A lo largo de más de cuatrocientas páginas, José Girón estudia aspectos económicos, sociales y políticos de la Argentina de los últimos años de la década de los noventa del siglo XX. El libro está dividido en tres grandes capítulos. En el primero se abordan quince temas. Los efectos de la crisis económica brasileña, los conflictos políticos en el Senado, la política internacional y los viajes del presidente al exterior, la corrupción gubernamental con el ejemplo de las jubilaciones privilegiadas y los amigos empresariales de Menem. Un rubro notable es la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. La reanudación de los juicios a militares por la desaparición de personas durante la última dictadura. Y varias cuestiones transversales, como la muerte de Carlos Menem hijo o los intentos de coartar la libertad de prensa. El segundo está dedicado al análisis de los partidos políticos. El Partido Justicialista sufre un fuerte shock interno.

Menem y su aspiración a un tercer mandato

El presidente Carlos Menem aspira a renovar un tercer mandato y dedica sus energías a lograrlo con la ayuda de una cohorte servil de ultramenemistas. Aunque el art. 90 de la Constitución de 1994 prohíbe un tercer mandato consecutivo, Menem persevera durante un año en el intento de eludir la ley. Enfrente está Eduardo Duhalde, quien gracias a su perseverancia y la cooperación del grupo Calafate liderado por Néstor Kirchner, logra derrotar a sus fuertes adversarios menemistas hasta convertirse en candidato oficialista justicialista. Mientras tanto, la Alianza, coalición de la UCR y el FREPASO, representa las antípodas del PJ. Unidad interna y denuncia de la corrupción menemista. Se celebraron elecciones primarias el 29 de noviembre de 1998 para elegir al candidato a la presidencia de la República.

La victoria de Fernando de la Rúa

El radical Fernando de la Rúa gana con el 63% de los votos frente a la frepasista Graciela Fernández Meijide (36%). El partido de Domingo Cavallo, Acción por la República, tiene un breve epígrafe. En el tercero se estudian los clásicos grupos de presión: el Ejército, el Poder Judicial, la Iglesia Católica, la Patronal y los Sindicatos. De especial importancia es la recomposición de las fuerzas sindicales, ante una CGT sumisa, se crean nuevos sindicatos de protesta, la CTA y la MTA.