Trump acelera la guerra tecnológica contra China y ordena bloquear la exportación de software para chips
Estados Unidos sigue tratando de evitar por todos los medios que China desarrolle chips avanzados, cruciales para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial o para la tecnología militar. La administración de Donald Trump ordenó ayer bloquear la exportación del software necesario para diseñar semiconductores a compañías del gigante asiático.
Según adelanto el Financial Times, el Departamento de Comercio estadounidense mandó el pasado viernes una carta a empresas especializadas en la automatización de diseño electrónico como Cadence, Synopsys y Siemens EDA en la que se les exigía cortar su suministro tecnológico a China y se les advertía de que ahora necesitarán licencias para realizar esos envíos. Como consecuencia, las acciones de las tres firmas —que representan alrededor del 80% del mercado chino de automatización de diseño electrónico— se han devaluado entre un 6 y un 8% en la última semana.
El Departamento de Comercio informó que, en algunos casos, «ha suspendido las licencias de exportación existentes o ha impuesto requisitos de licencia adicionales mientras la revisión está pendiente». Fuentes internas señalan a Reuters que el Gobierno examinará las solicitudes de licencias caso por caso, lo que sugiere que no se trata de una prohibición total.
En abril, la Casa Blanca ya restringió la exportación de los chips de IA que el gigante tecnológico Nvidia fabrica específicamente para Pekín. La administración Trump también ha estudiado la posibilidad de incluir a varios fabricantes de chips chinos en una lista negra que dificultaría aún más su acceso a tecnología made in America.
Otros sectores
Las nuevas restricciones de Washington afectan a muchas otras empresas de sectores estratégicos. Además de los programas informáticos para el diseño de microchips, entre los productos que podrían verse paralizados destacan equipos de aviación como los motores a reacción, maquinaria industrial, productos químicos para la fabricación de semiconductores o hidrocarburos como el butano y el etano.
La orden lleva en un momento particularmente complicado entre EEUU y China, que negocian para intentar alcanzar un acuerdo que ponga fin a una guerra comercial que amenaza con golpear las cadenas de suministro de las dos mayores potencias mundiales. Actualmente, los aranceles impuestos a ambos bandos del Pacífico se encuentran paralizados por un acuerdo que tan solo durará 90 días.
Sin embargo, la adopción de nuevas medidas punitivas podría recrudecer un enfrentamiento que amenaza con arrastrar a compañías que dependen de tecnología de fuera de EEUU como los fabricantes de aviones, automóviles o robots.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí