La Comisión Europea pide acelerar el cumplimiento del plan de recuperación y gastar 335.000 millones en un año
Quedan 4.800 metas por cumplir, 335.000 millones por gastar y solo 454 días para que acabe el plazo de implementación del plan de recuperación. La Comisión Europea ha llamado este miércoles a los gobiernos a acelerar sus trabajos para hacer uso del máximo posible de fondos para que no se pierdan.
Bruselas saca pecho por la ejecución del plan de recuperación, un instrumento financiero por valor de 800.000 millones de euros que la UE puso en marcha en respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia de covid en 2020. Los desembolsos se producen cuando se cumplen una serie de reformas y planes de inversión previamente pactados. La capacidad de absorción de los fondos es notablemente superior a otros instrumentos comunitarios y el Ejecutivo comunitario destaca la contribución del mismo al crecimiento económico.
“El mejor comportamiento [de las economías de España e Italia] Se debe en parte a estos Reformas estructurales que se han lanzado gracias al plan de recuperación ”, dicen fuentes comunitarias. Bruselas calcula que En el caso de España, el 9.3% del producto interno bruto En 2023 se vinculó con las inversiones promovidas a través del plan de recuperación.
Pero aún así, queda mucho por hacer. Bruselas calcula que los gobiernos se han gastado entre 2020 y 2024 el 80% de las subvenciones recibidas, lo que asciende a unos 161.000 millones de euros. Pero en realidad, solo han hecho uso del 38% de los préstamos y el 57% de las subvenciones. Si los países de la UE no cumplen los objetivos de reformas e inversiones pactadas de aquí a agosto de 2026, ese dinero se perderá.
Fechas clave
Hay cuatro fechas clave. La primera es el 31 de agosto de 2026. Esa es la fecha límite que tienen los países europeos para cumplir con los hitos marcados en sus planes de recuperación. La segunda es el 30 de septiembre. Para entonces, los gobiernos tendrán que haber solicitado los últimos pagos. La Comisión tendrá entonces hasta el 30 de noviembre para evaluar los planes, y hasta el 30 de diciembre para efectuar pagos.
La razón es que la UE emitió deuda conjunta para poder pagar el fondo de recuperación, pero solo acudirá a los mercados en función de la demanda. Según varias fuentes comunitarias, extender la fecha límite es extremadamente costoso y complicado en la práctica y, sobre todo, políticamente, casi imposible. Hacerlo requiere el voto unánime de los veintisiete y el visto bueno de buena parte de sus parlamentos.
Países como España, Polonia, Grecia, Croacia, Rumanía o Italia todavía tienen importantes montantes por gastar. Y se acaba el tiempo. “Esto no va a cambiar, no cambiará, no se puede cambiar”, aseguraron fuentes comunitarias, en caso de que hubiera alguna duda. “Si continuamos al ritmo que hemos visto, en particular en el primer semestre de 2025, nunca vamos a conseguirlo”, advierten las mismas fuentes, “el ritmo tiene que cambiar”.
La fórmula
Para apoyar a los gobiernos, la Comisión propone varias medidas. La primera, Bruselas insta a los gobiernos a que centren sus esfuerzos en cumplir con reformas y planes de inversión que sea factible lograr antes del 31 de agosto de 2026; el resto, fuera. “Tenemos un buen número de países con medidas donde los estados miembros esperaban, tal vez, un milagro”, dijeron fuentes comunitarias, “no va a pasar”, advirtieron.
Otra de las pistas que da la Comisión es enfocarse en reformas e inversiones que los gobiernos ya saben que funcionan. “Cualquier cosa que haya funcionado mejor de lo esperado, se puede incluir en el plan”, explican fuentes comunitarias. Pero también, por ejemplo, dividir proyectos cuando una parte no vaya a poder ejecutarse y pagarla después con fondos propios.
Bruselas plantea también por ejemplo, que los gobiernos realicen inyecciones de capital a Bancos de Promoción Nacional -que contribuyen a movilizar inversión privada-, o transfieran parte del dinero a proyectos europeos. Además, llama a que los gobiernos sean claros en sus objetivos, eliminen de sus planes reformas que no se incluyan en las recomendaciones nacionales en el marco del Semestre Europeo, y simplifiquen el lenguaje.
La Comisión insta sobre todo a que cualquier modificación de los planes de recuperación con el objetivo de utilizar los fondos se haga lo más pronto posible. Pero también a que se trate de inversiones que tengan sentido. “No estamos aquí para gastar dinero. Estamos aquí para asegurarnos que lo que queda del fondo de recuperación vaya a inversiones tangibles”, aseguran fuentes comunitarias.
España es uno de los países a los que más dinero le queda por utilizar. Esto es en parte porque también fue uno de los países más afectados por la pandemia y, por lo tanto, al que más dinero correspondía. También porque el gobierno no solicitó los préstamos disponibles hasta 2023, tres años después de la creación del fondo. Por otro lado, la Comisión lo achaca en parte a la naturaleza misma del plan. Buena parte de los fondos van a crear instrumentos financieros que contribuyan a promover la inversión privada. En último término, esto hace el desembolso dependiente de la demanda.
Caso de éxito
Fuentes comunitarias destacan que la rapidez con la que se puso en marcha el fondo, y con la que se desembolsó un 13%, “estabilizó rápidamente nuestras economías tras el shock del COVID”. Por eso, para Bruselas, “en términos de su impacto para la recuperación, el fondo ha logrado su objetivo”. En particular, las mismas fuentes destacan la importancia que tuvo para relanzar la inversión pública, bajo mínimos desde la crisis financiera.
“Este año y el que viene, prevemos que alcance un 3.8%”, aseguraron fuentes de la Comisión. Un incremento importante que contribuye a mejorar la productividad y el crecimiento económico. Además, la Comisión destaca que buena parte de las reformas en ámbitos como las políticas verdes, la mejora de las administraciones, el ámbito social, de la salud, o laboral tiene un potencial importante para seguir contribuyendo a largo plazo a relanzar la economía.
Bruselas destaca además que fueron los países que más se vieron afectados por la pandemia, como España o Italia, quienes más beneficiados se han visto. Gracias a las reformas que exigía el acceso a los fondos, es también en esos países donde el Ejecutivo ve un mejor comportamiento de la economía. Además, la Comisión considera que el reparto fue justo, no ha tenido un impacto negativo en la competencia, y además ha repercutido positivamente más allá de las fronteras de los países a los que llegaron los fondos.
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