“La diplomacia está en crisis”. Cuatro claves tras otra reunión del G7 marcada por Trump
“La diplomacia está en crisis”. La sentencia la ha dictado este martes Volodímir Zelenski, tras su paso en Canadá por la reunión del G7. El presidente de Ucrania se refería a la guerra de invasión de su país y a cómo “Rusia está ignorando todas las ofertas diplomáticas de la comunidad internacional”. Pero su declaración bien sirve como autopsia de todo el cónclave en Kananaskis, y no solo en lo que toca al conflicto en el este de Europa.
La reunión de las siete potencias occidentales (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia) arrancó el domingo y llegaba marcada de antemano por el retorno de Donald Trump como presidente. Este martes, ha concluido igual, bajo el impacto decisivo del estadounidense, que el lunes de forma abrupta retornó a Washington tras solo una jornada para lidiar con la crisis abierta entre Israel e Irán.
El G7 ha cerrado sin grandes acuerdos y salvo el Reino Unido los países no han logrado avances significativos en sus negociaciones comerciales con Trump. Estas son cuatro claves de la cumbre.
Ucrania y Rusia
Trump ha sido el factor fundamental para que el grupo haya acabado esta cumbre incapaz de producir una declaración conjunta de apoyo a Ucrania, un rechazo que en teoría se basa en la idea del estadounidense de dar opciones a las negociaciones con Rusia.
Diplomáticos europeos han afirmado haberse quedado con la sensación de que el republicano quiere elevar la presión sobre Vladimir Putin y el canciller alemán, Friedrich Merz, ha llegado a decir que se marcha con “cauteloso optimismo” sobre ello.
No obstante, Trump el lunes cuestionó de nuevo que a Rusia se le echara del grupo en 2014 tras la invasión de Crimea. Con su retorno anticipado a EEUU dejó a Zelenski sin reunión bilateral y no participó en la sesión de este martes con el presidente ucraniano y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Y ha dado alas a Moscú para criticar el cónclave. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha dicho que es “inútil”, especialmente si se compara a formatos como el del G20.
Zelenski, pese a todo, ha conseguido avances. Canadá ha anunciado que impondrá nuevas sanciones a Rusia y Ottawa va a dar a Kiev casi 1.300 millones de euros en nueva asistencia militar, Además, en el comunicado que ha emitido Carney como anfitrión, ha escrito que todos los líderes del G7 “están decididos a explorar todas las opciones para maximizar la presión a Rusia, incluyendo sanciones financieras”.
Aranceles
Aunque oficialmente no estuviera en la agenda, la guerra comercial de Trump era central para los participantes en la reunión en Kananaskis. Los países miembros, la Unión Europea, e invitados por el anfitrión como México, Brasil e India, querían aprovechar la oportunidad para negociar, pero con el día que Trump pasó en Canadá solo el Reino Unido pudo presentar un avance especifico en su acuerdo marco arancelario. Londres, no obstante, tampoco logró el deseado alivio para las importaciones de su acero en EEUU y el primer ministro, Keir Starmer, es protagonista involuntario de una de las imágenes de esta cumbre, en la que se le ve casi arrodillado recogiendo papeles que se le habían caído a Trump) .
En otras reuniones, como la que el mandatario estadounidense mantiuvo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, las cosas han quedado en buenas palabras. Y siguen en vigor los aranceles del 50% al acero y al aluminio, los del 25% a automóviles y partes, los globales del 10% y la contrarreloj que Trump ha creado para lograr acuerdos antes del 9 de julio que eviten la entrada en vigor de los aranceles que llama recíprocos.
Irán e Israel
El G7 emitió el lunes antes de que se marchara Trump un comunicado conjunto respecto a la crisis desatada entre Israel e Irán pero fue un texto descafeinado para garantizar que Washington estampaba su firma.
Aunque había una inusual mención a Gaza, y una llamada a proteger a civiles, el texto perdió cualquier referencia llamando a las dos partes a la desescalada, una exigencia de Trump.
Mark Carney, el primer ministro canadiense y anfitrión, mostró su comprensión pública con la decisión del estadounidense de volver a la Casa Blanca para lidiar con la crisis, el presidente francés, Emmanuel Macron, sugirió que Trump regresaba para impulsar un alto el fuego y Starmer, que se sentó junto a él en la cena antes de su partido, dijo que no tenía “ninguna duda” de que el estadounidense era serio sobre una desescalada. “No hay nada que dijera que sugiera que se va a involucrar”, declaró.
Horas después, Trump desmentía a Macron, aprovechando para insultarlo y criticarlo, y pasaba todo el martes elevando las señales que apuntan a una implicación en la guerra, incluyendo la exigencia a Irán de una “rendición incondicional” y una amenaza directa al ayatolá Ali Jameneí.
Los logros
Para minimizar la imagen de fracaso y fractura Carney ya había descartado antes de que se iniciara la reunión la idea de acabarla con un comunicado conjunto, algo que histórica y generalmente ha sido la tradición. Se optó por intentar acuerdos específicos, y eso al menos se ha conseguido.
Además del de Irán, el G7 ha publicado comunicados de todos los miembros respaldando iniciativas conjuntas para abordar el tráfico de migrantes, la inteligencia artificial, la computación cuántica, los minerales raros, los incendios y la represión transnacional.
Entre esos consensos, por ejemplo, se incluye un “intento conjunto de combatir políticas que vayan contra el mercado que puedan poner en peligro el acceso global a minerales críticos”. En términos de inteligencia artificial, mientras, se promete intentar “limitar el impacto negativo en empleo y medioambiente sin dejar de dar bienvenida al potencial de la revolución tecnológica”.
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