Quién era Anas al Sharif, el periodista de Al Jazeera asesinado por el Ejército de Israel
Nadie duda de que el asesinato hacia el reportero del canal Al Jazeera, Anas al Sharif, fue deliberado. De hecho, el propio Ejército de Israel lo ha reconocido, alegando que estaba vinculado al grupo islamista Hamás. Sin embargo, la realidad es que no existen pruebas. El medio qatarí ha desmentido la acusación contra su difunto trabajador, denunciando que esta versión ha servido como chivo expiatorio para silenciar su voz.
El asesinato del joven de 28 años, junto a otros cinco periodistas durante la noche del domingo, se suma a la trágica lista de 238 informadores que han sido los ojos y oídos del mundo ante la inhumanidad que asola la Franja de Gaza. En la carta de despedida que dejó Al Sharif, afloran detalles de su vida íntima más allá de su compromiso con el oficio periodístico. Menciona a sus dos hijos, Sham y Salah, a quienes «soñaba» con ver crecer, y expresa el dolor de dejar atrás a su esposa, Bayan.
«Toda su rutina diaria consistía en estar frente a una cámara, desde la mañana hasta la noche», declaró a Al Jazeera Muhammed Shehada, analista del Euro-Med Human Rights Monitor, quien también afirmó que no existía «ninguna evidencia» de que Al Sharif liderara una célula de Hamás o promoviera ataques contra civiles y soldados israelíes, como ha sostenido el Ejército israelí.
Crónica de una muerte anunciada
Amén de comprometido, era «uno de los periodistas más valientes de Gaza», según afirmó Al Jazeera en un comunicado condenando el ataque a la libertad de prensa. Esa misma valentía fue lo que puso su vida en vilo, y él era plenamente consciente de ello.
El mes pasado, después de que el portavoz del ejército israelí Avichai Adraee compartiera un vídeo insinuando la supuesta vinculación de Al Sharif con Hamás, la relatora especial de la ONU sobre la libertad de expresión, Irene Khan, advirtió del peligro, expresando su alteración por las «reiteradas amenazas y acusaciones» del Ejército contra el periodista. «Los temores por la seguridad de Al Sharif están bien fundados, ya que hay cada vez más pruebas de que el Ejército israelí ha atacado y asesinado a periodistas en Gaza basándose en afirmaciones infundadas de que eran terroristas de Hamás«, señaló Khan.
«Vivo con la sensación de que podrían bombardearme y convertirme en mártir en cualquier momento. Mi familia también está en peligro, y ya he pagado el precio», trasladó Al Sharif al Comité para la Protección de Periodistas (CPJ). Fue la misma organización que, el mes pasado, expresó su profunda inquietud por la seguridad del periodista, señalando que era «el blanco de una campaña de desprestigio militar israelí».
A pesar del miedo, el joven periodista nunca renunció a su labor, que consideraba esencial para mostrar al mundo el sufrimiento de su pueblo. «Reafirmo: yo, Anas al Sharif, soy periodista sin afiliación política. Mi única misión es informar la verdad desde el terreno, tal como es, sin sesgos», afirmó en su cuenta de X, advirtiendo que, «a los ojos de la ocupación», su trabajo se había convertido en una «amenaza». En esa misma red social denunciaba la hambruna que sufría la población gazatí, que a su vez él mismo padecía, y rendía homenaje tesonero a compañeros de oficio asesinados.
Media hora antes de que una bomba impactara contra la tienda de campaña donde se alojaba, cerca del hospital Al Shifa, el joven reportero continuaba documentando la masacre y compartió un último vídeo en el que mostraba explosiones sobre la ciudad de Gaza. Minutos después, su micrófono se apagó para siempre.
«¡Es Anas! ¡Han matado a Anas! ¡Lo amenazaron más de un millón de veces!», gritaban desesperados compañeros y vecinos en un vídeo difundido en redes, tras encontrar el cuerpo ensangrentado del periodista, ya considerado uno de los más admirados por el pueblo gazatí y reconocido por la prensa internacional.
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