«Lo que hace aquí el PP es la traducción de la motosierra de Milei»
Luis Ramón Fernández Huerga, nuevo secretario de Organización de la FSA, concede a LA NUEVA ESPAÑA su primera entrevista en el cargo. El diálogo se produce en la sede de la agrupación, en la plaza Álvarez Acebal de Avilés, en la que aún ejerce como secretario general hasta el cercano ya congreso local. Son las 10.30 de la mañana de este sábado y el sol oblicuo de invierno ilumina una ciudad en la que los socialistas han mantenido una sólida hegemonía. No en vano, es el principal ayuntamiento gobernado en Asturias por el PSOE (en coalición con Cambia Avilés).
-Cuénteme, ¿cómo fue su fichaje, cuándo se planteó y quién lo hizo?
-Fue el secretario general, Adrián Barbón, el lunes antes de navidades.
-Vamos, que la decisión ya estaba tomada con bastante antelación a las fechas del congreso regional… ¿y cuál fue su reacción?
-Pues al principio, vértigo. Es una responsabilidad grande. Los que llevamos mucho tiempo en el partido sabemos que es un puesto siempre de responsabilidad, complicado en algunas situaciones. Y acepté, por supuesto. Primero porque creo que es un espaldarazo a la agrupación de Avilés. Nos honra que Adrián Barbón haya pensado en que una persona de Avilés ocupe este puesto. Y en lo personal también.
-Ocupa el el cargo orgánico más relevante que ha desempeñado un socialista avilesino en la FSA, al menos en la historia reciente. Y eso sucede en un congreso que se celebra en Avilés, coincidiendo con el 125 aniversario de la agrupación. Ha habido, además, recientes inversiones relevantes del gobierno regional y central en el municipio. No sé si ya había cortejo…
-Avilés tiene bien definida cuál es su hoja de ruta, cuáles son los pasos a seguir para conseguir los objetivos que nos hemos planteado. Esta agrupación y el gobierno en el Ayuntamiento nos propusimos hace ya mucho tiempo ser la referencia en innovación y hemos ido dando pasos en ese sentido. También en educación y en la cultura. Por ello, se fueron planteando al Principado las inversiones necesarias para dar ese salto de calidad. La manzana del talento en Valliniello, por ejemplo, es una piedra angular de todo el proyecto de innovación, no solo en Avilés sino en Asturias. También está la apuesta en Formación Profesional, o con la segunda fase de la escuela de arte. Y también, en la parte social, con la inversión en Los Siete Enanitos o el Centro Intergeneracional de Villalegre. Más las inversiones que vendrán y que tendrán que ver con la política de vivienda. En definitiva, esa hoja de ruta clara facilita también la conversación y la negociación con otras administraciones. El Principado entendió desde el principio cuáles eran nuestras necesidades y se fueron atendiendo en los distintos presupuestos.
-¿Qué lectura hace usted del último congreso regional de la FSA?
-Creo que es el congreso de la unión. La militancia salimos de ese congreso con la sensación de unidad y de que el partido se refuerza. Todos somos conscientes de la ola de la ultraderecha, no solo en Asturias, no solo en España, o en Europa; la estamos viendo a nivel mundial y estamos viendo también cómo eso afecta a la política en Asturias.
-¿Por ejemplo?
-En una sola semana, por no irnos mucho más allá, el Partido Popular de Asturias, con Álvaro Queipo a la cabeza, han recibido a Trump con los brazos abiertos: niegan la evidencia científica cuando hablamos de la tuberculosis bovina, piden sorprendentemente aplazar dos años el arancel ambiental y aplauden que su partido vote en contra del descuento del 80% de los peajes a la industria electrointensiva. Aplauden una votación en la que el PP convierte en rehenes a más de 400.000 asturianos al limitarles el incremento en las pensiones: en las pensiones no contributivas, en el ingreso mínimo vital… También frenan los descuentos en el transporte público, o la imposibilidad de desahuciar a familias vulnerables o realizar cortes en servicios básicos como agua, gas o electricidad a estos colectivos en situación difícil. Esa es la derecha que está viniendo y creo que el PSOE asturiano ha sido consciente. Los debates han estado en cómo reforzar las políticas del estado de bienestar. Los resultados de esos debates han sido satisfactorios y las conclusiones unánimes.
