Lujo histórico en el corazón de la Alcarria

Pocas veces se encuentra uno con un lugar que logre combinar a la perfección la historia con el lujo contemporáneo, pero el Hotel Castilla Termal Brihuega es una de esas excepciones. Un antiguo complejo industrial, la histórica Real Fábrica de Paños, ha sido magistralmente restaurado para convertirse en un refugio de lujo discreto, donde la piedra centenaria y los espacios amplios dialogan con la calidez de una decoración elegante y sin artificios.
Brihuega es, además, un destino en sí mismo, con sus legendarios campos de lavanda, su casco histórico repleto de vestigios medievales y una atmósfera que invita a perderse entre sus fuentes y calles empedradas. Acompáñanos a explorar la historia, el entorno y la experiencia única que nos ofrece el Hotel Castilla Termal Brihuega.
La marca Castilla Termal

Desde su fundación en 2005 por Roberto García, Castilla Termal se ha posicionado como una de las cadenas hoteleras más prestigiosas de España en el ámbito del turismo termal y de bienestar. García, un empresario con una visión clara sobre la importancia del turismo sostenible y la recuperación del patrimonio, ha conseguido transformar edificios históricos en alojamientos de lujo sin perder su esencia.
Con un enfoque claro en la restauración de inmuebles emblemáticos, esta marca vallisoletana ha logrado crear una red de hoteles que combinan la tradición con la modernidad y la sostenibilidad. Cada uno de sus hoteles está ubicado en enclaves únicos y todos tienen un enfoque muy orientado hacia el bienestar con una gran variedad de servicios de spa y, en muchos casos, la posibilidad de bañarse en aguas termales y aprovechar sus propiedades.
El primer hotel de la cadena fue Castilla Termal Balneario de Olmedo, ubicado en un antiguo convento del siglo XII en la provincia de Valladolid, inaugurado en 2005. Poco después, se sumó Castilla Termal Balneario de Solares, situado en Cantabria, en un edificio histórico que ha sido adaptado para ofrecer experiencias termales únicas.
Posteriormente, se inauguró Castilla Termal Burgo de Osma, ubicado en una antigua universidad renacentista de este pueblo de Soria, destacando por su impresionante claustro convertido en un espacio de bienestar. A este le siguió Castilla Termal Monasterio de Valbuena, en el corazón de la Ribera del Duero, que ocupa un monasterio cisterciense del siglo XII.
Finalmente, con la apertura de Castilla Termal Brihuega en 2023, la marca ha consolidado su presencia en algunos de los enclaves históricos más singulares de España, transformando edificios con siglos de historia en hoteles de lujo sin perder su esencia original. Además, la cadena tiene en marcha nuevos proyectos, como la conversión del Palacio de Avellaneda en Peñaranda de Duero en un futuro hotel termal de cinco estrellas.
A lo largo de los años, la marca ha sido reconocida por su compromiso con la sostenibilidad y la recuperación patrimonial. La apuesta por energías renovables, la reducción del consumo de agua y el uso de materiales ecológicos forman parte del ADN de la cadena.
Castila Termal Brihuega: Un edificio con mucha historia
Real Fábrica de Paños de Brihuega – Foto: Christian Rojo
La Real Fábrica de Paños de Brihuega, construida en la segunda mitad del siglo XVIII bajo el reinado de Fernando VI, fue uno de los complejos industriales más importantes de la época. En su momento de mayor esplendor, la fábrica producía textiles de gran calidad para la corte y el ejército. Durante años, este imponente edificio estuvo en desuso, hasta que Castilla Termal lo rescató para convertirlo en un hotel de cinco estrellas. Su restauración ha sido un proceso meticuloso que ha respetado la estructura original, conservando elementos arquitectónicos emblemáticos como su patio circular y sus impresionantes muros de piedra.
La Real Fábrica de Paños de Brihuega fue un destacado ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XVIII en España. Su construcción fue impulsada por una Real Cédula expedida el 8 de marzo de 1750 por el rey Fernando VI, en el contexto de las reformas ilustradas que buscaban fomentar la industria y el comercio en el país. El arquitecto Juan Manuel de Villegas diseñó el edificio principal, conocido como «La Rotonda», de planta circular con dos anillos concéntricos que rodean un patio central. Esta estructura albergaba en su planta baja almacenes y despachos, mientras que en la planta superior se ubicaban los telares e hilanderas. Las obras comenzaron en 1751 y concluyeron en 1783.
