Molins consuma su fractura con el nombramiento de su primer presidente ajeno a la familia
Juan Molins Parera, Joaquín Molins Figueres, Juan Molins Ribot, Casimiro Molins Ribot, Joan Molins Amat… y Julio Rodríguez Izquierdo. Desde este mismo viernes la casi centenaria cementera Molins tiene, por primera vez en su historia, un presidente que no cuenta con el apellido Molins entre los propios.
Julio Rodríguez, que fue consejero delegado de la compañía entre 2015 y 2024, es la persona elegida para sustituir a Joan Molins Amat, de 83 años, que ha sido en las últimas décadas el hombre fuerte de la empresa. A Joan Molins se le considera el artífice del salto de Molins, que en 2024 alcanzó unas ventas de 1.365 millones de euros y unos beneficios de 184 millones en la que es uno de los gigantes industriales catalanes con 6.300 trabajadores en 11 países.
El histórico nombramiento de Julio Rodríguez se ha producido este viernes después de una junta de accionistas cerrada a los medios de comunicación y en que se ha confirmado la fractura entre las ramas familiares que controlan la empresa. Molins es una de las principales empresas familiares de Catalunya y más de un 90% de sus acciones están en manos de los miembros de la saga. Así, los Molins López-Rodó tienen un 33,6% de las acciones, los Molins Amat suman un 31,5% y los Molins Gil alcanzan el 25,2%.
Tal y como avanzó EL PERIÓDICO, en los últimos meses se ha producido una histórica fractura entre ramas familiares. En la historia de la empresa los nombramientos de los presidentes se habían llevado a cabo de forma consensuada, algo que no puede decirse en el caso de Julio Rodríguez.
En 2024 Joaquín Jackie Molins Gil, hombre fuerte de la compañía con su 25,2% de acciones, cuestionó internamente a Joan Molins y expresó su deseo de relevarle. Las tres ramas de la familia acordaron entonces la búsqueda de un ejecutivo que pudiera reemplazar al presidente de la cementera en 2026 tras un año de rodaje en la compañía. Sin embargo, y como explicó este diario, el directivo seleccionado por la comisión de Nombramientos y Retribuciones no fue del agrado de Joaquín Molins Gil. Fuentes consultadas por EL PERIÓDICO apuntan que Molins Gil le consideraba “demasiado cercano a los Molins Amat”.
Fue entonces cuando, en un movimiento inédito, los Molins López-Rodó y los Molins Gil se aliaron para impulsar a Julio Rodríguez como nuevo presidente, cargo que ocuparía de forma inmediata tras la esperada junta que había de celebrarse este 27 de junio. Este pacto a espaldas de los Molins Amat generó indignación en esta última rama familiar.
Cisma familiar
La fractura alcanza el nivel de que fuentes conocedoras del conflicto ponían en duda que la mitad de los Molins Amat que históricamente ha votado junto a las otras dos ramas de la familia mantuviera ese apoyo, e incluso está en duda la continuidad del pacto de sindicación de acciones donde están los Molins López-Rodó, los Molins Gil y una parte de los Molins Amat, que agrupan un 14% de los títulos.
Fuentes de los Molins Amat consultadas durante los últimos días avanzaban que votarían en contra del nombramiento de Julio Rodríguez como presidente, decisión que en cualquier caso venía avalada por el apoyo de las otras dos ramas de la familia y que iba a tirar adelante. La empresa no ha querido concretar con cuántos votos del consejo ha sido aprobado el nombramiento, pero fuentes cercanas al consejo adelantaban esta semana que por primera vez en la historia de la empresa habría votos en contra en el consejo de administración al nombramiento del nuevo presidente.
En la junta de accionistas de este viernes previa al consejo, el nombramiento de Julio Rodríguez como consejero ha tenido la oposición de un 24,5% del capital social, cuando las otras dos renovaciones de consejeros se han aprobado sin votos en contra.
De hecho, y para evitar este escenario, en los últimos días se habló de un movimiento de última hora por el cual Joaquín Jackie Molins Gil, que es el miembro de la familia con más acciones de la compañía, con el control del 25%, pasaría a ser el presidente. Este escenario finalmente no se ha producido.
De la electrónica al cemento
Julio Rodríguez tiene 63 años y es ingeniero técnico industrial por la UPC, tiene un PDG por IESE y es también diplomado en dirección de Marketing por EADA. Antes de entrar en Molins, hizo carrera en Schneider Electric, donde entró en 1984. En 2004 fue nombrado vicepresidente ejecutivo de la división internacional del grupo y posteriormente fue vicepresidente ejecutivo para Europa, primero, y para Oriente Medio, África y Suramérica, después. Desde 2012 ostentó el cargo de vicepresidente ejecutivo de operaciones de Schneider Electric.
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