-¿Qué dibujo del PSOE asturiano establece la nueva ejecutiva?
-Tres cosas: es una ejecutiva que representa territorialmente al partido, representa una unidad clara y constata que los afiliados del partido reconocen rapidísimamente cuando en una organización existe un liderazgo.
-¿Tiene la sensación de que el PSOE ha sido más consciente de que estamos en un ciclo político muy disputado con el PP?
-Esa era una de las cuestiones ya asumidas, sinceramente. Sabemos cuáles son los retos. En Asturias estamos acostumbrados a ver a Álvaro Queipo y al Partido Popular desfilar al paso de la oca que le marca Vox. El partido es consciente de eso. Creo que los debates estuvieron más en detectar las cuestiones que hay que reforzar en el estado de bienestar. También sale la idea de reforzar las políticas que tienen que ver con las cuencas mineras, resaltando las posibilidades que brinda Hunosa. Y en las alas, en todo lo que tiene que con el medio rural y aprovechar el potencial de estos territorios.
-Vayamos por partes. Primero: ¿va a ser el sargento que necesita el PSOE asturiano en estos momentos?
-(Se ríe). No creo que el PSOE asturiano necesite un sargento. Hay un liderazgo evidentemente claro, reconocido no solo por el partido, sino por toda la sociedad e incluso por los partidos de la oposición. Cuando existe un liderazgo claro, el trabajo de los que estamos más abajo siempre es más fácil.
-Ha hablado de la lectura de unidad en el congreso regional. ¿Esa es la guía para los congresos locales que se avecinan, evitar choques internos?
-La ejecutiva autonómica va a tener una escrupulosa imparcialidad en los congresos locales, porque además creo que es lo mejor para el partido. Del congreso sale la necesidad de mirar hacia la sociedad, que seamos conscientes de que somos un instrumento de la sociedad para hacer políticas. Y para hacer políticas hay que gobernar. Todos en el PSOE tenemos claro que nuestra prioridad debe ser construir buenos equipos para lograr ese objetivo de gobernar y llevar a cabo las políticas en las que creemos.
-La propia Adriana Lastra ha señalado que en este cónclave se restañaron viejas heridas. Explíqueme.
-El partido tiene muchas vicisitudes. Adriana Lastra se refería a un grupo de compañeros y compañeras que nos conocemos desde hace muchísimos años, que en muchas ocasiones hemos estado en posiciones internas, pero que siempre nos hemos guardado un respeto y una lealtad personal, más allá de las posiciones en las que cada uno estuviera. Eso ha sido así y es cierto que en este congreso nos volvemos a encontrar y nos volvemos a sentar juntos. Es una clave más personal que política, seguramente, pero yo creo que representa bien esa unión del partido. Agrupaciones como la de Avilés hemos estado algo separadas de la vida orgánica de la federación. Ahora también se ven ampliamente representadas otras agrupaciones que en diferentes congresos, por diferentes circunstancias, ha estado también alejadas. Por eso digo que la FSA ha entendido bien cuál es el momento político en el que se encuentran Asturias y el país, y ha obrado en consecuencia. Debemos arrimar el hombro para ser capaces de presentar el mejor proyecto, estar en los gobiernos y parar esta ola ultraderechista que nos viene encima. Debemos seguir impulsando un estado de bienestar que al final es el sostén de los más vulnerables y que nos da a todos una seguridad a lo largo de la vida.
-Hay también la constatación de un cambio generacional, se consolida la posición de dirigentes.
-Ese cambio ya se había producido en congresos anteriores. En el momento en el que Adrián Barbón entra como secretario general se produjo un importante cambio que, como todos, generó cierto vértigo. Y con el tiempo se ha asentado.
-Usted ejerce de portavoz parlamentario en temas de industria. Y Avilés es uno de los pilares industriales de la región. ¿Hay también ahí mensaje en su nombramiento?
