La Casa Blanca niega que tras la hinchazón de piernas y cardenales en las manos de Trump latan problemas graves de salud
Justo cuando trata de aplacar el interés y la crisis por teorías de la conspiración respecto al caso de Jeffrey Epstein el presidente de Estados Unidos, Donald Trump tiene que lidiar con una propia. ¿Tiene el mandatario, de 79 años, algún problema grave de salud que oculta?
La pregunta ha resurgido esta semana después de que se hayan observado hinchazón en las piernas del republicano y una visible marca de maquillaje en el dorso de la mano derecha. Esa tosca cobertura ya se le había visto varias veces en los últimos meses y la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, como cuando se le preguntó en esas ocasiones, ha dicho que se ha usado la base de color para tapar pequeños cardenales provocados por los frecuentes “apretones de manos” del mandatario.
“El presidente sigue teniendo una salud excelente”, ha declarado este jueves en rueda de prensa Leavitt, que se ha referido a la cuestión sin que se lo preguntara ninguno de los periodistas y ha asegurado que hablaba por instrucción del presidente y para “acabar con especulaciones”.
Análisis y pruebas
Según ha contado Leavitt, el propio Trump “en las últimas semanas notó ligera hinchazón en la parte baja de las las piernas”. El equipo médico de la Casa Blanca le sometió por ello a una “evaluación extensiva” que incluyó, según ha dicho la portavoz, un examen profundo con estudios de diagnostico vascular y la realización de pruebas de ultrasonido. Esas pruebas han revelado “un tipo de insuficiencia venosa crónica” que Leavitt ha definido como “común, especialmente en individuos mayores de 70 años”.
“No hay evidencias de trombosis o enfermedad arterial”, ha dicho también la portavoz, que ha explicado que todas las pruebas de laboratorio han ofrecido resultados “en límites normales” y ha explicado también que se realizó un ecocardiograma que no ha arrojado signos ni de insuficiencia cardíaca ni de deterioro renal o de enfermedad sistémica.
Leves cardenales
Los “leves cardenales” en el dorso de la mano, tapados bajo crudos maquíllales que captaron las cámaras en comparecencias de Trump tanto el martes como el miércoles, son según Leavitt “consistentes con irritación leve del tejido blando por dar la mano frecuentemente y el uso de aspirina, que toma como parte de un regimen de prevención cardiovascular” el presidente estadounidense.
Varios medios habían escrito desde diciembre sobre el maquillaje en la mano de Trump, que se había visto al menos en diciembre, febrero, mayo y junio. Ante la última aparición y a preguntas que hace un par de días le realizó el ‘Daily Beast’, Leavitt había dicho: “Trump es un hombre del pueblo y se reúne con más estadounidenses y estrecha sus manos que cualquier otro presidente en la historia. Su compromiso es inquebrantable y lo demuestra cada día”.
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