Lula avisa que responderá con la misma moneda a los aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas anunciados por Trump
Muchos brasileños recordaron por estas horas de enfrentamiento directo con Donald Trump de qué está hecho el liderazgo de Luiz Inacio Lula da Silva. Muchos años antes de llegar a la presidencia fue un avezado sindicalista. Supo liderar conflictos históricos como el de los trabajadores metalúrgicos de San Pablo a comienzos de los años ochenta, y, también, sentarse a negociar para que las huelgas no se prolonguen o eviten. Esos atributos salieron otra vez a la luz en la noche del jueves. Lula se presentó en los estudios de la televisión Record que pertenece a la Iglesia Universal del Reino de Dios, aliada al expresidente Jair Bolsonaro, para avisar cómo responderá Brasil a la decisión de Trump de imponer aranceles del 50% a sus exportaciones. «Si nos cobra el 50%, le cobraremos el 50%». El Gobierno vislumbra al 1 de agosto como el momento en que entrarían en vigencia los aumentos arancelarios que son vistos como una sanción política a la que no es ajeno el protagonismo brasileño en el BRICS + y su prédica a que sus integrantes, que representan casi el 40% del PIB global, abandonen el uso del dólar en sus transacciones inter bloque. «Si no hay solución, entraremos en reciprocidad a partir del 1 de agosto, cuando él comience a gravar a Brasil».
Lula habló con soltura, como si debajo de sus pies no se moviera el suelo. El Gobierno ya contemplaba la posibilidad de una medida de tal naturaleza y por eso en abril, cuando Trump anunció su guerra comercial, el Congreso aprobó una Ley de Reciprocidad que autoriza la adopción de medidas de represalia si un país o bloque económico interfiere «en las decisiones legítimas y soberanas de Brasil». El Ejecutivo, dijo, contempla a su vez acudir ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), una acción apenas de efecto simbólico, y, además, pedirle explicaciones más fundamentadas a Washington. «Lo principal es mostrar que a Brasil se le respeta», dijo.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) todavía no sale del desconcierto. Cuando leyó la carta enviada por Trump creyó en principio que podría ser falsa. «Pensé que era un material apócrifo, porque no es habitual enviar correspondencia a otro presidente a través de la página web«. Cuando aceptó la veracidad vino otro tipo de perplejidad. Su colega norteamericano demuestra «un desconocimiento total» de cómo funcionan las relaciones comerciales bilaterales, en los últimos años favorable a Estados Unidos. Si el multimillonario republicano conociera mejor Brasil, sería más respetuoso.
«Brasil no tiene litigios con nadie. Aquí, todo se resuelve con una conversación«. Lula refutó punto por punto los argumentos expuestos en la carta de Trump. El multimillonario se quejó de las normas que regulan el funcionamiento de las plataformas digitales en el gigante sudamericano. «Es bueno que entienda que en Brasil quien establece las normas es Brasil. Es el Congreso Nacional, es el Poder Judicial». El presidente tendió la mano, aunque recordó que Trump «tiene que respetar la justicia brasileña, como yo respeto la estadounidense. Si lo que Trump hizo en el Capitolio lo hubiera hecho en Brasil, estaría siendo procesado, como Bolsonaro, y correría el riesgo de ser arrestado. Porque dañó la democracia, porque dañó la Constitución. Y yo no me meto en el Poder Judicial, porque es autónomo, sobre todo el Tribunal Supremo Federal».
El papel de los empresarios
El presidente también explicó cómo busca fortalecer el frente interno frente a lo que buena parte de la prensa calificó de «chantaje». Lula quiere crear un comité de crisis compuesto por los empresarios, que han entrado en estado de pánico. «Vamos a intentar llevar a cabo todo el proceso de negociación que sea posible. Y espero que los empresarios estén alineados con el Gobierno brasileño, porque si hay algún empresario que piense que el Gobierno brasileño tiene que ceder y hacer todo lo que quiere el presidente del otro país, sinceramente, ese ciudadano no tiene ningún orgullo de ser brasileño». Por último, Lula remarcó que no es posible dar marcha atrás en ninguna de las decisiones del Poder Judicial brasileño, entre ellas el juicio contra Bolsonaro y sus colaboradores por la participación en el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, un proceso que Trump ha calificado de «caza de brujas».
Habló Bolsonaro
El excapitán retirado también habló este jueves y pidió una acción urgente de los poderes del Estado para revertir lo que consideró la inminencia de un escenario adverso. «Brasil camina rápidamente hacia el aislamiento y la vergüenza internacional. La escalada de abusos, censura y persecución política debe detenerse. La alerta ha sido dada y no hay más espacio para omisiones», dijo a través de X. Bolsonro dijo haber recibido «con sentido de la responsabilidad la noticia de la carta enviada por el presidente Donald J. Trump. Dejo claro mi respeto y admiración por el Gobierno de los Estados Unidos».
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