-Creo que tiene que ver con todo lo que representa Avilés en innovación, en la apuesta por tener una industria más moderna, más innovadora, más digital. Avilés ha representado ese esfuerzo por relacionar innovación e industria.
-Venimos de una tendencia electoral en la que el PSOE ha perdido poder municipal. ¿Qué diagnóstico hace como recién llegado al cargo de secretario de Organización?
-Los resultados de las últimas elecciones municipales y autonómicas tienen que ver con el momento, no tanto con que un proyecto no sea capaz de identificarse con la ciudadanía. Es cierto que en algunos concejos hemos perdido elecciones, pero el resultado autonómico fue satisfactorio. Creo que tenía más que ver con el momento en que nos encontrábamos, con una ola muy fuerte para el PP. En Asturias resistimos por el liderazgo de Adrián Barbón, sinceramente. Aporta al partido un plus. Pero la realidad es la que es y debemos reforzar las políticas municipales, en donde gobernamos y donde estamos en la oposición.
-¿Y hay liderazgos locales para ello?
-Contamos con compañeros y compañeras capaces para hacerlo. El compromiso de la ejecutiva autonómica será colaborar con ellos en todo lo que precisen y unir. Lo importante en las elecciones es tener un proyecto político y el de los socialistas en Asturias es reconocible tanto en el ámbito autonómico como el municipal. A ese conocimiento contribuye la figura de Barbón. En aquellos ayuntamientos donde conseguimos mantener el gobierno también hubo un mejor resultado autonómico.
-Vayamos por orden. En Oviedo el PP, con Alfredo Canteli, tiene una sólida mayoría. En Gijón gobierna la derecha pese a que el PSOE fue el partido más votado. ¿Qué hacemos en ambos concejos?
En Gijón vemos un gobierno errático que no está a la altura de la ciudad. Y en Oviedo tenemos que trabajar para mejorar los resultados. El gobierno del Principado está invirtiendo más en la ciudad de Oviedo que el propio ayuntamiento. Los mayores éxitos en Oviedo son los del Principado. Si hablamos de La Vega, la iniciativa ha sido fundamentalmente regional. Si hablamos de los fondos europeos, el Principado invierte fondos europeos en la ciudad de Oviedo, mientras que el ayuntamiento de Oviedo los pierde. Eso refleja la gestión del gobierno local ovetense, incapaz de invertir sus propios presupuestos. Es más, es la única ciudad en la que escuché que reducía las partidas de inversión porque no eran capaces de ejecutarlas. No saben definir cuál es la hoja de ruta que quieren para la ciudad.
-Permítame, pero respecto a Gijón le digo dos cosas: el Vial de Jove y el nuevo hospital de Cabueñes.
-El problema en el Vial de Jove responde a una cuestión técnica y está trabajando en la solución. Y en lo que tiene que ver con Cabueñes hablamos de una rescisión inevitable. La empresa no cumple con las condiciones del contrato y la obligación de la administración es velar por la legalidad y que se utilicen del mejor modo los recursos públicos, respetando los derechos de la ciudadanía. Lo que queremos para el área sanitaria es que el hospital esté adaptado a las necesidades actuales. Por eso, en la nueva licitación se introducirán las mejores tecnologías de los últimos años. Más allá de lo altisonante que puedan ser el PP y Foro, cualquier persona de cualquier partido que gestionase esta situación tomaría la misma decisión.Otra cosa es hacer como Foro: presentarse con un programa de gobierno que dista mucho de su programa electoral. Es algo que no tiene que ver con dificultades técnicas ni con adjudicatarias, sino con una falta de proyecto. Han ido cogiendo algunas ideas del PSOE, incluso de Podemos, y tratan de hacerlas propias. Lo malo es que cuando copias no sueles tener muy claro qué es lo que quieres hacer con lo que propones.
-En Gijón el partido se enfrentó a unas primarias tensas, vamos a decirlo así. ¿Se espera debate entre candidaturas en el próximo congreso local?
