COMISIÓN EUROPEA | Feijóo explicó a Von der Leyen y Weber que no respaldará a la Comisión si estaba Teresa Ribera
Los últimos diez días han sido muy intensos en la cúpula del PP. Las conversaciones para intentar frenar la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea entre la formación española y sus socios europeos empezaron con pocas opciones de prosperar. Pero con los días, el partido de Alberto Núñez Feijóo consiguió sembrar dudas. El futuro Gobierno europeo que encabeza Ursula Von der Leyen (PPE) es fruto de una negociación compleja, con muchos equilibrios y un pacto entre las tres grandes familias -populares, socialdemócratas y liberales- que atienden a distintos intereses. La candidata española no solo era el nombre de Pedro Sánchez, sino el gran contrapeso a una Comisión bastante más derechizada tras las elecciones de junio.
Pero Ribera también se ha convertido en las últimas dos semanas en el principal blanco político del PP. En gran medida por las competencias de su Ministerio en la trágica DANA que ha destruido una parte de la provincia de Valencia, en mitad del fuerte cuestionamiento que sufre Carlos Mazón como máximo responsable de la Generalitat. Y en ese punto Feijóo empezó a mover fichas hace más de una semana, consiguiendo que el líder de los conservadores europeos, Manfred Weber, le apoyara en la fase inicial. Ribera salió del ‘hearing’ en la capital comunitaria el pasado martes sin luz verde y, con ella, se bloquearon los otros cinco vicepresidentes. Además, muchas preguntas hablaron de la DANA. La presión había funcionado.
Como publicó este diario, el PP hablaba de paralizar y frenar. De ganar tiempo. Sembrar dudas y generar un miedo a los socialdemócratas que en el entorno de Feijóo ven “más que cumplido” teniendo en cuenta que Pedro Sánchez se tuvo que involucrar en esta recta final -desde Brasil- para garantizar el nombramiento de Ribera. No solo eso. Los populares recalcan -y lo harán mucho más en las próximas semanas- que los socialdemócratas, y especialmente el PSOE, se han visto obligados a respaldar al candidato de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, y transigir con que el nombre propuesto por Víktor Orban, Olivér Várhelyi, también esté en la próxima estructura gubernamental europea.
“Todo el discurso de Sánchez es sobre el cordón sanitario a la extrema derecha. Cuando Feijóo se reunió con Meloni en Roma le dijeron de todo. Pero aquí no hay líneas rojas si se trata de salvar a Ribera. No tienen principios y esto es más que un sapo”, reflexionan en las filas populares, anticipando cuál será su línea de ataque argumental contra el Gobierno.
El hecho de que Ribera ya tenga confirmada la vicepresidencia después de estos días -que implica estar al mando de las políticas verdes y de la poderosa cartera de Competencia en Europa- evidencia que el PP de Feijóo no pudo culminar el trabajo. Su objetivo más ambicioso era que Sánchez propusiera otro nombre. Pero la realidad, como publicó este diario, es que todos los dirigentes del PP sabían que eso era “misión casi imposible”. Según explican esas expectativas tan altas respondían a que realmente prosperara la paralización inicial que ha sembrado dudas durante tantos días y que muchos se negaban a creer en el Parlamento Europeo.
En el núcleo duro de Feijóo explican que el líder popular ha mantenido distintas conversaciones con los jefes del PP europeo. Ursula von der Leyen no estaba de acuerdo con el veto del PP a Ribera, pero Feijóo le habría explicado toda la situación para anticipar también que su voto no será favorable a finales de mes cuando el pleno de Estrasburgo se pronuncie sobre la Comisión en su conjunto. En la delegación española en Bruselas recuerdan que la alemana ya fue elegida presidenta y que eso “no estaba en duda”. Se escudan también en que el resto del gobierno comunitario es producto de un pacto del Parlamento Europeo y que Feijóo “hace valer” el peso de sus 22 diputados y de lo que aportó a la familia conservadora en su conjunto en mitad de una crisis nacional, la de la tragedia en la Comunitat Valenciana, que no es compatible con dar un apoyo y «un premio» a Ribera en este momento. Así se lo hicieron saber también a la alemana.
En cuanto a Weber, el verdadero aliado de Feijóo en esta operación, no hay reproches por parte de Génova. En el PP, de hecho, ponen en valor que desde la familia conservadora “hayan forzado” que los socialdemócratas levantaran su veto a los candidatos italiano y húngaro, a pesar de ser de ultraderecha. El dirigente bávaro le habría pedido a Feijóo que después de un pacto global -en el que ha habido cesiones también por parte de los socialdemócratas- sí diera su apoyo afirmativo a la Comisión Europea en su conjunto. El líder popular le repitió que sus eurodiputados no darán el sí estando Teresa Ribera dentro.
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A pesar de que el PP no ha conseguido todos sus objetivos, en el núcleo duro hay bastante satisfacción. El terreno europeo es siempre favorable a los gobiernos de los Estados miembros y en Génova no esconden que también es un territorio cómodo para Sánchez. El hecho, explican, de que se haya llevado “un susto”, haya tenido que intervenir en Bruselas por distintas vías e incluso él personalmente con otros primeros ministros, “demuestra que vio riesgos y que hemos hecho daño”, reflexionan. “Ha visto una nueva vulnerabilidad”, rematan en Génova, convencidos de que a la larga será difícil para el presidente justificar su aval a Meloni y Orban.
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