La temporada de setas llega al ecuador con producciones de hasta 90 kilos por hectárea, por encima de la media
El otoño es sinónimo de bosques llenos de setas y así se ha constatado esta temporada. En el ecuador de la campaña, las producciones están en los 90 kilos por hectárea, muy por encima de la media de las últimas tres décadas, que se sitúa en los 60 kilos. El micólogo e investigador del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), Juan Martínez de Aragón, ha explicado a la ACN que inicialmente se preveía que la de este año sería una campaña “de récord”, pero la falta de precipitaciones del mes de octubre y los vendavales han hecho rebajar las expectativas. “Aun así, podemos decir que será un buen año porque todavía nos quedan noviembre y diciembre”, ha añadido. Hasta ahora, las especies que más se han encontrado son ceps, rossinyols y camagrocs.
[–>[–>[–>La temporada de setas de este 2025 arrancó “con mucha fuerza” en el mes de septiembre y todo hacía prever que sería una “campaña de récord”. Así lo ha explicado el investigador experto en micología del CTFC, Juan Martínez de Aragón, en una entrevista con la ACN. “El mes de septiembre fue bestial, con producciones muy importantes”, ha expuesto. Con todo, el micólogo ha dicho que “después vinieron las rebajas en el tema del agua y a finales de septiembre y octubre hemos tenido ausencia de lluvias, un aumento de temperaturas y viento, y eso ha hecho que octubre haya sido un mes no muy bueno para la producción de setas”.
[–> [–>[–>A pesar de esta rebaja de las expectativas iniciales, Martínez de Aragón dice que igualmente será un año “bueno” y por encima de la media de producción de los últimos 30 años, que se sitúa en los 60 kilos por hectárea. El investigador dice que en estos momentos la producción de setas se sitúa en los 90 kilos por hectárea, de modo que “quizás se podría llegar a los datos del año pasado, que fue muy bueno, con producciones que llegaron a los 130 o 140 kilos”.
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De hecho, las lluvias de esta semana podrían incentivar la producción de setas en zonas donde hasta ahora ha sido “prácticamente nula”, como el Camp de Tarragona o el Bages. “Son zonas que acumulan una sequía importante y, por tanto, debemos ver cómo responde la producción siempre y cuando no suban mucho las temperaturas”, ha advertido el experto. Donde es probable que las producciones vayan a la baja es en la zona del Pirineu por la llegada del frío y las heladas.
[–>[–>[–>En cuanto a las especies que más han proliferado este año, Martínez de Aragón ha dicho que ha sido una temporada “de récord” para los ceps, los rossinyols y los camagrocs. El experto del CTFC ha detallado que los rovellons y los pinetells también han presentado producciones “muy importantes”, pero ha lamentado que muchos de los ejemplares que se encuentran están agujereados por los insectos. Esto se debe, asegura, al “exceso de humedad, temperaturas más elevadas y a una actividad de insectos muy importante”.
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La regulación de la actividad, el eterno debate
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[–>Catalunya es prácticamente la única comunidad del Estado que no tiene regulada la actividad de recoger setas, a pesar de ser la zona donde la tradición está más arraigada. Cuando hay una buena temporada de setas, el debate sobre su regulación vuelve a ponerse sobre la mesa. Algunas de las opciones que se han estudiado en los últimos años son la obtención de una licencia o carnet boletaire por un precio simbólico o sacar un ticket para entrar un día al bosque. Precisamente, esta última opción es la que impulsó un propietario forestal del Solsonès hace más de diez años. Hacía pagar 10 euros por pasar todo el día en la finca de más de 200 hectáreas y se podían recoger hasta tres kilos de setas.
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El experto del CTFC, Juan Martínez de Aragón, admite que es un tema “conflictivo”, pero asegura que “es necesaria una regulación” para “poner orden en el sector”. Martínez de Aragón cree que es importante “dar voz a los propietarios de los bosques porque, al final, son los propietarios de las setas”. Cree que deberían unirse y “presionar” a la administración para que, de una vez por todas, se regule esta actividad. “Todas las encuestas que se han hecho tienen resultados positivos. La gente no está en contra de regular la actividad ni de pagar”, ha asegurado el experto, que considera que una regulación “beneficiaría tanto a los propietarios forestales como al propio ecosistema”.
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