La serie advertencia de empresas y sindicatos (y la exigencia de un plan urgente) para salvar el acero europeo: existe un «riesgo existencial»
La sección europea de Industriall, la organización internacional de sindicatos industriales, y Eurofer, la patronal continental del acero, han hecho público por vez primera un manifiesto conjunto de trabajadores y empresarios para exigir a la Comisión Europea «un plan de acción urgente» que permita «salvaguardar» la continuidad del sector y sus 300.000 puestos de trabajo directos –cerca de 5.000 en Asturias– y 2,3 millones indirectos. El manifiesto fue respaldado ayer por 64 eurodiputados, entre ellos los asturianos Jonás Fernández (PSOE) y Susana Solís (PP), coincidiendo con el examen por la cámara legislativa de Stéphane Séjourné, candidato a ocupar la vicepresidencia de Estrategia Industrial de la próxima Comisión Europa.
A juicio de Industriall y Eurofer, el exceso de capacidad mundial (más de 550 millones de toneladas, según la OCDE, cuatro veces más que la producción anual de acero de la UE), la competencia desleal de las importaciones chinas a precios por debajo de coste, el diferencial de los costos energéticos con otras zonas productoras, el impacto que supone afrontar los derechos de emisión de CO2 existentes en la UE y la amenaza de nuevos aranceles por parte de EE UU bajo la próxima presidencia de Donald Trump plantean un «riesgo existencial» para la siderurgia europea y una «verdadera crisis mundial» del sector, lo que arroja una gran «incertidumbre sobre las regiones siderúrgicas» europeas –caso de Asturias–, favorece que «la amenaza de cierre permanente» de instalaciones productivas vaya a ser «cada vez más real» y pone «en riesgo», señaló Axel Eggert, director general de Eurofer, «miles de millones de inversiones en descarbonización».
Ante la amenaza que se cierne sobre la transición verde –caso de la paralización por ArcelorMittal de sus proyectos de hornos de reducción directa en Asturias, Francia, Alemania y Bélgica–, los sindicatos europeos asociados en Industriall y la Asociación Europea del Acero (Eurofer) sostiene en el documento apoyado por más de 60 europarlamentarios que Europa no puede quedarse «solo en un región de procesamiento de acero» producido en otros territorios.
«La descarbonización no debe conducir a la desindustrialización», sostuvo Judith Kirton-Darling , secretaria general de industriAll Europe, quien alertó de que «nos enfrentamos cada día a recortes de producción, paralizaciones, cierres y quiebras de plantas siderúrgicas en toda Europa».
Medidas.
Patronal y sindicatos reclaman a la UE que se garantice la eficacia del llamado ajuste en frontera para contener la entrada de acero producido sin medidas ambientales y a bajo coste, y avisa de que la gradual desaparición de los derechos gratuitos de emisión va a suponer desde 2026 un encarecimiento de las exportaciones europeas de acero, que «aumentará exponencialmente hasta 2034».
Los firmantes demandan corregir el sobrecoste en el que incurre la energía en Europa por «el impacto de los combustibles fósiles en la electricidad», «los costes regulatorios» y «los gravámenes a las energías renovables», y demandan «medidas urgentes» para «estimular la producción nacional» de hidrógeno verde y que éste sea «asequible, a escala con las necesidades de la industria». También emplazan a que los Gobiernos favorezcan la demanda de acero verde «introduciendo criterios de adjudicación no relacionados con el precio», sino con las «condiciones ambientales», y otros incentivos, y promoviendo un sistema de etiquetado del producto que lo distinga en el mercado.
Eurofer e Industriall emplazan a intensificar el apoyo público y las ayudas a las inversiones en descarbonización del acero, cuya transición verde exigirá –dicen en línea con lo ya apuntado en el «Informe Draghi»– 85.000 millones en la UE: 30.000 en inversión y 55.000 en asunción de costes operativos.
El documento demanda concentrar en la industria electrointensiva más recursos procedentes de la subasta de derechos de emisión de CO2, y solicita que se restrinja la exportación de chatarra a países sin reglamentación ambiental por tratarse de una «materia prima secundaria estratégica» para plantas como el horno híbrido de Gijón –ya en construcción– y cuya demanda va a aumentar «sustancialmente».
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El eurodiputado asturiano Jonás Fernández, que ayer participó en la presentación del informe en el parlamento europeo, declaró que «no queda tiempo que perder para la implementación de una estrategia europea exclusiva para el acero. Los retos derivados del marco internacional exigen redoblar el impulso a la autonomía estratégica de Europa, y esto pasa de manera inexorable por ofrecer un horizonte de desarrollo al sector del acero, clave también para Asturias». A su juicio, el candidato a comisario Séjourné «debe internalizar las urgencias del sector, priorizando el desarrollo de esta estrategia para el acero en los primeros días de gobierno, una vez esté confirmado el Colegio de Comisarios en la última semana de noviembre. Hay que empezar ya».
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