Es el preludio de nuevas guerras

El aumento del gasto en defensa en el que se ha embarcado el planeta, una tendencia recogida en en Informe Anual de Gasto Militar del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés) «solo incrementa las posibilidades de conflicto directo«. «El militarismo es el preludio de nuevas guerras«. Son las conclusiones a las que ha llegado el Centre Delàs d’Estudis per la Pau y que este lunes presentó en rueda de prensa poco antes del apagón que dejó sin luz e incomunicada a España y Portugal.
Según Pere Ortega, experto en defensa e investigador del Centre Delàs, «esta escalada provocará reacciones, y seguir este camino puede llevar a nuevos conflictos».
La entidad ha querido poner el foco en las decisiones tomadas por el Gobierno de Pedro Sánchez en este ámbito. «El Estado español se ha rendido frente a las demandas de la OTAN y la UE«, lamentó Ortega, antes de indicar que «serán las cantidades no ejecutadas de las demás partidas presupuestarias las que se destinen a defensa». Por lo tanto, «aunque el Gobierno haya medido sus palabras y no se les puede llamar recortes estrictamente, no deja de ser dinero que antes hubiese ido destinado a políticas sociales, pero que ahora se gastará en defensa», expuso Jordi Calvo Rufanges, coordinador del centro de análisis.
Ambos investigadores también denunciaron los vínculos de España con Israel, mencionando tanto los 46 contratos adjudicados o formalizados que aparecen en la Plataforma de Contratación Pública, como dos contratos extra que sin estar adjudicados aún, son proyectos a futuro. «El 75% de la producción militar de Israel se exporta, y el Gobierno español contribuye a ello», señaló Ortega. Además, quiso subrayar que «el único medio para evitar este tipo de transacciones es el embargo«, recordando que esa fue la principal medida que acabó con el régimen del apartheid en Sudáfrica.
El caso europeo
«Europa es el bloque geopolítico que más se ha visto envuelto en esta tendencia militarista, especialmente Europa Occidental, con un incremento presupuestario del 24%», destacó Calvo Rufages. Ucrania es de lejos, con un gasto de 64.700 millones de dólares, el país europeo que más gasta en defensa. Los investigadores del Centre Delàs puntualizaron que además de la cantidad mencionada, se deben también incluir otros 60.000 millones provenientes de los ajustes presupuestarios que otros países han hecho en aras de proporcionar ayuda militar al país eslavo. Así, Ucrania se convierte en el cuarto país del mundo que más dinero gasta en su Ejército, por detrás de EEUU, China y Rusia. Otro caso europeo a destacar es el de Alemania, que con los incrementos introducidos tras la crisis ucraniana, supera ya a los principales países de la comunidad internacional.
Laëtitia Sedou, experta en defensa que también participó en la rueda de prensa, apuntó a la amenaza de un potencial ataque ruso como la principal razón con la que los políticos tratan de justificar esta medida. «La narrativa sobre la amenaza rusa es fundamental para justificarlo», y añadió que esta «huida hacia adelante» que está protagonizando la UE «no va a resolver ningún problema estructural, que son los que suponen una verdadera amenaza».
Datos globales
Desde que el SIPRI recoge y publica los datos a nivel global, nunca antes había aumentado tanto el gasto militar (20%) como en los últimos tres años. Un incremento «histórico».
En relación con Oriente Próximo, la ofensiva en Gaza no ha hecho más que confirmar el estatus que Israel ocupa en el ámbito militar. Es el país con el gasto militar más grande en su relación con su PIB (88%), y no hay ningún país que haya aumentado más el presupuesto militar desde el 7 de octubre de 2023 (65%).
En contraste con los datos obtenidos en Europa y Oriente Próximo, el Centre Delàs quiso hacer una mención especial a Sudamérica, «donde el gasto no sólo no aumenta, sino que baja». Su condición de zona libre de armamento nuclear y una falta de conflictos interestatales, hacen de la región un territorio de referencia en la disminución de gasto en defensa. Aún así, países como México y Colombia no pueden obviar sus conflictos internos (especialmente contra el narcotráfico) y su gasto obedece a dicha preocupación.
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