Las pensiones en España no son sostenibles, en su forma actual
El debate sobre el futuro de las pensiones en España ha sido revivido con una advertencia contundente que pone las cifras a la incertidumbre. El economista Santiago Niño Becerra ha sido contundente al respecto: Las pensiones no son sostenibles en su forma actual. Su proyección de 30 años observada implica un compromiso con el estado que alcanzaría el 500 % del PIB, un diagnóstico severo para el estado de bienestar y el pacto intergeneracional que lo respalda, en función del hecho de que los trabajadores actuales financian los beneficios de los jubilados.
De hecho, esta proyección del 500 % del producto interno bruto no es una cifra abstracta. Al trasladarlo a términos monetarios, el compromiso que el estado español debería asumir durante las próximas tres décadas para cubrir los beneficios asciende a una cantidad que se lleva a cabo: casi 7 mil millones de euros. Tal volumen de gastos futuros pone en control la viabilidad del modelo y las fuerzas para repensar la base del sistema de jubilación pública, un pilar fundamental de cohesión social que ha garantizado el pozo de millones de personas durante décadas.
Del mismo modo, la magnitud de este desafío se entiende mejor al analizar la situación de las finanzas públicas. España se arrastra Un déficit estructural del 3 % del PIB, una brecha persistente que evidencia la dificultad crónica del estado para equilibrar sus cuentas. Esta incapacidad para generar los excedentes necesarios complica en gran medida la tarea de enfrentar desafíos futuros de tal envergadura, dejando al país más vulnerable a eventos imprevistos.
La fuerte losa de la deuda pública
A este desequilibrio entre ingresos y gastos se agrega una deuda pública que ya excede el 103 % del PIB. Con una mochila de deuda tan pesada, la capacidad del país para lidiar con compromisos adicionales se ve seriamente comprometida. Este nivel de endeudamiento no solo limita el margen de maniobra para las políticas de inversión, sino que también genera una carga financiera constante, por lo que cualquier gasto nuevo debe financiarse con más deuda, perpetuando un círculo vicioso que es difícil de escapar.
«Las pensiones en España no son sostenibles, en su forma actual. La proyección de 30 años implica que el estado tiene un compromiso del 500% del PIB en las pensiones»
En resumen, la combinación de déficit crónico, una alta deuda y la gigantesca hipoteca de pensiones de Future atrae un horizonte económico de una complejidad extraordinaria. Este escenario plantea un desafío de capital no solo para los gerentes públicos, que deben encontrar soluciones viables, sino también para las próximas generaciones, en el que caerá el peso del mantenimiento del sistema, lo que obliga a un profundo debate nacional sobre las reformas necesarias para garantizar su supervivencia a largo plazo.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí