El Sabadell prepara un plan estratégico hasta 2027 para probar que será más rentable sin el BBVA
La hora de la verdad para la oferta de compra (OPA) del BBVA sobre el Sabadell está cada vez más cerca, por lo que la cúpula del banco catalán está desplegando todas las armas a su alcance para tratar de hacerla fracasar. La entidad trabaja internamente en la elaboración de un plan estratégico 2025-2027 con el que demostrar que la mejora de sus resultados de los últimos cuatro años es sostenible y reforzar el mensaje de que generará más valor a sus accionistas si continúa en solitario, según confirman fuentes financieras a EL PERIÓDICO. La iniciativa se suma a otras medidas que buscan torpedear la operación, como el reciente regreso de la sede social del banco a Catalunya y el incremento de la remuneración a los accionistas que planea anunciar el próximo 7 de febrero de forma conjunta con la presentación de sus resultados de 2024, que serán los más elevados desde su fundación en 1881.
La decisión final sobre aprobar y presentar en público el plan no está tomada de forma definitiva y en el banco se prefiere no hacer comentarios. En cualquier caso, las fuentes apuntan a que los trabajos comenzaron hace algunos meses. Dada la fase actual en que se encuentra la OPA, el escenario que tendría más sentido es que el Sabadell no hiciera público el plan hasta después de la presentación de los resultados (para no restar foco al récord de beneficio y el incremento de la retribución al accionista) y después de la junta de accionistas (prevista para el 20 de marzo, como adelantó este diario, y en la que se espera una fuerte escenificación de la oposición a la OPA). En cambio, resultaría lógico que el banco desvelase el plan antes de que sus accionistas deban decidir si aceptan o no la oferta del BBVA.
Se trata de un momento que todavía podría demorarse algunos meses: la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) decidió pasar a analizar la integración en la conocida como segunda fase por su posible impacto en las pymes y el negocio de pagos. El escenario más plausible es que la apruebe con condiciones, lo que abriría la puerta a que el Gobierno -que rechaza la operación- le impusiese requisitos adicionales. Por su parte, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya ha apuntado que, como poco, esperará a la CNMC antes de aprobar la OPA. Con la presentación del plan estratégico previa a dicha aprobación de la OPA, el Sabadell buscaría argumentar ante accionistas, inversores y analistas por qué resultaría más rentable que la operación no saliera adelante.
Cambio de escenario
El Sabadell no cuenta con un plan estratégico como tal desde el cierre de 2023. Significativamente, la elaboración de la hoja de ruta 2021-2023 fue anunciada en noviembre de 2020 al mismo tiempo que el banco desvelaba que había roto las negociaciones con el BBVA para una fusión amistosa al no alcanzar un acuerdo sobre el precio, entre otros factores. Aquel plan, que fue presentado en mayo de 2021, se vio rápidamente superado por el cambio de la política monetaria que el Banco Central Europeo (BCE) inició a finales de aquel año para combatir la espiral inflacionista.
La rápida y abultada subida de los tipos de interés oficiales vino a apoyar de forma inesperada la transformación interna de la entidad emprendida desde la llegada de César González-Bueno al puesto de consejero delegado en diciembre de 2020, tras la ruptura con el BBVA. El mejor ejemplo de ello es la evolución de la rentabilidad sobre el capital tangible: subió desde el 0% del año de la pandemia hasta el 11,5% del cierre de 2023, casi el doble del 6% esperado por el banco cuando elaboró el plan estratégico a principios de 2021.
Con el beneficio y la cotización bursátil disparados por encima de lo previsto, el primer ejecutivo del Sabadell decidió a mediados de 2023 que el banco no iba a elaborar una nueva estrategia para el periodo 2024-2026. «De cara al futuro, no hay cambio de estrategia, vamos a seguir haciendo más y mejor de lo mismo. No anticipamos ningún plan estratégico trienal nuevo, sino seguir dando guías al mercado de por dónde vamos, de hacia donde va la entidad y de previsiones de resultados», argumentó entonces. Sin embargo, la OPA del BBVA y el cambio de sentido de la política monetaria han dado lugar a un cambio radical del escenario.
Sentido estratégico
El Sabadell dio hace un año previsiones sobre cómo esperaba que evolucionaran su rentabilidad, ingresos, costes y provisiones, pero solo para 2024. Aunque las fue actualizando durante el ejercicio, prefirió no dar muchas pistas sobre los años siguientes, más allá de afirmar que su rentabilidad permanecería por encima del 13% en 2025. A finales de octubre, sin embargo, abrió la puerta a anunciar junto con los resultados anuales (es decir, la semana que viene) unas guías a más largo plazo. «Nos lo plantearemos cuando llegue el momento, podría tener sentido«, afirmó González-Bueno.
Finalmente, el banco estudia ir un paso más allá. Aunque es muy probable que la semana que viene dé las previsiones habituales sobre 2025, está trabajando también en un nuevo plan estratégico hasta 2027. Dichos planes incluyen habitualmente objetivos financieros más detallados y también otro tipo de información, como las perspectivas de las distintas unidades de negocio y las medidas que se pretenden implementar en las mismas, o el escenario macroeconómico esperado y su impacto en la actividad comercial.
El principal objetivo es reforzar la idea ante analistas y accionistas de que el banco tiene un proyecto creíble y realizable para continuar en solitario que resultará más rentable que la absorción por parte del BBVA. En esta línea, se trataría también de convencer al mercado de que la mejora de sus resultados es sostenible a pesar de los recortes de tipos del BCE. En este caso, se trata de un objetivo que no es particular del Sabadell, sino en el que está inmerso todo el sector financiero para tratar de mantener la mejora de la cotización bursátil de los últimos años.
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