Durante su época de mayor esplendor, la fábrica experimentó varias ampliaciones para adaptarse a las necesidades productivas. En 1768, bajo el reinado de Carlos III, se trasladó la Real Fábrica de San Fernando a Brihuega, lo que supuso la incorporación de 117 telares adicionales y la construcción de nuevos edificios anexos destinados a almacenes, oficinas y viviendas para los trabajadores. Este complejo industrial llegó a ocupar aproximadamente 30.000 metros cuadrados y empleó a más de 100 personas, incluyendo hilanderas, aprendices y personal directivo.
A pesar de su relevancia, la fábrica enfrentó dificultades económicas y la fábrica cerró sus puertas en 1835, tras 85 años de actividad. Posteriormente, durante la Desamortización de Mendizábal en 1840, el edificio fue adquirido por Justo Hernández Pareja, quien revitalizó la producción textil hasta 1936, fabricando telas y mantas para el ejército al inicio de la Guerra Civil Española.
Tras décadas de abandono y deterioro, la Real Fábrica de Paños fue objeto de diversas intervenciones para su recuperación. En 2003, se incluyó entre los bienes industriales del Plan de Patrimonio Industrial y fue declarada Bien de Interés Cultural. En 2021, el Ayuntamiento de Brihuega adjudicó el edificio a Castilla Termal Hoteles para su transformación en un hotel balneario de cinco estrellas. La cadena hotelera invirtió 12 millones de euros en la rehabilitación de los 9.000 metros cuadrados del complejo, respetando su valor histórico y arquitectónico.
Así es el hotel Castilla Termal Brihuega
Castilla Termal Brihuega – Fotos: Christian Rojo y cedidas por el hotel
Desde el momento en que cruzamos su imponente entrada, nos sumergimos en un ambiente de serenidad y elegancia que ha conseguido lograr el estudio de la interiorista María Zárate. La nave central, que antiguamente servía como área de producción textil, ha sido transformada en una majestuosa recepción. La estructura original de la fábrica se integra a la perfección con los elementos contemporáneos, creando un equilibrio entre tradición y vanguardia.
Las zonas comunes del hotel reflejan el lujo silencioso que caracteriza a Castilla Termal. Sus jardines históricos, cuidadosamente restaurados, permiten a los huéspedes disfrutar de un entorno natural único, con especies autóctonas y un diseño paisajístico que evoca la época de esplendor de la Real Fábrica de Paños. Entre sus senderos sombreados, fuentes ornamentales y zonas de descanso, se puede apreciar la fusión entre historia y naturaleza.
La piscina exterior, integrada en el jardín, ofrece un oasis de tranquilidad con vistas panorámicas a Brihuega. Su diseño elegante y el uso de materiales naturales crean un ambiente armonioso que encaja a la perfección con el entorno. Además, el hotel dispone de varias salas de reuniones y espacios multifuncionales, equipados con tecnología de última generación para la celebración de eventos corporativos y sociales.
Castilla Termal Brihuega – Fotos: Christian Rojo y cedidas por el hotel
El hotel cuenta con 78 habitaciones diseñadas para ofrecer un ambiente lujoso pero con una estética minimalista que huye de la ostentación y, sobre todo, evita caer en una decoración de época, propia de otros hoteles ubicados en edificios históricos. Cada estancia ha sido decorada con materiales nobles y tonos neutros, buscando diseñar una atmósfera tranquila.
Los grandes ventanales permiten que la luz natural inunde las habitaciones, ofreciendo vistas privilegiadas del jardín o del entorno. Las camas de alta calidad, los baños de diseño y los pequeños detalles, como los productos de cosmética natural que produce la propia cadena hotelera, van definiendo el tipo de lujo que nos encontramos en este hotel.
Las habitaciones están divididas en diferentes categorías, desde las estándar hasta las suites de lujo, todas ellas equipadas con tecnología de última generación. La insonorización, el sistema de climatización eficiente y el mobiliario ergonómico son aspectos clave en la experiencia de descanso que ofrece el hotel.
