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Junts convierte la palabra en su arma política contra Sánchez

Junts convierte la palabra en su arma política contra Sánchez
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  • Publishedoctubre 27, 2025



Junts rompió con el Gobierno de Pedro Sánchez este lunes. Se acabó la etapa del “negociador salvadoreño”, dicen, se acabaron las reuniones en Suiza (han sido 19 en total) y se acabaron también los Presupuestos.

El partido de Carles Puigdemont quiere ahora que sus bases ratifiquen la ruptura. ¿Cómo será la pregunta? Si sigues el estilo habitual, probablemente con la respuesta ya incluida. A la hora de bloquear la investidura de Sánchez, preguntaron si debían hacerlo: querían un «sí» y salió «sí». A la hora de apoyarla quisieron otro “sí” y volvió a salir “sí”. Ahora si La duda es si deberían romper con el PSOEnadie duda de cuál será el resultado.

«Vamos a la oposición»ha asegurado Puigdemont. Aunque, en la práctica, Junts ya actuaba como tal. En el Congreso, el grupo ha votado en contra de la reducción de jornada laboralla revalorización de las pensiones, la decreto anti-apagón…y siete de las diez iniciativas del Gobierno que han caído en esta legislatura.

Por oposición, incluso votaron en contra (en la primera vuelta) de la ley de amnistía que ellos mismos exigieron.

La retórica de la inflamación

Si algo define la política de Junts es su retórica: la de la inflamación. Un discurso que siempre busca La tensión, la épica y el fuego.. Grandes palabras, frases que prenden fuego.

Aquí está uno de los más populares: «Sánchez se va a mear sangre.»La frase, filtrada desde el entorno de Puigdemont en 2023, no era una anécdota. Fue un mensaje. Un aviso directo al Gobierno hasta dónde estaban dispuestos a llegar.

Y poco después, el líder de Junts insistía: «Cataluña no puede ser la carroza del PSOE».La advertencia fue clara: no querían ser vistos como un socio, sino como una amenaza.

Desde entonces, la desconfianza ha sido el hilo conductor. Puigdemont repite que «Sánchez no es de fiar»y en el partido recuerdan que sus votos «no son un cheque en blanco». La portavoz, Miriam Nogueras, lo resumió con una frase seca y calculada: «Se acabó el tiempo de los ultimátums y el PSOE no ha sabido aprovecharlo».

Junts ha pasado de socio necesario a oponente declarado. Y lo ha hecho con un estilo propio: mensajes cortos, avisos constantes y un tono que no baja nunca.

Esa retórica inflamable, la del desafío y la grandilocuencia, ha acabado convirtiéndose en su seña de identidad. Tan es así que Junts ha acabado hablando más de sí mismo que de Cataluña.

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