-Será lo que quieran los militantes. Ya le digo que mantendremos una escrupulosa neutralidad. Una vez que pasen los congresos locales, trabajaremos y colaboraremos con quien la militancia elija en cada agrupación. Por eso, seguiremos colaborando y trabajando con la agrupación de Gijón. Es una agrupación fundamental para Asturias, no sólo en la parte electoral sino también en cuanto a la población que supone Gijón en la región; en el potencial industrial, social, cultural que tiene esta ciudad en el conjunto de la comunidad autónoma. Es compartido ese deseo de trabajar unidos y lograr que quien haga los proyectos en Gijón sean quienes los idean; en este caso el PSOE.
-¿En Avilés está claro el camino interno?
-Permítame hablar como secretario general de Avilés ya saliente. Tengo que abandonar esa neutralidad de secretario de Organización de la FSA. (Se ríe). Manuel Campa ha decidido dar el paso y creo que es la mejor opción. Conoce como nadie la agrupación local y cuál es la política que se lleva en el ayuntamiento, ya que es portavoz municipal y secretario de Organización en los últimos años en la agrupación. El congreso local, obviamente, será una convocatoria abierta, pero creo que Manuel Campa es la persona adecuada. Todo lo que hemos hablado de innovación y Avilés habría sido muy difícil sin él. Creo que la agruopación avilesina también se lo reconoce.
-El siguiente concejo en tamaño es Siero. Juan Cofiño ya ha dicho que no continuará al frente del partido. ¿Está claro el relevo?
-Ya le digo, el que decida la agrupación. Cofiño ha hecho un trabajo muy importante. El partido decidirá allí quién le sustituye. Es una agrupación importante por el tamaño del municipio y las políticas que se quieren llevar acabo. Estoy seguro de que acertarán.
-Sobre el alcalde de Siero, Ángel García, han planeado dudas sobre su continuidad en el PSOE…
-Hay una buena relación con él. Es un alcalde que tira por su concejo. Los sierenses así se lo han reconocido. Más allá de alguna discrepancia, que es normal, creo que si él está dispuesto a continuar, lógicamente es una buena noticia para el partido y para los vecinos de Siero.
-Vamos a las Cuencas. El peso del partido está muy lejos del que cabría esperar en Mieres, por ejemplo. En Langreo ha habido una división importante. ¿Cómo se recupera protagonismo ahí?
-Trabajando. En ambas agrupaciones hay una nueva dirección política que salió de los anteriores procesos. Veremos qué pasa ahora, pero creo que en ellas la militancia se ha ido uniendo, hay ganas de llegar a las elecciones, plantear proyectos renovados y tenemos posibilidades. Son dos concejos en los que los vecinos esperan que el PSOE llegue con proyectos sólidos.
-¿Se restañarán viejas heridas en algunas agrupaciones en las que ha habido división?
-Los afiliados decidirán los mejores proyectos. Pero no hay que olvidar que la trayectoria política del PSOE es diferente a la de otros partidos y aquí siempre se han respetado las minorías. El PSOE es fuerte porque apostamos por la unión. La ejecutiva autonómica trabajará con quienes elijan los afiliados, teniendo en cuenta los territorios y sus peculiaridades. Intentando que el espíritu que sale de este 34º congreso en Avilés continúe a lo largo del tiempo, fijándonos el objetivo en las elecciones y ampliar la representación.
-Todo parece indicar que el próximo gobierno regional se peleará por poco margen. En los pasados comicios, en el Oriente, estuvo en liza un diputado que habría establecido una situación distinta en el plano autonómico. En el Occidente es más que evidente la batalla: el PSOE ha perdido fuelle y el malestar en el medio rural pesa. La derecha toma como bandera el lobo o, ahora, el problema de la tuberculosis bovina. ¿Qué hay que hacer en las alas?
-Hay algunas cuestiones que, es cierto, no nos han beneficiado. Tenemos que seguir insistiendo en la recuperación del plan de gestión del lobo en Asturias. Ya hemos trasladado claramente nuestra posición y no vamos a cejar en el empeño. Nos parece fundamental el respeto a las producciones ganaderas a la vida en el medio rural. Insistiremos en la recuperación del plan del lobo. En cuanto a la tuberculosis bovina, lo que he visto estos días es que cada vez me cuesta más diferenciar lo que dice el PP en Asturias de lo que dice Vox. El mismo Vox que generó un problema en Castilla y León y llevó de la mano al Partido Popular. Lo sorprendente es que el PP asturiano caiga en eso. Solo tenemos que mirar hacia Galicia para ver la postura ahí de los populares. Es lamentable que se dejen llevar en un tema de este calado, con negación científica y asumiendo el griterío que propone Vox.
