Cada día, miles de automovilistas en España cometen una infracción tan común como peligrosa: utilizar el teléfono móvil mientras conducen. Ya sea respondiendo a un mensaje, consultando un mapa o cambiando de música, este gesto aparentemente inofensivo se ha convertido en una de las causas más frecuentes de accidentes de tráfico en nuestro país. Según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico, de hecho, la distracción por el uso del móvil durante la conducción es la causa de una de cada tres muertes en carretera. Y lo peor es que no se trata de un comportamiento aislado: Hasta un 25% de los automovilistas admite hacerlo habitualmente, aunque se han endurecido las multas y las campañas de sensibilización son cada vez más insistentes.

La paradoja es evidente. Conducimos vehículos cada vez más seguros y conectados, pero todavía no prestamos la atención que merecen esos segundos cruciales al volante. La dependencia tecnológica y la necesidad de inmediatez han transformado el móvil en una extensión de nuestra mano, incluso cuando no deberíamos tocarlo. La DGT advierte de que apartar la vista de la carretera durante sólo 3 segundos a 120 km/h equivale a recorrer más de 100 metros a ciegas.

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Una distracción mortal: el móvil, el nuevo enemigo al volante

Hablar por teléfono mientras se conduce, manipular el GPS o responder a un mensaje de WhatsApp son gestos que pueden parecer insignificantes, pero multiplican hasta por cuatro el riesgo de sufrir un accidente, según estudios de la Fundación Línea Directa. Y aunque la mayoría de los automovilistas se declaran conscientes del peligro, muchos siguen haciéndolo.

El problema va más allá de las llamadas. La expansión de los teléfonos inteligentes y las redes sociales ha creado un tipo de distracción más complejo y adictivo. Consultar Instagram en el tráfico, leer un correo electrónico o enviar una nota de voz son hábitos cada vez más habituales. Según un informe del RACE, el 57% de los conductores jóvenes admite haber consultado su móvil mientras conducía y el 18% admite incluso haber hecho fotos o vídeos mientras conducía.