MELANIA TRUMP PUTIN | Las cartas de Meliana Trump
«Aunque podamos compartir el apellido, cada uno de nosotros es distinto, con sus propias aspiraciones y caminos a seguir. Para mí es vital fijar límites y mantener mi individualidad, permanecer fiel a mí misma, a la vez que abrazar mis roles dentro de la familia». Estas palabras con las que se define Melania Trump, la primera dama de Estados Unidos, en sus memorias publicadas en 2024, pueden ayudar a entender por qué la mujer de Donald Trump escribió una carta a Vladímir Putin pidiéndole que proteja a los niños afectados por la guerra de Ucrania. La misiva fue entregada en mano por el republicano al presidente de Rusia, durante el encuentro bilateral que mantuvieron la semana pasada en Alaska, y socializada después por la Casa Blanca.
La acción de la reservada exmodelo, como sucede en casi todas las ocasiones que realiza algún movimiento público, disgusta a buena parte de la polarizada sociedad estadounidense, tanto por la forma como por el fondo. Un nieto del expresidente John F. Kennedy, Jack Schlossberg, se ha viralizado al leer la carta disfrazado de Melania e instarle a dirigirse a quien puede hacer algo por el conflicto, su marido.
Escribir y mandar ese texto es un gesto simbólico, que refleja el carácter firme, romántico, idealista e ingenuo de una mujer convencida de sus principios y que trivializa el qué dirán. La misiva es su forma de apelar a las emociones y empatizar, por mucho que sea con un dirigente que está en las antípodas de todo eso como Putin. Además, el envío carece de capacidad diplomática en un contexto geopolítico internacional tan complejo y puede chirriar con la formalidad que se presupone a las relaciones internaciones.
Pero velar por el bienestar de los jóvenes es una de las obsesiones de la mujer de Trump, que también se ha opuesto siempre a la violencia. Por mucho que resulte difícil simpatizar con ella, con la carta o con su vida al lado de Trump, burlarse es ruin e injusto. Como muy bien dice en sus memorias, cada uno es libre de marcar su camino, se apellide como se apellide.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí