CORRIENTE ATLÁNTICA | Margen para la esperanza: la corriente Atlántica, clave para el clima, no se ha debilitado todavía
En el océano Atlántico, un sistema de corrientes conectadas entre sí, llamado Circulación Meridional Atlántica (CMA) o Corriente Atlántica, mueve el agua a través de los océanos del mundo, impulsado por una combinación de vientos y densidad oceánica. Este sistema no solo distribuye el calor, la humedad y los nutrientes del océano, sino que también regula el clima y el tiempo de la Tierra.
[–>[–>[–>[–>Como el clima cambia y la atmósfera se calienta, muchos científicos temen que el agua dulce proveniente del derretimiento de las capas de hielo polares pueda alterar significativamente (o paralizar) la CMA. Y aunque una disminución de este sistema de corrientes tendría graves consecuencias, su paralización total sería algo verdaderamente catastrófico, afirman los científicos.
[–>Sin embargo, los estudios sobre el futuro a largo plazo de la CMA son inciertos y no hay una certidumbre total sobre lo que puede ocurrir.
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En lugar de predecir el futuro, un equipo de científicos de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) ha medido qué grado de alteración ha sufrido hasta ahora este conjunto de corrientes para, de este modo, saber hacia dónde nos dirigimos.
[–>[–>[–>[–>El sistema AMOC no ha disminuido aún
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Y lo que ha descubierto este equipo es sorprendente y, al mismo tiempo, tranquilizador. En un artículo publicado en Nature Communications, los científicos descubrieron que la CMA no ha disminuido en los últimos 60 años.
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«Esto no significa nada sobre el futuro, pero no parece que los cambios previstos hayan ocurrido aún», señalan los autores
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Los autores, Nicholas P. Foukal, científico adjunto en Oceanografía Física en el WHOI y profesor asistente en la Universidad de Georgia (EEUU); Jens Terhaar, científico afiliado al WHOI y científico sénior en la Universidad de Berna (Suiza); y Linus Vogt, científico en LOCEAN, Sorbonne Université (Francia), afirman que sus resultados revelan que la AMOC es actualmente más estable de lo esperado.
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«Nuestro artículo señala que la circulación del Atlántico aún no ha disminuido», dijo Foukal, quien realizó la investigación mientras estaba en el WHOI. «Eso no dice nada sobre su futuro, pero no parece que los cambios previstos hayan ocurrido aún».
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Sus hallazgos contrastan con trabajos anteriores, en particular un artículo de 2018 citado en su estudio, que aseguraba que la AMOC ha disminuido su ritmo de circulación en los últimos 70 años. Este trabajo anterior se basó en mediciones de la temperatura de la superficie del mar para entender cómo ha cambiado la AMOC, pero «hemos aprendido que la temperatura de la superficie del mar no funciona tan bien [para obtener resultados] como se pensaba inicialmente», afirmó Terhaar.
[–>[–>[–>[–>Nuevos datos y mediciones
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Para acabar con esta incertidumbre, Terhaar y su equipo se basaron en nuevos datos del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP), modelos de clima-tierra producidos por el Programa Mundial de Investigación Climática. Utilizaron 24 modelos CMIP diferentes y descubrieron que los datos de temperatura de la superficie disponibles más recientemente no sirven para reconstruir con precisión el comportamiento de la AMOC.
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Para obtener datos aún más precisos, los investigadores analizaron también una medida diferente: los flujos de calor aire-mar, que es el intercambio de calor del océano a la atmósfera. Cuando la AMOC es más fuerte, se libera más calor del océano a la atmósfera sobre el Atlántico Norte.
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«Según los resultados obtenidos, la AMOC es más estable de lo que pensábamos», dijo Vogt. «Esto podría significar que la AMOC no está tan cerca de un punto de inflexión como se sugirió anteriormente», añadió.
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El artículo afirma que las anomalías del flujo de calor aire-mar en el Atlántico Norte están estrechamente vinculadas a la AMOC y, a partir de ahí, se observa que «la AMOC promedio decenal no se ha debilitado entre 1963 y 2017».
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«Según los resultados obtenidos, la AMOC es más estable de lo que pensábamos»
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«En este momento, hay una opinión casi unánime de que el sistema de corrientes del Atlántico se ralentizará en el futuro, pero aún es un tema de debate si se paralizará o no«, afirmó Foukal. «Este trabajo indica que todavía hay tiempo para actuar antes de que lleguemos a ese posible punto de inflexión».
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Como ocurre con todas las reconstrucciones basadas en indicadores indirectos, existen limitaciones y advertencias. Los autores señalan que las mediciones directas del flujo de calor aire-mar cuando se retrocede en el tiempo son escasas y, por lo tanto, los resultados de este reanálisis contienen una incertidumbre significativa. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, no se observa «una disminución de la AMOC en los últimos 60 años», concluye Terhaar.
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Estudio de referencia: https://www.nature.com/articles/s41467-024-55297-5
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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
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