Y Sánchez mató a nuestra gallina – Domingo Soriano
Siempre me gustó la historia de la gallina de los huevos de oro. Ya sabes, ese pequeño granjero que descubre que una de sus gallinas pone cada día un huevo de oro. La noticia me parece fantástica, serás rico sin tener que hacer nada. Pero la codicia se apodera de él. Y piensa que sería más rápido matar el bicho y sacar de una vez todos los huevos de oro que contiene. El final es predecible: el chico descubre que dentro no hay nada, que debería haber tenido paciencia y que vuelve a ser tan pobre como al principio.
digo que me gusta por eso moraleja sobre el largo plazo y la paciencia (muy útil en estos momentos en los que todo parece acelerarse). Y porque advierte sobre los peligros de la codicia y la ansiedad. Cada día era más engorroso alimentar y cuidar a la gallina; Por eso era tan tentador intentar salvarlo, tenerlo todo y tenerlo ahora…
Esta semana hemos conocido la variedad sanchista de la fábula. Eso sí, como en todas las versiones, ésta también cuenta con detalles particulares. Sí, hay un pollo. Sí, la matan (o la hieren gravemente). Y sí, eso la pone en peligro de seguir poniendo sus huevos de oro. La diferencia aquí es que el ave no es propiedad del matadero. Lo que este Gobierno amenaza es a nuestra gallina. Y con efectos secundarios incontrolables, incluso si queremos cambiar las cosas cuando ya no están.
Extranjeros y vivienda
Todo esto me viene a la mente medidas para el mercado inmobiliario que el presidente anunció el otro día. Algunas pueden ser razonables (por ejemplo, ventajas fiscales para los propietarios; aunque habrá que ver el detalle de los requisitos). Y otras parecen humo (como todas esas casas que Sánchez lleva años prometiendo y nunca llegan). Pero hay uno que ha pasado relativamente desapercibido en España y que puede resultar demoledor. No sólo para el mercado inmobiliario; Eso es casi lo de menos. Lo peor es que tiene efectos secundarios potenciales muy peligrosos. Hablamos del anuncio de un nuevo impuesto para disuadir la compra de inmuebles por parte de extranjeros no residentes extracomunitarios. «La carga fiscal se incrementará al 100% que los no europeos que no residen en nuestro país deben pagar cuando compran una casa en España», nos dijo Sánchez.
¿A quién afecta esto? Bueno, sobre todo, británico. También a los rusos (se estaban retirando con la guerra), a los latinoamericanos, a los americanos, a los noruegos, a los suizos, a los árabes… ¿Y eran tantos de éstos para poder hacer subir o bajar los precios inmobiliarios? No. Salvo en algunas zonas costeras y quizás en algunas manzanas del centro de Madrid, esto afectó relativamente poco a la vivienda. Pero es de esos anuncios que no buscan eficacia práctica, sino propaganda: se aprovecha el cliché del rico que monopoliza las casas mientras los jóvenes españoles no pueden comprar las suyas.
Como decimos, el número de viviendas adquiridas por extranjeros no residentes (es decir, afectados por la medida) apenas ascendió el año pasado a unas 27.000. Muy pocas en comparación con el parque de viviendas y el número total de ventas (alrededor de 640.000, según cifras del Consejo Nacional del Notariado). Puede que haya zonas, especialmente en la costa, en las que este colectivo tenga más incidencia, pero es absurdo pensar que los problemas de vivienda en España tengan que ver con una guiri comprar casa adosada en Torremolinos.
¿Los extranjeros presionan al alza los precios? Mire los cientos de miles de inmigrantes que llegan cada año a Madrid o Barcelona. No digo que ellos sean los únicos culpables o que no tengan derecho a venir (ese es otro debate): pero una de las principales razones por las que los precios están subiendo es que cada vez somos más. Muchos más. Por ejemplo, en 2023, el saldo migratorio neto de extranjeros En nuestro país eran más de 600.000 personas. En Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana la cifra superó las 100.000 llegadas netas. No lo pienses más: si poco se construye y estamos más buscando una casalos precios suben. Y aumentan especialmente en los barrios y localidades de la periferia de Madrid, Barcelona o Valencia, que es donde se concentra esta nueva demanda. También suben en el barrio de Salamanca, pero el joven español que vive con sus padres no busca un piso de 200 m2 en la calle Serrano.
