«Hay que pedir a los diputados que tengan una visión de largo plazo, una visión de largo plazo, que no piensen en los ingresos a corto plazo sino en las capacidades de nuestra economía para sostener a las familias y a las empresas. Es un impuesto contra el crecimiento y el progreso social», afirmó en el 31º Encuentro del Sector Financiero organizado por ABC y Deloitte. Un último intento de convencer a los parlamentarios de que fijar este impuesto en el contexto actual no es una buena idea.

«El impuesto se justificó en un contexto de subidas de tasas y hoy ese contexto ha dado un vuelco, pero han cambiado muchas más cosas. «Tenemos a Trump con anuncios que tendrán impactos muy claros, los conflictos…», señaló, añadiendo que ahora también hay muchas necesidades de inversión en Europa.

«Nos están diciendo que sigamos fuertes porque pueden venir curvas, un entorno complicado en el que también nos van a pedir que invirtamos», dijo, y este impuesto les impide cumplirlo: «Este impuesto supone una carga para nuestra capacidad de protegernos de los problemas que puedan surgir y de invertir.«.

En concreto, Kindelán ha destacado que el impuesto provocará 50.000 millones de euros menos créditolo que equivale a 200.000 hipotecas menos en España. «Hay muchas necesidades de financiación que el sector tendrá que equilibrar», indicó. Ésta es una de las principales advertencias que lanza el sector para intentar convencer a los diputados de que reviertan el procedimiento.

El presidente de la patronal AEB también ha denunciado la «señalización» que esto supone para el sector y que no han tenido la oportunidad de participar en el diálogo sobre el impuesto, además de señalar que genera fragmentación por su traslado a comunidades autónomas como el País Vasco. .