TRUMP CIERRA USAID | Terremoto terremoto sin precedentes entre las ONG globales de ayuda humanitaria
La decisión de Donald Trump de suspender la ayuda humanitaria de Estados Unidos y de destruir el principal órgano que la distribuye, USAID, está provocando un terremoto sin precedentes entre las organizaciones humanitarias globales. El país americano es el que más dona con diferencia de todo el mundo, con cerca de la mitad de toda la ayuda humanitaria gubernamental. Es clave, en particular, para el funcionamiento de las organizaciones de Naciones Unidas, desde la que ayuda a la infancia, Unicef, hasta la que lucha por la distribución de alimentos, FAO.
Por el momento, en este sistema humanitario de la ONU se han cancelado todos los viajes y contratos, salvos los fundamentales, hasta nuevo aviso, narran dos fuentes de agencias de la organización internacional. Lo más importante, explica una de esas personas, es que en muchos casos se ha paralizado el transporte sobre el terreno de alimentos, agua o vacunas.
El golpe llega en un momento en que el sistema humanitario global se encuentra ya muy tensionado. Las necesidades de un mundo en guerra y con decenas de millones de desplazados aumentan exponencialmente, pero no así las ayudas de las naciones.
El desmantelamiento del llamado «brazo humanitario» del Gobierno de Estados Unidos ha sido veloz e implacable. La web ya no está disponible, las oficinas se han cerrado y se ha dicho a los más de 10.000 empleados que no vayan a trabajar. En 2023, USAID manejó cerca de 40.000 millones de euros, algo menos de un 1% del presupuesto federal. Proveía asistencia a 130 países, entre otros, por orden de recepción de fondos, Ucrania, Etiopía, Jordania, Congo, Somalia, Yemen, Afganistán, Nigeria, Sudán del Sur y Siria.
Fue establecida por el presidente John F. Kennedy en 1961 como una agencia independiente que pretendía contrarrestar la influencia soviética durante la guerra fría. La idea era que la seguridad de Estados Unidos estaba ligada al avance económico de otros países. ¿Ha dejado de estarlo? ¿Cuál es el riesgo para el propio país americano de renunciar al principal instrumento para ejercer el llamado poder blando? ¿Ocuparán los rivales de Estados Unidos, de China a Rusia, el vacío que quedará si la suspensión temporal se convierte en permanente?
Golpe a las ONG, riesgo para países ricos
El impacto ya se está produciendo sobre el terreno. USAID financiaba los medicamentos contra el VIH en muchos países de África. En los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, la vida de casi 200.000 personas de la antigua colonia española depende de ACNUR, que recibe buena parte de su financiación de Estados Unidos. Y ellos son los que proveen de alimentación, sanidad o recogida de basuras en esos campamentos en el desierto, porque no hay un sistema fiscal propio para estos refugiados permanentes. Otro gran impacto se ha notado en Colombia, donde Estados Unidos financiaba decenas de proyectos humanitarios vinculados a la desmilitarización de las guerrillas y el proceso de paz en el país.
«Estamos extremadamente preocupados, tanto por el espantoso recorte en sí (paralizar la ayuda tres meses tiene un impacto gravísimo que ya nos llega desde diferentes países) como por el efecto cascada que pueda suponer en otros Estados o entidades financieras», dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Penélope Berlamas, vicepresidenta y portavoz de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, que integra a más de 600 ONG de acción humanitaria y desarrollo españolas, como Acción contra el Hambre, Cáritas, Oxfam o Movimiento por la Paz. «Vivimos en el período con mayor número de conflictos tras la II Guerra Mundial y por ello hay un récord de 120 millones de personas que han abandonado sus hogares. Contra estas amenazas globales, climáticas, sanitarias o bélicas no hay muros suficientemente altos. Si se recorta el principal financiador de la ayuda y no hay otros países que asuman esos recursos, se condena a millones de personas a la absoluta miseria».
Save The Children, por ejemplo, colabora con la agencia americana en un servicio sanitario en Níger, conocido como USAID Kulawa, que forma parte del programa estadounidense para mejorar la vida en el Sahel, una región que tiene alto impacto migratorio en España.
El corte abrupto de fondos supone un gran riesgo, también para los países avanzados. Se pierde el poder blando y la capacidad de influencia, y se propicia la migración desesperada de las personas que han perdido todo lo necesario para una vida digna. Se genera una falsa sensación de seguridad, apuntan desde la Coordinadora.
Impacto indirecto en otras ONG
«La suspensión impactó en organizaciones españolas que trabajan en otros países, porque tienen financiación directa de USAID o a través de las agencias colaboradoras de Naciones Unidas. Afecta por ejemplo a proyectos de Médicos del Mundo, Save the Children u Oxfam…», apunta Penélope Berlamas. «Tememos consecuencias sociales y humanitarias, y también nos preocupa la imagen que dan estos recortes, que alimentan el cuestionamiento de las organizaciones humanitarias».
El Ministerio de Exteriores no ha aportado información a preguntas de este diario sobre el impacto de la suspensión de ayuda en los programas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Los países avanzados de Naciones Unidas se comprometieron a aportar al menos el 0,7% de su PIB para paliar las desigualdades globales que crea un sistema diseñado en parte por Occidente, del que se beneficia. Con esta decisión unilateral, Donald Trump incumple los acuerdos firmados por sus predecesores. El cambio ha sido, además, sin previo aviso, y de forma exprés. En unos pocos días se ha dinamitado el sistema de cooperación internacional estadounidense, que había estado vigente durante más de sesenta años y fue clave en el desarrollo de la influencia internacional de Estados Unidos.
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