El presidente serbio reúne a miles de seguidores y promete el fin de las protestas

El presidente de Serbia, el nacionalista Aleksandar Vucic, ha anunciado este sábado antes miles de sus seguidores el fin de la «revolución de colores», como se refiere a la oleada de manifestaciones que desde hace cinco meses denuncian corrupción y autoritarismo de su Gobierno.
«Exigimos a los órganos competentes y a las fiscalías que hagan su trabajo, dentro de sus competencias constitucionales, para que se restablezca la paz en el país», dijo Vucic en el acto central de lanzamiento de su ‘Movimiento por el Pueblo y el Estado’, una reacción a las multitudinarias protestas contra él y su Gobierno.
Protestas en vano
El líder populista insistió así en su promesa de que se aplicará la ley contra quienes -considera él- cometen actos violentos con sus protestas, aunque las marchas y acciones, lideradas por universitarios, han sido mayoritariamente pacíficas. «Todas las próximas protestas estudiantiles serán en vano», advirtió Vucic.
El presidente ya aseguró el jueves que su error había sido no «oponerse inmediatamente» a las protestas como, dijo, le habían recomendado sus «amigos chinos».
Las protestas comenzaron tras el derrumbe el pasado 1 de noviembre del techo de una estación de trenes, que acababa de ser remodelada por empresas chinas, que causó la muerte de 16 personas.
Contra el autoritarismo
La inicial exigencia de depuración de responsabilidades políticas y judiciales se ha transformado en una reclamación de más democracia y una acusación de creciente autoritarismo y corrupción del Gobierno de Vucic.
El presidente Vucic, que domina la política serbia desde 2012, cuya administración es considerada corrupta y autoritaria por los estudiantes y un gran número de ciudadanos, leyó a los presentes las demandas del recién fundado movimiento, entre las cuales la principal es que Serbia «se desbloquee de las bloqueos».
Así, reclamó que los universitarios vuelvan a clase e interrumpan los bloqueos y ocupaciones de numerosas Universidades para, dijo, garantizar el derecho a la educación.
Aunque la Policía no ha dado aún cifras de participantes y los medios progubernamentales se limitan a decir que hubo «un gran número» de asistentes, EFE pudo comprobar que el centro de la ciudad y las calles cercanas al Parlamento, donde se celebró el acto, estaban llenas, aunque menos que durante la masiva marcha antigubernamental del pasado 15 de marzo. Por toda la zona había una fuerte presencia policial y el tráfico quedó cortado.
La céntrica calle Kneza Milosa estaba llena de autobuses llegados de todas las ciudades del país.
«Defender a nuestro presidente»
«Si no fuera por Vucic, no habría carreteras, fábricas ni nuestras pensiones. Vinimos para apoyar y defender a nuestro presidente», declaró a EFE Svetlana de 67 años. Varios presentes confirmaron que estaban allí para defender a Vucic y a Serbia, aunque sin mencionar de qué o de quién.
Entre los presentes reinó un ambiente alegre durante todo el día. Cantaban, llevaban banderas serbias y coreaban «¡Aco, serbio!» (Aleksandar, gran serbio). Sin embargo, la gente era poco amigable con los informadores. En los pocos carteles que llevaban los ciudadanos, en su mayoría se leía «¡No entregamos Serbia!».
El presidente del ente serbio de Bosnia, Milorad Dodik, también participó en el acto, a pesar de la orden de captura emitida en su contra por el Tribunal de Bosnia-Herzegovina por sus políticas secesionistas. «Serbia es hoy la palabra de libertad, la palabra de esperanza. Estamos orgullosos de ser serbios, no serbios de Bosnia, sino parte del pueblo serbio», dijo Dodik en el escenario frente al Parlamento. El líder separatista y prorruso agregó que Serbia no debe perder la lucha en las calles, y que en estos tiempos difíciles no hay mejor dirigente para el país que Vucic.
Al mismo tiempo, en Novi Pazar, en el sur de Serbia, decenas de miles de estudiantes y otros ciudadanos se reunieron para volver a reclamar que se depuren las responsabilidades políticas y judiciales por el derrumbe en la estación de trenes.
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