PALACETE PARÍS | La beligerancia de Tellado con el PNV deja la estrategia del PP en manos de Junts
La falta de sintonía entre buena parte del PP actual -especialmente en el grupo parlamentario- con el PNV se lleva produciendo desde el inicio de la legislatura. Ha habido otros momentos en los que las hostilidades se han exhibido, incluso en redes sociales. El portavoz conservador, Miguel Tellado, que cuenta con la confianza total de Alberto Núñez Feijóo, ha lanzado reproches muy explícitos contra su su homólogo en la formación jeltzale, Aitor Esteban. Y este le ha respondido siempre, llamándole incluso “torpe” e ironizando a menudo: “El PP siempre haciendo amigos”.
[–>[–>[–>[–>Pero la dureza desplegada por Tellado en las últimas horas -llamando “asquerosa” la posición del PNV por el palacete que alberga la sede del Instituto Cervantes en París que el Gobierno de Pedro Sánchez le ha cedido- devuelve las relaciones parlamentarias entre ambos a una especie de ‘stand by’. Y las complica en un momento en el que el PP había conseguido salir del aislamiento en el que vivió mucho tiempo, casi desde que Sánchez fue investido en noviembre de 2023.
[–>En el grupo parlamentario popular hay muchas voces que siguen pensando que el partido tiene que abrirse a los acuerdos tanto con PNV como Junts, además de Vox, para romper la mayoría de Pedro Sánchez. Pero también pensando en el medio y largo plazo, bajo la idea de que el PP tiene que ser capaz de sumar a otros grupos a sus posiciones, más teniendo en cuenta que hay una agenda compartida -especialmente en lo económico- con los partidos más liberales y de centro derecha.
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Los mismos que se unieron en diciembre para tumbar el impuesto a las energéticas del que tanta bandera había hecho el Gobierno. Pero esas mismas voces reconocen que la “tensión permanente” entre populares y nacionalistas vascos empuja al PP a necesitar “todavía más a Junts” cuando quiera reeditar esa mayoría alternativa. Es decir, la dependencia de los independentistas catalanes aumenta dentro de esa estrategia de romper a los socios de Sánchez.
[–>[–>[–>[–>La relación del PP con el partido de Carles Puigdemont siempre es delicada para el partido porque hay muchos sectores -encabezados por Isabel Díaz Ayuso y parte del PP catalán- que muestran verdaderas reticencias. Sin embargo, distintos dirigentes en el Congreso reconocen que en lo que tiene que ver con la agenda parlamentaria “están más cerca” incluso que del PNV,y la interlocución es bastante más fluida “y sencilla” con los independentistas catalanes.
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De hecho, algunas de las coincidencias que se han producido entre populares y nacionalistas vascos no han tenido una negociación propiamente dicha. Ocurrió con el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela. El PNV siempre tuvo una posición muy clara en ese sentido y la ha hecho pública. Respaldó la propuesta del PP sin tan siquiera mediar palabra. Y en lo que tiene que ver con la enmienda para acabar con el impuesto a las energéticas ocurrió algo similar: con Junts hubo muchas conversaciones, no así con el PNV.
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[–>[–>[–>Pleno clave
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Precisamente, este miércoles el Gobierno sufrirá una nueva derrota en el real decreto ley con el que retomaba el impuesto a las grandes energéticas reclamado por la izquierda. Siempre supo que no podría convalidarlo. Sacará adelante el relativo a la última reforma de las pensiones gracias al PP.
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Y el que sigue en el aire es el llamado decreto ómnibus (con la revalorización de las pensiones, ayudas para los afectados de la DANA y otras relativas al transporte público, por ejemplo, además del citado palacete para el PNV). El Ejecutivo negocia con Junts mientras intenta buscar la abstención del PP, que no ha desvelado el sentido de su voto a pesar de las fuertes críticas hacia los nacionalistas vascos.
[–>[–>[–>[–>La embestida de Tellado en la rueda de prensa de este martes fue muy clara: “Es asqueroso las lecciones que intenta dar el PNV al resto cuando resulta que condiciona la gobernabilidad de España haciendo negocio con un edificio público. Es miserable”, repetía el portavoz parlamentario.
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Algunos diputados reconocen sorpresa por el tono una vez más. Aunque hay un cierto consenso en el grupo parlamentario -y también en el partido a distintos niveles- sobre que el PNV dejó de ser un partido “confiable” hace mucho (no solo por apoyar la moción de censura contra Rajoy, sino por el apoyo a Sánchez también tras pactar en Euskadi), muchos dirigentes siguen pensando que la interlocución “debe existir” y que “hay que hilar fino” en tono y formas. Sobre todo, porque insisten en que no deberían cerrarse más puertas de las que ya están cerradas.
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