mi villano favorito’ ayuda a entender el cerebro adolescente con depresión
Los cerebros de los adolescentes con depresión procesan la información sobre cómo se sienten los demás de una forma diferente a quienes no padecen este trastorno de según mental, según una investigación que escaneó órganos de jóvenes mientras veían un clip de solo 10 minutos de la película Gru: mi villano favorito.
Los resultados, que se han publicado en la revista Social, Cognitive and Affective Neuroscience, sugieren que, aunque muchos adolescentes con depresión experimentan una «sensación de entumecimiento o embotamiento emocional», lo mismo sus cerebros en están trabajando más para interpretar la información sobre cómo se sienten y piensan los demás.
Además, apuntan a que este «sobreesfuerzo» del cerebro parece que se da más en momentos en los que hay menos indicios para saber qué piensa o qué le pasa al personaje en cuestión.
Un clip elegido
Los investigadores, a partir de una muestra grande y pública, identificaron a 84 adolescentes de entre 16 y 21 años (42 con diagnóstico clínico de depresión frente a 42 sin ella). Todos vieron un fragmento de diez minutos de la película Gru: mi villano favorito mientras se sometían a una resonancia magnética.
Según los investigadores, se eligió un clip de película porque alterna escenas humorísticas, como un cuidador adoptivo que desarrolla una fuerte conexión emocional con los niños mientras les lee cuentos para dormir, y escenas tristes que representan el rechazo por parte del mismo y el alejamiento de los niños.
También exponen que otros estudios anteriores han demostrado que este clip provoca fuertes respuestas emocionales en adolescentes.
Diferencias entre los dos grupos
Los investigadores encontraron diferencias claras entre los dos grupos de participantes en la forma en que sus cerebros procesaban la película. «Nuestros hallazgos sugieren que los cerebros de los adolescentes con depresión necesitan trabajar más conscientemente para procesar la narrativa emocional de la película, al tiempo que luchan por responder de forma natural a los cambios repentinos en su contenido. Al utilizar una resonancia magnética para rastrear las fluctuaciones de la actividad cerebral a lo largo del clip de la película, descubrimos que esta actividad inusual era aún más pronunciada durante las escenas emocionalmente neutrales», exponen.
«Esta forma de procesar la información, que requiere más esfuerzo y menos flexibilidad -prosiguen-, incluso cuando el contenido emocional es menos intenso, puede contribuir a los sentimientos de agotamiento y embotamiento emocional que se manifiestan con frecuencia en la depresión».
«Nuestro estudio destaca la importancia de explorar cómo los adolescentes deprimidos navegan las transiciones entre contextos emocionales de distinta intensidad, en lugar de centrarse únicamente en las respuestas a señales emocionales muy intensas, abriendo así caminos interesantes para futuras investigaciones», asegura Marie-Stephanie Cahart, investigadora postdoctoral y primera autora del estudio, en un comunicado de la King’s College de Londres.
«Nuestros hallazgos demuestran el papel clave de las medidas afectivas continuas para brindar información sobre cómo evoluciona la actividad en el cerebro deprimido a medida que se desarrolla la intensidad emocional a lo largo de la película. Se necesitan estudios futuros con un tamaño de muestra más grande para corroborar los hallazgos actuales», concluyen.
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