SMURFIT WESTROCK PAPELERA | Ignacio Sevillano (Smurfit Westrock): «Seguimos abiertos a nuevas adquisiciones»
Ingresos anuales de 31.718 millones de euros, operaciones en cuatro continentes y una clara apuesta por la sostenibilidad. Estos son los principales indicadores de Smurfit Westrock, según expone con orgullo Ignacio Sevillano, consejero delegado del grupo en España, Portugal y Marruecos. Smurfit Kappa y Westrock culminaron su fusión el pasado 5 de julio de 2024. El resultado es Smurfit Westrock, líder mundial de embalaje sostenible con presencia en 40 países y más de 100.000 empleados. La compañía cotiza en la Bolsa de Nueva York y en la Bolsa de Londres. «Hemos creado un grupo global y hemos unido dos empresas con líneas diferentes. Una de ellas estaba más orientada a regiones y otra a productos. Eso puede generar alguna dificultad, pero vamos en el buen camino para completar el proceso de integración, que está siendo positivo, aunque evidentemente nos queda mucho por hacer», asegura Sevillano.
El directivo explica que la fusión les ha permitido tener una participación global: «Estamos presentes en India, China o Japón, por ejemplo. Y vamos a seguir creciendo, sin ninguna duda. Seguimos pensando en nuevas adquisiciones y nuestros planes más inmediatos pasan por crecer en Portugal, donde nuestra actividad aún es pequeña». En relación con su incursión en el mercado de Marruecos, Sevillano indica que aún les queda mucho por conocer. «Es otra cultura y otra religión, pero estoy muy satisfecho con lo que hemos hecho allí en este año y medio -añade-. Es un país en el vemos muchas posibilidades porque necesita desarrollar servicios y proveedores fiables».
Una de las banderas que Sevillano reivindica con más intensidad es la de la sostenibilidad. «Nuestro objetivo es que nuestros clientes reduzcan su impacto ambiental. Queremos ser la compañía referente para las soluciones de embalajes sostenibles. No es un eslogan publicitario. Nuestros datos sobre emisiones son de los mejores del mercado. Llevamos publicando informes de sostenibilidad desde el año 2005. Y, aún así, somos conscientes de que nos queda mucho por hacer», asegura el directivo de la papelera. A modo de ejemplo, subraya que en España, Portugal y Marruecos ocho de sus plantas ya utilizan hasta un 40% de energía fotovoltaica en sus instalaciones.
Impulso de Bruselas
La apuesta de Bruselas por el embalaje sostenible también está impulsando su negocio. «Toda la regulación europea va en esa dirección y creo que es bueno. Además, el impulso del reciclaje nos abre nuevas posibilidades. Hay que tener en cuenta que una bandeja de plástico tardará 500 años en desaparecer del fondo de mar. Sin embargo, nuestros productos son muy fácilmente reciclables», señala.
El directivo asegura también que es factible sustituir muchos plásticos con embalaje de papel. «Esta es un área en la que podemos aportar mucho. Aunque a veces es complicado. Por ejemplo, los productores de frutas nos reclaman que los envases permitan visualizar el producto. Ya estamos haciendo mayas para las naranjas en papel. Tenemos muchas posibilidades para crecer en este segmento», vaticina Sevillano. La empresa busca, además, minimizar su impacto sobre el medio ambiente con la plantación de árboles. «Por cada árbol que utilizamos, plantamos cuatro nuevos«, afirma el consejero delegado.
Smurfit Westrock cuenta con una política a que llaman bosque integrado cuyo objetivo es que las fábricas de papel gestionen los bosques de los que se obtiene la materia prima para sus productos. «Nuestras fábricas del norte de España gestionan los bosques con los que luego suministramos a nuestras propias papeleras en España. Cuando utilizamos madera que no proviene de nuestros propios bosques, buscamos que cuente con certificaciones de sostenibilidad«, detalla el directivo.
Talento y absentismo
Con todo, uno de los problemas que el grupo ve en España es la dificultad para incorporar talento a la compañía. «No es algo exclusivo de nuestro sector. A mí me sorprende porque España es uno de los países con las tasas de paro más altas de Europa. A la gente cada vez le cuesta más trabajar en la industria», afirma Sevillano, quien apuesta por potenciar la formación profesional.
Otro de los grandes obstáculos que Sevillano apunta es el crecimiento del absentismo tras la pandemia. «Es endémico y en España se está agravando de forma significativa en comparación con otros países europeos. Nos hace perder competitividad». En esta línea, Sevillano explica que hay fábricas en las que los niveles de absentismo escalan hasta el 10% o el 12% de la plantilla. «En un centro de trabajo en el que hay turnos, el absentismo repentino puede parar la producción», expresa. Como solución, apuesta por potenciar las mutuas e impulsar un modelo de sanidad mixto para ayudar a las personas a volver a su empleo y evitar la pérdida de horas y productividad.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí