los mecanismos detrás de la somatosensibilidad (es decir, la capacidad del cuerpo de codificar cuestiones como el tacto, la temperatura o el dolor) ni se había logrado diseñar una técnica que permitiera restaurar estas funciones en pacientes que las habían perdido.
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«El reto es conseguir codificar información extremadamente compleja que permita distinguir, por ejemplo, un beso suave de un pellizco doloroso o una aguja de las cerdas de un pincel«, comentan los investigadores que han liderado este trabajo en un reportaje publicado en la revista científica ‘Nature’.
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Avance inédito
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Uno de los protagonistas de los primeros experimentos realizados con estas herramientas es Scott Imbrie, un paciente que, tras sufrir un accidente de coche en los ochenta, lleva más de cuarenta años en silla de ruedas, sin apenas movilidad y con una sensibilidad limitada en todo su cuerpo. Según relata él mismo en una entrevista, la primera vez que probó el dispositivo sintió como si una descarga eléctrica recorriera todo su cuerpo. Pero tras muchas pruebas, un día uno de los investigadores tomó su mano biónica y dibujó un círculo en la palma y este, de golpe, logró sentir por primera vez en muchos años una sensación táctil en su cuerpo. Ahora, tal y como relata el artículo publicado este jueves, este paciente también logra sentir las formas, la textura y el movimiento de los objetos de su alrededor.
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«Este trabajo va más allá de todo lo que se había logrado hasta ahora en este campo de la investigación»
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«Este trabajo va más allá de todo lo que se había logrado hasta ahora en este campo de la investigación. Hemos logrado recrear la sensación de tacto más avanzada hasta la fecha. Se trata de algo inédito», afirma, entusiasmado, el investigador Giacomo Valle, autor principal del estudio presentado en ‘Science’ y profesor adjunto de la Universidad Tecnológica de Chalmers de Suecia. Según explica este científico, el avance de estas herramientas, aún en fase experimental, algún día podrían permitir a las personas con parálisis recuperar parcialmente su sentido del tacto y, así, tener una mejor «funcionalidad e independencia» en su vida diaria.
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Por ahora, estas herramientas solo se han testado en dos voluntarios. Sus creadores afirman que ya están trabajando para realizar más pruebas que permitan validar esta tecnología. Paralelamente, también están investigando cómo mejorar los componentes para, sobre todo en el caso de los injertos cerebrales, para poder «aumentar el repertorio de sensaciones» percibidas por los pacientes. En un futuro, por ejemplo, se espera poder incorporar sensaciones como la percepción de temperatura. Finalmente, hay líneas de trabajo centradas en el desarrollo de piel protésica en la que ya se incorporen todos estos sensores con los que recrear el sentido del tacto.
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