Soldados de Damasco y milicianos kurdos combaten en el norte de Siria, pocas semanas después de la escalada en Sweida
Soldados leales al Gobierno interino de Damasco, liderado por el presidente Ahmed al Sharaa, han protagonizado este lunes combates y escaramuzas dentro de la provincia de Alepo, la segunda ciudad siria, contra milicianos y miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el paraguas militar dominado por las milicias kurdosirias de las YPG que controlan la mayor parte del este sirio.
Las FDS, que llegaron a un acuerdo en marzo de este año para disolverse e integrarse a la nueva administración de Damasco, han estancado y parado las negociaciones para esta nueva unión, que debe producirse, según lo firmado en marzo, a finales de este 2025 y principios del año que viene.
Estados Unidos, el gran aliado hasta ahora de las YPG —usadas por Washington como punta de lanza en su lucha contra el Estado Islámico (EI)— se ha quejado de hecho en las últimas semanas de la lejanía del acuerdo entre kurdos y Damasco.
«Hacemos al Gobierno de Damasco completamente responsable de su comportamiento inaceptable, y reafirmamos que nuestras fuerzas están ahora más capacitadas que nunca a ejercer su legítimo derecho a responder con toda su fuerza y determinación posible», han dicho las FDS en un comunicado publicado este lunes.
Durante el fin de semana, en la región fronteriza con Turquía de Manbij, milicianos kurdos y soldados del Gobierno protagonizaron también escaramuzas y bombardeos de morteros contra posiciones de ambos grupos a uno y otro lado del río Éufrates. El Ministerio de Defensa sirio aseguró, en un comunicado este sábado, que la escalada empezó por un bombardeo de artillería contra su un punto de control de Damasco en la zona. Las FDS aseguraron que el inicio de todo fue un supuesto ataque sirio «sin justificación» contra población civil.
Una transición frágil
Esta última escalada de tensiones, así, se suma a la vivida este mismo mes de julio, en el sur del país, en la región de mayoría drusa de Sweida, donde milicianos drusos, tribus locales beduinas y soldados leales a Damasco se enfrentaron a principios de mes en una ola de violencia sectaria que dejó a más de 1.500 muertos, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
El observatorio incluye, entre las muertes, cerca de 300 ejecuciones extrajudiciales: la mayoría de ellas fueron cometidas, según esta oenegé, por soldados leales al Gobierno.
En septiembre, cuando se cumplan nueve meses de la caída del régimen de los Asad, Siria celebrará sus primeros comicios tras el fin de la guerra civil en el país árabe; con unas elecciones parciales parlamentarias que servirán para elegir a 140 de los 210 miembros del parlamento. Los demás 70 diputados, en este periodo de transición ajetreado —debe durar, según declaró el propio Al Sharaa, entre cuatro y cinco años— serán elegidos por el presidente interino sirio.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí