Un biólogo exigente consigo mismo y sensible con el arte
Javier Suárez Fonseca ha recibido este año el Premio Fin de Grado en biología por la universidad de Oviedo 2023-2024. Para él es una gran alegría ser reconocido con el galardón. «Es honorable por parte de la Universidad que se tomen la molestia y el tiempo en celebrar un acto para reconocer de forma pública nuestro esfuerzo y dedicación. Es una ceremonia que no organizan todas las universidades y resulta muy gratificante que la nuestra nos tome en consideración», asegura. «Más que más que un premio lo que vamos a recibir es un reconocimiento, un homenaje al esfuerzo y al sacrificio, a la entrega y a la pasión por nuestros estudios. Si hay algo por lo que me siento agradecido es por brindarme la ocasión de sentirme orgulloso de mí y del empeño que he prestado durante este tiempo a lo que amo, y más allá del galardón a recoger lo que prima es la satisfacción personal de poner en estima nuestra trayectoria y trabajo», señala. Creo que los años de universidad han sido sin lugar a duda de los más bonitos de mi vida. La carrera me ha brindado cosas maravillosas tanto en lo individual como en lo interpersonal. Me ha permitido conocer a personas increíbles que espero poder conservar por mucho tiempo. Poder establecer un ambiente sano, cómodo y seguro en el lugar de estudio o de trabajo ha sido fundamental para hacer de esta larga travesía un lugar más ameno. Y creo que eso ha sido trabajo tanto de todos mis compañeros como del profesorado. Sin su ayuda nunca hubiera alcanzado el grado de involucramiento y dedicación necesarios para recibir este premio», añade.
«También me ha curtido como profesional y como persona. La biología me ha enseñado a ser más curioso, a plantearme aún más las cosas, a contrastar la veracidad, a investigar por mis propios medios la respuesta a mis preguntas. Me ha convertido en alguien más juicioso y más crítico con el entorno me rodea», explica. En lo personal, ha conseguido desarrollar más su autoexigencia y perfeccionismo, hasta el punto de llegar a demostrarse facetas de mí mismo que ni siquiera conocía. «En ocasiones, son aptitudes difíciles de lidiar, pues un espíritu de sacrificio y constancia es un espíritu insaciable y siempre va a demandar lo máximo que sabe que puedes ofrecer. Sin embargo, ese rigor que uno se aplica tiene también su parte bella y es el reconocimiento de sentirte orgulloso de ti mismo y de lo que has conseguido una vez alcanzas lo que en algún momento te propusiste», asegura el galardonado. Actualmente cursa en Madrid un Máster en Biomedicina Molecular, y sus propósitos son terminarlo y presentar un buen TFM y posiblemente el año que viene empezar la tesis doctoral. «Más allá de la tesis no sé qué camino acabaré tomando ni qué acabaré haciendo pero espero con el tiempo poder ir aclarando más a mis ideas», recalca. En el mundo de la biología le fascina la biología molecular. También se considera una persona muy emocional y sensible y siente especial conexión al mundo de las artes y las humanidades. El tiempo libre suelededicarlo a la literatura, la escritura, el cine, el teatro o la fotografía.
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