He dejado de lado a las personas que no suman bienestar y he priorizado a aquellas que sí


Durante varias décadas, Dan Buettner ha tenido una misión sencilla: explorar el mundo en busca de las claves de la longevidad. Como Explorador geográfico nacionalviajó a través de lo que él describe como “zonas azules«, aquellas ciudades y regiones en las que la gente generalmente alcanza los 90 o incluso 100 años de vida con relativa facilidad. La mayoría de los centenarios del planeta..
Sus primeros años de investigación, destaca el propio Buettner en una entrevista con National Geographic USA, buscaron determinar clave de la dietaen un superalimento en particular. Hoy, el explorador asegura que el secreto reside en algo mucho más abstracto, pero imprescindible: la comunidad.
Un ambiente favorable
Las zonas azules de Dan Buettner tienen algunas puntos comunes. En ellos hay un estilo de vida activocon mucho movimiento, incluso en personas mayores. Su Las dietas son ricas en vegetales. Integral, la temperatura media anual se mantiene cercana a los agradables 20º y existen suficientes horas de sol para que sus habitantes se beneficien de niveles saludables de vitamina D.
Todo esto, explica el experto, es fundamental para entender por qué la gente vive más tiempo en estas zonas azules. La clave, revela, es que «Viven en entornos donde la opción saludable es también la más sencilla».
Salud, y esta es su conclusión más reveladora, no puede depender de la voluntad. Requiere un entorno bien diseñado.
Decisiones simples
En una ciudad peatonal, bien comunicada por autobuses o con carriles bici bien desarrollados, coger el coche no sólo es innecesario: puede ser un inconveniente. El estrés del tráfico, encontrar aparcamiento o incluso simplemente conducir parece más caro, complicado y estresante que caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público. A ciudad bien diseñadaPor tanto, anima a sus ciudadanos a moverse más y a ser, al mismo tiempo, más ecológicos. Mudarse se convierte en la opción fácil.
Lo mismo sucede cuando Nos rodeamos de gente que come bien. No es fácil decir no a tus amigos cada fin de semana cuando te invitan a ir a comer unas hamburguesas, pero sí es fácil decir sí a un paseo por el campo.
La familia sigue el mismo patrón. Si en casa es aceptable descansar, trabajar según un horario establecido, disfrutar del tiempo libre en la naturaleza y respetar las propias necesidades, estos puntos clave para la longevidad resonarán profundamente en la persona. El sentimiento de unidad, revela Buettner, también es esencial para una larga vida. “Los niños que crecen con un abuelo en casa son más fuertes y más sanos”, afirma, “es un círculo virtuoso”.
Un problema global
La clave, según Buettner, está, por tanto, en diseñar entornos que faciliten la toma de decisiones positivas para nuestra salud. Por supuesto, esto concierne a los gobiernos. «Nuestro sistema ha evolucionado dando prioridad a las cosas equivocadas», explica el experto, «los coches por encima de las personas, el valor para los accionistas por encima del acceso a alimentos saludables y asequibles».
El explorador asegura que «si los gobiernos realmente se preocuparan por la salud y la longevidad de las personas», deberían tomar como ejemplo las zonas azules y aprobar “políticas que prioricen la calidad de vida por delante del desarrollo económico o de los intereses comerciales.
La realidad, sin embargo, es que tenemos un control limitado sobre lo que hacen nuestros gobiernos, más allá del derecho a votar y protestar. Pero afortunadamente, También hay un espacio personal en el que podemos aplicar las enseñanzas de Buettner.
Crea tu ambiente ideal
“Nuestra longevidad depende en gran medida de la forma en que vivimos”declara Dan Buettner en la entrevista que concede a National Geographic USA, y así mismo denuncia la falta de compromiso de ciertos gobiernos del mundo con la salud de sus ciudadanos. Pero mientras esto continúa, el experto asegura que tenemos mucho más control sobre nuestro entorno del que imaginamos.
El propio Buettner tomó medidas para mejorar su entorno y, por tanto, su vida. “Me rodeo de gente que se preocupa por mí y que disfruta de las mismas actividades”, afirma. «Hice un esfuerzo consciente por distanciarme de aquellos que no me traían alegría ni influencias saludables.y eso hace una gran diferencia. La regla general es diseñar tu entorno de manera que la opción saludable y feliz sea la más sencilla», añade. Para él, la clave no es intentar cambiar tu comportamiento, sino cambiar tu entorno.
El proceso puede resultar complicado, pero para dar los primeros pasos en este camino te dejamos estos consejos inspirados en las lecciones de Dan Buettner:
- Diseña tu entorno. No se trata de tener más disciplina, sino de crear un entorno que te impulse naturalmente hacia la salud. Por ejemplo, si llenas tu despensa de frutas, verduras y legumbres, comer bien será lo más fácil.
- Muévete sin pensar. Vive de tal manera que caminar, subir escaleras o andar en bicicleta sea parte de tu vida diaria. Si es posible, elija vivir en ciudades o pueblos que sean fáciles de recorrer y que tengan espacios verdes transitables para explorar.
- Rodéate de personas que te sumen bienestar. Tu entorno social influye en ti más que cualquier dieta. Busque amigos que lo inspiren, se preocupen por usted y compartan hábitos saludables. La felicidad y la salud son contagiosas.
- Cultivar los lazos familiares. En las zonas azules las generaciones conviven y se cuidan unas a otras. Valora el tiempo que pasas con tus mayores y enseña a los más jóvenes la importancia de esta unión.
- Redefinir el éxito. El éxito no se trata de acumular cosas, sino de tener el tiempo y la energía para disfrutar la vida. Dormir bien, comer despacio, compartir una comida al sol, charlar sin prisas, tantos actos de longevidad. Y depende de ti si les das prioridad o no.
- Haz de la alegría tu brújula. Si algo te da energía, te conecta con los demás y te hace sentir vivo, es probable que también te cuide. Prioriza lo que te hace sentir bien.
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