Europa debe aprender a tejer vínculos con múltiples actores internacionales
El doctor Pol Morillas (Barcelona, 1982), amén de politólogo, es director del CIDOB, el think tank más importante de Catalunya. Ha trabajado para instituciones como el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE. En un ejercicio corajudo, el experto presenta su nuevo libro «En el patio de los mayores», con la intención de abrir el cajón de debilidades y desafíos que debe enfrentar Europa para, en un escenario internacional crecientemente complejo, no tiritar ante el poder duro que ejercen las grandes potencias.
¿Por qué Europa debe jugar en el patio de los mayores?
El contexto internacional sobre el que se asentaba el proyecto europeo ha cambiado de una manera radical. La base de la confianza en la apertura comercial, el paraguas de seguridad transatlántico de la OTAN-EEUU y la integración europea ya no son incuestionables. La UE se ve reflejada en un mundo que ya no es el suyo y esto requiere de un mayor protagonismo, en todo caso, si quiere mantener el peso internacional.
¿A qué atribuye este retorno de la geopolítica?
Por un lado, las instituciones internacionales están debilitadas como nunca. Hay un déficit de dinámicas transnacionales suficientemente robustas para creer que la cooperación internacional es la solución para atender las crisis de hoy. Por otro, las potencias internacionales —entre ellas China y Estados Unidos, pero no solo— entienden las relaciones internacionales como un juego de suma cero. Las dinámicas confrontacionales han vuelto a regir el orden mundial. Europa debe decidir si las quiere seguir o promover una manera de entender el mundo diferente.
¿Somos aquel viejo que vive de lo que fue e intenta dar lecciones cuándo ya nadie le hace caso?
Es interesante como lo planteas. Puedes hacer referencia a la grandiosidad de Europa en un mundo que ya no existe, o a su juventud como una potencia geopolítica que nunca ha sido. Esta es mi visión; que estamos ante la fundación de la Europa geopolítica. Por eso le veo más juventud que vejez.
¿La cosmovisión europea es preferible a otras formas de ver el mundo?
Europa no puede pretender ser lo que no es. No es un actor que quiere hacer del poder militar la principal expresión de su proyección internacional. Su concepción del poder se basa en la cooperación, el comercio abierto y la primacía de los derechos humanos. Que estas ideas estén cuestionadas, no implica que Europa tenga que cambiar de tercio. Tiene que encontrar su propio lenguaje del poder, y este no pasa por la ley del más fuerte.
Pol Morillas, director de CIDOB / MANU MITRU
Difícil de encontrar. ¿Ese lenguaje propio podría pasar por estrategias de multi-alignment, al más estilo Erdogan o Modi?
Seguramente sí. La mayor parte de estados importantes, y el Sur Global en particular, quieren mantener alianzas múltiples, que nadie cuestione sus relaciones comerciales con China ni militares con Rusia, al tiempo que gozan de unas relaciones «amigables» con Europa.
Intereses permanentes sí, aliados permanentes no…
Este mundo se configura sobre la base de la persecución del interés nacional, nadie quiere escoger solo una alianza, sino jugar a múltiples bandos. Europa debe aprender a tejer vínculos con muchos tipos de actores internacionales.
¿Faltan «Monnets», «Shevernadzes» o «Brandts»? ¿Hay una crisis de liderazgo en Europa?
No creo. Si fuese así sería más fácilmente resoluble. Macron ya lo ha intentado. Es una cuestión relacionada con el ejercicio de poder dentro de Europa, que se ha vuelto mucho más complejo, mucho más contestado.
De Gaulle tenía más incidencia internacional, eso seguro.
Pero también menos escrutinio, menos impacto en los medios y en las redes sociales, más libertad de acción. Hoy día, los liderazgos son importantes, pero están menos constreñidos.
¿Es el aumento del gasto militar una condición necesaria para alcanzar una autonomía estratégica?
La defensa no puede ser el único vaso comunicante, como si los otros no importaran. Sabemos que los recursos no son infinitos. Lo que has de intentar es que el gasto sea eficiente. ¿De qué sirve que todos nos gastemos un 5% de manera fragmentada y nacional, si después necesitarás mayor capacidad de acción conjunta? ¿Cuánto nos debemos gastar para que las fuerzas europeas sean efectivas en su conjunto? Este debate no lo estamos teniendo.
Pol Morillas, director de CIDOB / MANU MITRU
¿Existe un cierto alarmismo belicista que pueda incentive una escalada del conflicto con Rusia?
Hay una percepción del riesgo muy diferente. No es lo mismo si compartes frontera y población rusófona, que si estás a miles de quilómetros. Hay países que ven a Rusia como una amenaza directa y existencial, y otros —como España— que ven el conflicto desde un posicionamiento de solidaridad con Ucrania.
Parece optimista elaborar una estrategia conjunta de seguridad con preferencias tan divergentes…
Para crear una cultura estratégica común, unos tienen que interpretar como propias las amenazas de los otros, y viceversa. Y eso es muy difícil.
¿Es posible la «paz perpetua» europea de espaldas a Rusia?
En algún momento se tendrá que plantear. El esquema de seguridad europeo que incorporaba Rusia dejó de ser posible con Crimea en 2014, y con la invasión de Ucrania, se aleja cualquier perspectiva de relación
¿La adhesión de Ucrania a la UE puede incentivar el conflicto con Rusia?
Podrías decir que Ucrania es una zona de influencia rusa, así que mejor no dialogar por el miedo a la reacción. Otra manera de verlo es que Ucrania es un estado soberano, y como tal, tiene derecho a establecer sus alianzas internacionales. ¿Nos rige el miedo al fuerte y su posible venganza, o el apoyo al débil que quiere integrarse?
¿Es posible que Europa deje su doble vara de medir y adopte esta actitud con Gaza?
Si crees en el derecho internacional lo tienes que hacer siempre. Si crees que es a la carta, es un derecho sesgado. Y el resto del mundo ve esa inconsistencia. Europa tiene herramientas contra Israel, y decide no utilizarlas. Frente a tantos crímenes de guerra documentados, su acción no va más allá de una revisión de su acuerdo de asociación. Para Israel no existen los palestinos con un derecho a la vida. Me cuesta pensar que no exista una posición mucho más congruente con lo que teóricamente son los principios fundacionales europeos.
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