Un spa de lujo
Castilla Termal Brihuega – Fotos: Christian Rojo y cedidas por el hotel
La marca Castilla Termal orienta todos sus hoteles a una experiencia de wellness y este no es una excepción. El spa de Castilla Termal Brihuega está compuesto de un completo circuito termal, que incluye piscinas de agua mineromedicinal, duchas sensoriales y saunas. Además, el spa ofrece una selección de tratamientos inspirados en los recursos naturales de la zona, como terapias con miel y lavanda, que aprovechan las propiedades relajantes y regeneradoras de estos ingredientes. Todo el espacio ha sido diseñado para potenciar la sensación de bienestar y desconexión total.
El centro de bienestar también cuenta con tratamientos exclusivos, como masajes personalizados, rituales de belleza y terapias holísticas. Además, se organizan sesiones de yoga y meditación en los jardines del hotel, ofreciendo una experiencia integral de salud y relajación. Para quienes buscan una experiencia aún más exclusiva, el spa dispone de zonas privadas donde los huéspedes pueden disfrutar de tratamientos personalizados en un ambiente íntimo y exclusivo.
Su oferta gastronómica
Castilla Termal Brihuega – Fotos: Christian Rojo y cedidas por el hotel
La gastronomía es uno de sus pilares fundamentales del hotel, ofreciendo a los huéspedes una experiencia culinaria que se basa en la tradición de la cocina alcarreña con un toque moderno. El restaurante La Redonda, ubicado bajo una impresionante cúpula de cristal, ofrece una experiencia gastronómica basada en productos locales y de temporada.
Entre sus especialidades destacan el cordero lechal asado o las chuletillas a la brasa, el bacalao confitado con crema de ajos tiernos y el solomillo de ternera con reducción de vino Converso, todos elaborados con un toque sofisticado. Los entrantes incluyen opciones como la ensalada de queso de cabra con miel de La Alcarria y las croquetas caseras de jamón ibérico, mientras que los postres caseros, como la tarta de queso con miel de La Alcarria, completan una propuesta que rinde homenaje a los sabores de la región.
La oferta gastronómica se complementa con una cuidada selección de vinos, entre los que destaca el Converso, un Ribera del Duero elaborado por la propia cadena Castilla Termal. Este vino se produce a partir de una selección de las mejores uvas de las zonas altas del viñedo y envejece durante 12 meses en barricas de roble francés y americano.
Brihuega, mucho que ver
Brihuega – Fotos: Christian Rojo
Sus famosos campos de lavanda son un espectáculo impresionante en los meses de verano, que atraen a miles de visitantes de todo el mundo. Durante este período, se celebra el Festival de la Lavanda, que en 2025 contará con conciertos únicos los días 11, 12, 18 y 19 de julio, además de actividades adicionales del 14 al 17, incluyendo sesiones de DJ al atardecer y una variada oferta gastronómica.
Pero Brihuega es mucho más que su lavanda. Su casco histórico esconde verdaderas joyas arquitectónicas y culturales. El Castillo de la Peña Bermeja, con orígenes que se remontan a la época andalusí, ha sido testigo del paso de celtíberos, romanos y visigodos. Este castillo alberga en su interior un cementerio histórico de finales del siglo XIX y principios del XX. A pocos pasos del castillo se encuentra la Iglesia de Santa María de la Peña, construida en el siglo XIII en estilo cisterciense.
Otro punto de interés son las Cuevas Árabes, un entramado de pasadizos subterráneos excavados entre los siglos X y XI que recorren el subsuelo de Brihuega. Estas cuevas, utilizadas históricamente para el almacenamiento debido a su temperatura constante. Su acceso se encuentra en la animada Plaza del Coso, corazón de la villa, rodeada de soportales que refleja la esencia de la Alcarria.
Además, Brihuega alberga el Museo de Miniaturas del Profesor Max, situado en el antiguo convento de San José. Este museo exhibe más de 3.000 piezas de arte en miniatura, incluyendo récords Guinness como la casa de muñecas más pequeña del mundo o una reproducción de ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci pintada en un grano de arroz.
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