Vuelvo a los extranjeros ricos. Al británico que estaba pensando en comprarse un chalet junto a un campo de golf en Málaga. A eso apunta la medida. Y aunque no son muchas, las consecuencias pueden ser muy importantes. Por lo que supone para el mercado residencial: no sólo pensamos en la operación de compraventa, sino también en la reforma, los gastos asociados a la vivienda (desde el mantenimiento hasta los muebles) o lo que el tipo deja en cañas y tarifas verdes durante los 3-4 meses al año que pasa aquí. Ya os dije que en muchas regiones turísticas este es el tipo de residente que sustenta la economía local.
«Marca España»
Pero lo peor es lo que tiene que ver con lo que llaman «marca españa«. Hemos lanzado la peor campaña de imagen que recuerdo. Nuestra gallina de los huevos de oro es el turismo y el mercado residencial. Pues pocas noticias relacionadas con nuestro país encontraréis que hayan generado más titulares en los últimos diez años en el prensa extranjera que ésta. Todos los medios internacionales lo han recogido y el planteamiento se repite: Los extranjeros ricos no son bienvenidos en España.
Entonces podemos llegar a los matices. ¿Y si no afecta a los nacionales de la UE? ¿Qué pasa si los residentes tampoco pagan? ¿Qué pasa si aún no ha sido aprobado? Eso se lo explican al 1% que lee las noticias. El resto que tienes es un titular que se suma a otros que llevas años escuchando, por ejemplo sobre las pintadas antiturísticas en Barcelona.
mira esta portada Los tiempos El pasado viernes: «Si no en España, ¿dónde?». Y luego dejará el Cuerpo espectáculo itinerante para el ciudad explicar a los grandes fondos que en realidad no es gran cosa. Lo que le queda al lector medio de un país rico es la sensación de que en España no le queremos. Es la peor campaña publicitaria de la historia. O lo mejor que han hecho nunca Portugal, Italia, Croacia o Emiratos.
Sí, Hay que ser muy estúpido para hacer el trabajo de tus competidores.. Pero eso es lo que hemos hecho esta semana. Sin gastar un duro, los países que quieren atraer a extranjeros ricos (ya sean turistas o residentes), de los que hasta ahora llegan a Baleares o la Costa del Sol, han tenido decenas de páginas en los principales medios internacionales, con el detalle de por qué ¿Cuáles son esos buenos destinos y qué tiene que hacer alguien que quiera comprar una propiedad allí? Ahí tienes al columnista de Los tiempos explicando a tus lectores dónde pueden ir. En las páginas interiores el titular era: «¿Entonces España no te quiere? Aquí están los lugares en el extranjero para comprar una casa en 2025«(«¿España no te quiere? Los lugares en el extranjero para comprar una casa en 2025»). Y es sólo un ejemplo. Echa un vistazo a un buscador y filtra para obtener resultados de la última semana. Pocas veces estuvimos allí así que presente en una prensa extranjera que casi siempre nos ignora.
Siempre he pensado que España tenía algo inimitable. A menudo he escrito sobre nuestra ventaja competitiva: un poco como esas empresas que tienen algo (desde una patente hasta una marca, pasando por una enorme red de usuarios) que la competencia no puede copiar. Es el sueño de cualquier empresario: tener poder de mercado, capacidad de imponer precios y grandes márgenes sin que aparezcan competidores (o que el daño que esos competidores me hagan sea menor, porque no pueden igualar mis ventajas). España tiene cosas que la hacen única: situación geográfica, infraestructuras, clima, cultura, estilo de vida, gastronomía… Nadie puede copiar nuestras ventajas.. Con un gobierno bueno y uno malo. Somos uno de los países con mejor vida del mundo y mucha gente quiere pasar más tiempo aquí. Es nuestro petróleo. Mi apuesta es que también podría ser nuestro activo para atraer inversiones y convertirse en el Texas de Europa (ese lugar dinámico y con un clima excelente que aprovecha el suicidio regulatorio de California o los estados ricos del este para atraer inversiones y empleo altamente calificado).
De hecho, incluso desde una perspectiva socialdemócrata es un escenario ideal: gente muy rica, que gasta mucho dinero (también pagan impuestos y tasas, aunque no sean residentes) y apenas generan gastos ni demandan servicios públicos. Ya sean turistas o residentes, deberíamos estar felices de darles la bienvenida y no querer echarlos. Bueno entonces, La apuesta de Sánchez es matar esa gallina. Y ni siquiera es porque creo que dentro hay huevos de oro. Lo hace para poder colocar un par de titulares en La Sexta sobre lo duro que trabaja para que los jóvenes puedan acceder a una vivienda. El problema es que cuando queramos revivirlo puede que ya sea demasiado tarde.
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