de las escayolas mojables, a la medicación en forma de osito de gominola y el humanoide que vale lo que un SUV
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El G1 ha sido la estrella de Fitecu en su segunda jornada. Este robot humanoide primero ha aparecido por sorpresa en la ponencia inspiradora de la jornada, luego ha bajado las escaleras del escenario y se ha dado un paseo por el área expositiva de la Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Cuidados que se celebra en Zamora. Junto a él ha estado en todo momento Darío Samaniego, el CEO de la empresa que lo comercializa, Synergy Tech.
Desde principios de año este humanoide se fabrica en serie y está a la venta por internet por 24.900 euros, más o menos lo que vale la versión barata de un coche tipo SUV. Se trata del modelo más sencillo, que se maneja con un mando con palanca.
Si se pretende adquirir un G1 más tecnológico, con programación informática, automatismos e implementación de la inteligencia artificial, el precio puede alcanzar los 60.000 euros, lo que un Tesla. Aun así, quien prefiera comprarse un robot a un vehículo, al tratarse de tecnología que está en constante evolución, el precio experimenta en algunas innovaciones bajadas importantes en poco tiempo, según ha detallado el responsable de la que es distribuidora oficial de los robots Unitree en España.
Biopresor para medicamentos junto con representantes del Centro de Tecnología de Fundación Idonial. / José Luis Fernández
Darío Samaniego ha subrayado la utilidad de este tipo de robots en una residencia de mayores, en las que pueden ser capaces de verificar el entorno, en qué situación se encuentran los residentes, puede medirles la temperatura corporal, detectar ciertas dolencias por la expresión facial o conversar con los mayores. Ha detallado además la evolución de los humanoides que están llamados a apoyar y mejorar los cuidados de personas mayores y dependientes. Synergy Tech trabaja ya en la evolución de G1 y pretende que en tres meses incorpore voz y oído, para poder así interactuar y comunicarse con la gente.
En algo más de tiempo, entre 18 y 24 meses, calcula que estará también disponible una versión que tenga también cabeza, es decir que incorpore la Inteligencia Artificial y disponga de funciones que se asemejan más a las de una persona que a las de un robot. G1 está así cada vez más cerca de convertirse en un apoyo fundamental en residencias de mayores.
El humaniode está a la venta por 24.900 euros, aunque hay versiones avanzadas por 60.000
Pero no es la única innovación destinada a formar parte de la cotidianidad en un futuro con la que se topa uno en Fitecu. Hay «inventos» que pueden revolucionar algunos aspectos de los cuidados, como el desarrollo tecnológico del software sanitario Laia XR, que se testa en el Hospital Universitario de Salamanca con resultados óptimos. Supone una mejora sustancial en los quirófanos, al obtener previamente imágenes en 3D de los órganos del paciente a operar. Para ello se valen de la inteligencia artificial y las tecnologías inmersivas.
La empresa salmantina que desarrolla esa iniciativa muestra su tecnología en uno de los expositores de Ifeza, donde también está presente el centro tecnológico asturiano Idonial. Allí se valen de una bioimpresora para reducir a una única pastilla toda la medicación de aquellos mayores que tienen que tomar dos, tres o más grajeas en cada comida. El invento, llamado a erradicar los pastilleros, no solo logra condensar la medicación en una sola toma, sino que además se le puede dar la textura, forma y color deseados, por ejemplo la de un osito de gominola o la de un corazón.
Una bioimpresora condensa en una sola pastilla con forma de osito toda la medicación
En ese centro tecnológico también investigan otros desarrollos como un material especial que está llamado en el futuro a sustituir a las escayolas y vendas al tener las ventajas de ser un material transpirable y que puede mojarse. «Primero se escanea el miembro dañado para hacer una geometría más adaptativa a esa pierna o ese brazo», explica Sandra Repiso, técnico de fabricación aditiva, que aclara que el material utilizado es un termoplástico que «inmoviliza de igual manera que un yeso tradicional», pero a diferencia de estos se trata de un material mucho más ligero y que permite respirar a la piel, por lo que «te puedes bañar en una playa o en una piscina y ducharte con ella en casa».
Además, se trata de una escayola totalmente personalizable. «Si eres forofo de algún equipo de fútbol puedes llevar su escudo, o poner la huella de tu perrito», ha puesto como ejemplo. Ese centro tecnológico asturiano con 160 empleados también diseña implantes de titanio, como uno torácico que ya se ha colocado en el Hospital de Salamanca a un enfermo de cáncer que tenía el hueso muy dañado. Ahora ya no hay hueso, sino una réplica de titanio que no causa molestias. Tecnología que llega para mejorar la calidad de vida.
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