«Ser demasiado bueno no es bueno”
Estar bien. Cuántas veces hemos escuchado esta frase, de niños, de nuestros padres, de nuestros profesores, de nuestros vecinos y en cualquier contexto. Nos educan en la bondad. Las religiones, las filosofías espirituales y cualquier tipo de ética se basan en la necesidad social de ser buenas personas.
Los neurocientíficos también han destacado la Beneficios de practicar la bondad para la salud mental. Pero quizá no a cualquier precio. ¿Debería haber límites a la bondad? Él psicólogo xavier guix Creo que sí. No tenemos que ser buenos siempre y en todas partes con todos. Lo explicó en un libro llamado «El problema de ser demasiado bueno».
«Esto lo aprendes tarde y mal porque eres muy Bueno, no vas a hacer que te amen más.eso es lo que todos buscan. Lo que haces es conseguir que te utilicen más“, asegura.
¿Cuál es el problema de ser bueno?
«Ser bueno no es un problema. El problema es ser demasiado bonita.», especifica el psicólogo. Este buen carácter busca ser apreciado, tenido en cuenta. «Esto genera una dinámica en la que te descuidas. Pones a los demás antes que a ti mismo“, explicó en una entrevista para Vilaweb.
De esta manera, priorizar a los demás sobre ti mismo te lleva a convertirte en desconectate de tus propios deseoslo que quieres y lo que eres.
Guix destaca un nuevo concepto: mal dios. La mala bondad es un término que también expresó el psicólogo Antonio Boliches: “Hay personas que son muy buenas con los demás pero no es para ti.”
Por lo tanto, cuando no eres amable contigo mismo, practicas esta mala bondad. «Esto confirma la máxima, que todos aprendemos tarde o temprano, de que ser demasiado bueno no hace que agradas más a la gente, sino más bien, te usan más» insiste Guix.
¿Cuáles son las consecuencias de la mala bondad?
Este psicólogo destaca que hay cuatro modelos que son el reflejo de esta mala bondad:
- obediencia excesiva: se refiere a la tendencia a cumplir con todas las solicitudes y expectativas de los demás, sin cuestionarlas, por miedo a la desaprobación. Esta sumisión puede conducir a la pérdida de la propia identidad y autonomía.
- Siempre portate bien: implica un esfuerzo constante por complacer a los demás. Esta actitud busca evitar conflictos y ser aceptado, pero puede generar estrés y ansiedad.
- Ansiedad por no ser lo suficientemente bueno: Las personas atrapadas en este patrón se evalúan a sí mismas negativamente, sintiendo que nunca alcanzan el nivel esperado de bondad. Esto produce sentimientos de culpa y baja autoestima.
- ira reprimida: Al no expresar emociones negativas por miedo a dejar de ser considerados buenos, estas personas acumulan frustración y enojo. Esto puede provocar problemas de salud física y mental.
Algunos ejemplos de mala bondad
En la vida cotidiana encontramos ejemplos de todo tipo. Hay quienes continúan una relación sin estar enamoradospara no romper el corazón de la pareja. Personas que sin ser felices creen que con el tiempo lo serán e incluso aceptan casarse y ser infelices.
Guix también menciona a quienes sufren la sentencia culpable. «Los que no quieren salir, pero se sienten mal unos por otros y están obligados a acompañarlos«, dicho.
Esto también pone de relieve otro tipo de mala bondad: la de aquellos que Buscan volverse esenciales. «es algo que veo más en mujeres. Se convierte en la mirada de los demás. “Sé lo que es mejor para ti”, se dicen a sí mismos. Por eso me anticipo y ocupo tu espacio. Te compro algo que creo que necesitas y obligas a la otra persona a agradecerte y corresponderte, aunque no quiera.«, dicho.
¿Cómo sé si soy demasiado bueno?
Si te sientes identificado con lo dicho anteriormente, esto es señal de que formas parte del grupo de personas que deben aprende a poner límites a tu buena disposición. No siempre es fácil de ver.
El psicólogo Guix destaca una pista fundamental: si te hace sufrir. «Pregúntate si estás bien contigo mismo, si estás viviendo la vida que deseas.«, dicho.
No se trata de ser bueno sino de hacer el bien. Hacer el bien a veces significa no amar a los demás. un padre puede regaña a tu hijo por su propio bien, a pesar de los reproches del niño.
Finalmente, Guix recuerda el aforismo de Jesús: ama a los demás como a ti mismo. No significa que los ames más. Dice lo mismo que tú. «ENTONCES, tu también debes amarte a ti mismo», concluye.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí