así funciona una cooperativa de viviendas en alquiler
«No es una inversión, porque no me voy a lucrar, pero sé que no me voy a ahogar en ninguna hipoteca». Son las palabras con las que Eric Alonso define su futuro hogar, que estrenará en 2026 en el barrio de La Azucarera. Un piso que adquirió a un precio muy inferior al de su valor de mercado, ya que es una de las 23 viviendas en formato de cooperativa que este miércoles vieron como se colocaba su primera piedra, en un acto que contó con la presencia de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el consejero de Vivienda de la DGA, Octavio López.
El formato cooperativista no es nuevo en la ciudad, pero este proyecto en concreto sí es «pionero» tanto en la comunidad como el país. Y es que los suelos continuarán siendo de titularidad pública, pero cedidos durante 75 años a la cooperativa gestionada por la inmobiliaria Aldea Viviendas. Esto permite que el precio de los 23 pisos, que se reservaron de forma vertiginosa, sea muy inferior al que tendrían si fueran libres (a partir de 85.000 euros).
A sus 32 años, Eric Alonso llevaba cuatro buscando hogar para poder emanciparse, pero nada de lo que veía le convencía. «Me enteré de esta promoción y fui uno de los primeros que reservó. La entrada (unos 6.000 euros) es muy asequible y, por lo menos, sé que no me voy a arruinar con un piso», relata Alonso, que además incide en el hecho de que este modelo no permite «especular», uno de los grandes lastres del mercado inmobiliario. Por ejemplo, si de aquí a diez años decidiese irse a otro sitio, podría llegar a un acuerdo con un tercero, que le pagaría únicamente el valor correspondiente por los años que Alonso o sus descendientes no disfrutarían del inmueble.
Otro de los vecinos que se mudará en 2026 al Rabal será José Cardiel. En su caso, además, como vicepresidente de la cooperativa, toda vez que entró a la promoción desde la lista de espera. «Por mi forma de ser, siempre estoy en todos los ajos», dice, mientras explica que ahora vive de alquiler a un precio similar, pero con dos grandes diferencias: «En este caso, el piso va a ser mío durante 75 años, por lo que puedo decorarlo a mi gusto. Además, el ahorro energético me permite pagar casi diez veces menos que lo que pago ahora por el gas».
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[–>La historia de este inmueble, en cualquier caso, ha sufrido varios vaivenes. Primero se adjudicó el lote –que también incluía dos parcelas en Miguel Servet– a la cooperativa gestionada por Aldea Viviendas, que no pudo reunir los avales necesarios. Entonces la adjudicataria pasó a ser Brial, que cedió este terreno nuevamente a Aldea para que desarrollase esta cooperativa, aunque se quedó los de Miguel Servet. Un formato que el propio Octavio López no descartó para algún otro lote futuro, aunque matizó que, por lo general, serán casos aislados, ya que se prima el alquiler asequible al uso.
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