Irán se prepara para negociar con Trump un nuevo pacto nuclear mientras enriquece uranio a niveles históricos

El enfado era claro, y Mesud Pezeshkian, el presidente iraní, no podía evitar que se le escapase alguna mueca, algún fruncido de cejas, mientras hablaba. El tema lo merecía: la declaración, unos días antes, de su homólogo estadounidense, Donald Trump, que aseguró que con Irán tan solo se puede lidiar de dos formas. «La militar o consiguiendo un acuerdo», dijo Trump en Fox News la semana pasada.
«Es inaceptable que nos dé ordenes y amenace. No voy a negociar contigo. Haz lo que diablos quieras», escupió Pezheskian este martes. Pocos días antes, el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, se pronunció en el mismo sentido: «La insistencia de algunos gobiernos matones en negociar no es para solucionar los problemas existentes. Para ellos, hablar es pedir. Irán no les va a dar ese gusto», dijo Jameneí.
Así, para Irán, el tiempo apremia. En el último año, el país persa se ha convertido en una casi potencia nuclear, y tiene tanto uranio enriquecido al 60% —muy cerca del 90% necesario para crear una bomba— como para crear, en principio, seis bombas atómicas en pocos meses, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). En tan solo los últimos tres meses, de hecho, Irán ha multiplicado por 1,5 sus existencias de uranio enriquecido al 60%.
«Mi impresión es que Irán tan solo enriquece su uranio, y lo anuncia bien fuerte, para tener una posición más fuerte a la hora de negociar. No creo que sea para realmente desarrollar el arma», explica Alex Vatanka, director del programa de Irán del think tank Middle East Institute (MEI). «[Con Hamás y Hizbulá debilitadas y sin Asad en Siria]Irán solo tiene una herramienta de negociación ahora, que es su programa nuclear. Estados Unidos tiene su sanciones económicasY en la actualidad estamos en este momento en tiempo para ver quién parpadea primero; Quien da el primer paso. Nadie quiere ir a la guerra, pero para evitar la confrontación, ambas partes deben mostrar flexibilidad, y el estilo de Trump no ayuda. Irán es probablemente el peor país del mundo en hablar en el idioma de gritar fuerte, para exigir, se muestra como un Tipo duro. Pezeshkian y Jameneí lo han dicho: «Muestra respeto y siéntate», continúa Vatanka.
A contrarreloj
El primer acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos, negociado por la administración de Barack Obama en 2015, contiene una cláusula que, como parte del pacto, permite a todos los firmantes restablecer sanciones económicas y militares durísimas contra la República Islámica si Irán incumple su parte del trato y enriquece su uranio a niveles superiores de los necesarios para usos nucleares civiles. EEUU reimpuso sus sanciones en 2018, cuando Trump, en su primer mandato, sacó a Washington del pacto, a pesar de que hasta ese momento —a diferencia de ahora— Irán se había mantenido fiel a lo acordado.
Hasta este 2025, a diferencia de Estados Unidos, los demás firmantes —Alemania, el Reino Unido, Francia, China y Rusia— no han restablecido todas sus sanciones contra Irán. Pero el acuerdo de 2015 caduca este otoño, y el límite para reimponer sanciones, la última herramienta de presión de Berlín, París y Londres para que Irán frene su enriquecimiento de uranio, termina en agosto.
Por esto, según los expertos, las negociaciones actuales son cruciales y llegan con fecha de caducidad: si las charlas fallan, la alternativa puede hacer peligrar la estabilidad en todo Oriente Próximo.
«Hace unos días estuve en Europa, y pude hablar con los delegados y negociadores europeos —explica Ali Vaez, director del programa iraní del think tank internacional Crisis Group, que ha conseguido mediar en el pasado entre Teherán y Occidente—. Me comentaron que si no hay acuerdo en verano, Europa deberá imponer sanciones contra Irán a partir de junio o julio. Si esto ocurre, Irán probablemente salga del Tratado de No Proliferación Nuclear. Y si llegamos a este punto, esto podría perfectamente ser una línea roja para Washington e Israel. Por esto la situación actual es muy distinta al primer mandato de Trump, cuando rompió el primer acuerdo. Necesitamos una solución ya, o todo puede terminar en un resultado altamente explosivo«.
Entre la espada y la pared
La situación es límite para Teherán. Irán aún no ha desarrollado el arma nuclear, y según los expertos, no se prevé que lo haga en un futuro cercano. Pero eso no significa que la opción de hacerlo no sea real.
«Irán tan solo la desarrollará si se considera realmente en peligro, y ahora mismo su análisis de la situación no ha llegado a este punto. Consideran, aún, que la mejor forma de proteger el régimen es llegando a un acuerdo. Y saben también que desarrollar el arma tiene un riesgo enorme, porque puede conllevar un ataque de Israel y EEUU», asegura Vatanka, que considera que el acuerdo puede ser simple; algo tan solo que satisfaga el ego del presidente estadounidense: «Puede ser el mismo firmado por Obama, pero con el texto algo cambiado, tan solo para que Trump pueda venderlo como un éxito. Irán sabe que para Trump esto es lo único que importa».
Las expectativas, sin embargo, no invitan al optimismo. «Irán parece no haber entendido cómo lidiar con Trump. Jameneí se jacta de ser el único país que no se doblega ante el presidente estadounidense, de acuerdo, pero debes poder permitírtelo. E Irán no puede, con la crisis económica que sufre, el constante estado de miseria y crisis y el miedo a una guerra regional«, dice Vaez.
«Por esto estamos en un punto muerto ahora mismo. Irán no quiere desarrollar la bomba nuclear, de acuerdo, pero si la vía diplomática no existe, si no hay una solución y se llega a algún tipo de confrontación militar, entonces la voz de los que dicen que la única forma para Irán de protegerse es el arma nuclear ganará peso. Y, ahora mismo, viendo cómo está la situación, creo que las posibilidades de llegar a un acuerdo antes de verano son menos de un 10%. Espero, por el bien de todos, estar equivocado», concluye este experto.
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