Francia abrirá una prisión de alta seguridad para los 100 mayores narcotraficantes del país
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció en marzo de 2024 la “madre de las batallas”, declarando la guerra al narcotráfico y poniendo en el epicentro de la lucha al que ha convertido en enemigo número uno de Francia: la droga. Desde entonces, el Gobierno de Macron, a pesar de sus altibajos y el bloqueo político, ha llevado a cabo varios macro operativos antidroga en distintas ciudades del país, en especial en Marsella, ciudad afectada por la violencia de las bandas organizadas que se financian con la venta de estupefacientes.
Una lucha que no cesa, y que preocupa cada vez ante el aumento de consumidores, de muertos, y del número de menores involucrados en el narcotráfico. En 2023, se duplicó el número de franceses que consumen cocaína en el país: un millón de consumidores, según el Observatorio Francés de las Drogas y Adicciones (OFDA), situando a Francia como el séptimo país europeo en términos de consumo. En noviembre de 2024, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, advirtió que Francia se encontraba en un «punto de inflexión», temiendo que el país acabe convirtiéndose en un “narcoestado” si el Gobierno no presentaba cuanto antes un plan de actuación.
Tan solo un par de meses después, este mismo enero, el plan llegó. El nuevo ministro del interior, Bruno Retailleau, junto con su predecesor, Gérald Darmanin, anunciaron que Francia espera inaugurar este próximo julio una cárcel de máxima seguridad que acogerá a los 100 mayores narcotraficantes de Francia, bajo unos inéditos controles y un personal anónimo formado para este trabajo.
Una cárcel de “alta seguridad para narcos”
«Hay mucho trabajo que hacer, y un cambio muy profundo en el modo de funcionamiento de las prisiones», afirmó el ministro del Interior. Esta primera cárcel de alta de seguridad para narcotraficantes no será una nueva construcción, sino que habilitarán otro espacio cuya ubicación no ha concretado, pero que espera comience a funcionar a partir del 31 de julio.
Aun así, el ministro ha precisado que se construirán dos nuevas cárceles de alta seguridad en los próximos dos años, para “responder a la explosión del tráfico de drogas en ciudades medianas”, como Marsella, Valence o Burdeos. «Hay que convertirlos en lugares de seguridad inviolables», clamó el inquilino de la plaza Vendôme. Lo harán también con la formación de agentes penitenciarios especializados y anónimos que “efectuarán misiones de seguridad y un control de las prisiones”, afirmó el nuevo ministro de justicia y exministro del interior, Gérald Darmanin.
Además, se destinarán cien magistrados adicionales para luchar contra el crimen organizado: cinco en abril para la Jurisdicción Nacional de Lucha contra el Crimen Organizado (JUNALCO), luego alrededor de cuarenta en septiembre próximo que se repartirán entre esta y las jurisdicciones interregionales especializadas y otros cuarenta en septiembre de 2026.
Limpieza de las instituciones
En este contexto de guerra abierta contra el narco, el gobierno quiere hacer una purga también sus instituciones, afectadas por la violencia y la corrupción estas bandas. En los últimos años, por TikTok e Instagram corren decenas de vídeos de presos que graban su día a día en la cárcel, e incluso organizan emisiones en directo desde sus celdas para sus seguidores, a pesar de que la posesión de teléfonos móviles es algo prohibido en el reglamento penitenciario. Un hecho que pone en evidencia la corrupción dentro de las prisiones francesas.
También fuera de ellas. Una cincuentena de penalistas denuncian las presiones y la compra de magistrados por parte del narco, vulnerando la deontología de la profesión. “En algún proceso judicial, los acusados me han dicho; “todo en esta vida se compra”, o me han amenazado con tirotearme a la salida de los tribunales. Gente que, precisamente, su historial judicial es por uso y tenencia de armas”, denuncia anónimamente una magistrada de instrucción para FranceInfo, y reconoce que tras un narco juicio tuvo que mudarse de ciudad por miedo.
Mientras el gobierno anuncia una limpieza de instituciones y el Senado este martes aprobaba la creación de una Fiscalía Nacional Anticrimen organizado (PNACO), abogados, jueces y magistrados denuncian la falta de protección por parte del gobierno provocando que, “a veces, no queda otra que claudicar”, afirman.
Los números del narcotráfico en Francia
La subida del consumo de cocaína en Francia se produce en pleno pico de producción mundial de esta sustancia, a pesar de que el Gobierno francés ha anunciado récords de incautación, con 47 toneladas en los 11 primeros meses de 2024, el doble que en 2023. Según los datos del Observatorio Francés de Drogas, el 75,4% de la droga incautada entra a través de los puertos franceses, frente al 17,1% que lo hace a través de los aeropuertos.
No solo creció el polvo blanco, también lo hizo de manera notable el consumo de las drogas sintéticas como MDMA/éxtasis, que pasó de los 400.000 consumidores en 2019 a los 750.000 en 2023. Según Ivana Obradovic, del Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas, uno de los factores que influyen en el aumento del consumo de drogas es «la evolución de las condiciones de trabajo, con trabajadores activos que la usan para ‘aguantar’ ritmos intensos (en el sector de la restauración) o condiciones difíciles (en el sector de la pesca)».
El tráfico de drogas genera entre 3.500 y 6.000 millones de euros anuales en Francia, pero también un importante costo social: muertes, pérdida de calidad de vida, y un impacto en las finanzas públicas. Todo esto en total suma 7.700 millones de euros, según las autoridades.
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