-¿Cómo está la relación entre los socios del gobierno?
-Tengo años y algo de experiencia en estos asuntos de acuerdos de gobierno. Cualquier comparación con gobiernos de coalición anteriores deja bien parado a este. En Avilés podría decir lo mismo. Más allá de cuestiones puntuales, contribuye a la unión ser conscientes de lo que hay en frente. Ambos partidos sabemos cuál sería la alternativa para los ciudadanos de no haber estas alianzas. Nuestra obligación es ponernos de acuerdo. Esa alternativa, como hemos visto estos días con el voto al decreto del Gobierno central, sería sufrimiento. Se han abierto los ojos de muchas personas. La motosierra de Milei en España se traduce en esto. Si creen que Asturias es un territorio ajeno a la solidaridad con las personas más vulnerables, se equivocan. Por eso creo que, más allá de asuntos específicos, la relación en el gobierno es y será sana y saludable. Me atrevo a aventurar que será así a lo largo del mandato.
-¿Al Gobierno regional se le ha acabado la transversalidad parlamentaria tras el rechazo de Foro al Presupuesto?
-La negociación presupuestaria la abrimos a todos los grupos parlamentarios. Con el PP lo que pasa es que han cogido tanta práctica en decir que no, que ya lo hacen con cierta dejadez. Ni se esfuerzan en explicar por qué rechazan las cuentas. Carecen de un proyecto para Asturias y cuando negocias es difícil saber sus prioridades.
-Bueno, la fiscalidad.
-Sí, rebajas fiscales indiscriminadas. Ese es su puerto de destino y no hay más. Para nosotros es justo lo contrario; es el punto de partida para hacer políticas. Por eso defendemos una fiscalidad justa y progresiva, que atienda el estado del bienestar y los servicios públicos. Dentro de esa negociación parlamentaria se habló con Foro y con Covadonga Tomé. En las anteriores cuentas Foro votó a favor; esta vez no se logró. Pero la actitud de Foro fue constructiva, de sentarse a hablar y plantear prioridades políticas y territoriales. La actitud es muy diferente.
-Dada su experiencia en asuntos industriales, ¿es optimista respecto a las inversiones de Arcelor?
-Soy optimista en que Arcelor incluya en sus planes la electrificación de la acería de Avilés, y eso facilitará llegar a una solución para el DRI. Ahí creo que el gobierno de España está trabajando bien. Pero en el aspecto general, hombre, veo con preocupación lo que ocurre en Estados Unidos. El PP recibe con los brazos abiertos a Trump, pero creo que es un peligro para las libertades, para la economía y para el comercio de Europa, España y Asturias. Por eso es sorprendente que el mismo PP que hace cuatro días exigía el arancel ambiental en Europa, ahora se descuelgue defendiendo que hay que abandonarlo o aplazarlo. Seguramente se deba a opresión de ciertos lobbies. Me sorprende, como le decía, que voten en contra de una medida que exigían hace cuatro días, que era ampliar el descueto del 80% en los peajes de conexión a la red de la industria electrointensiva. Europa necesita dar un salto en industria, en la línea que definía el informe Draghi. El PP debería recapacitar y transmitir a sus representantes en Madrid y Europa lo que representa la industria para esta región. El PSOE realiza ese ejercicio habitualmente.
-Está previsto que en febrero Europa aborde ese debate.
-El ciclo económico para la siderurgia no es favorable, también por la sobrecapacidad de producción de China, además de las amenazas que vienen de la nueva administración americana. Pero eso urge tomar decisiones, y que se proteja a la siderurgia no solo en Asturias, sino en toda la Unión. Es algo estratégico que no se puede dejar al albur de terceros países. Y sí, eso requiere de tomar decisiones presupuestarias y políticas. Creo que Europa ya está tardando.
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